Hace cinco días que Oviedo, la capital de Asturias, está en plena transformación. Pero no pienses en la industria del tocho, ni en una gentrificación exprés, ni en un fenómeno paranormal. Lo que está ocurriendo es la tercera edición del Parees Fest, el Festival de Intervención Mural de Oviedo, en el que un puñado de artistas urbanos de todo el mundo son invitados para transformar algunas de las medianeras de la ciudad. Hasta el 15 de septiembre, puedes verlos pintar en directo edificios como escuelas, bloques residenciales, y más.
Tal como afirma la organización en la web, “las paredes narran la historia de sus ciudades y construyen la identidad simbólica de sus habitantes”. Y es que es verdad: desde las fachadas indicativas de la época de los edificios hasta los daños causados por las la metralla en ciudades bombardeadas durante la guerra (como Berlín o Barcelona), pasando por grafitis callejeros (de esos que nuestras madres tachan de incívicos) o murales sponsorizados por marcas (como los Art Walls de Gucci en Milán o Nueva York), lo que nos rodea nos ayuda a crearnos una idea de quiénes somos. Por eso, el equipo de Parees Fest crea un vínculo especial entre creadores y vecinos, para no acabar con un resultado efectivo visualmente pero vacío de contenido.
Para evitar obras vacuas, confían en la asociación Raposu Roxu, que se ocupa de la mediación artística entre habitantes y artistas. Por ejemplo, es el caso con Matth Velvet. El artista francés está interviniendo un mural de 18 x 10 en Olloniego, que fue la capital minera del centro de Asturias. Como homenaje a este pasado industrial y para honrar la memoria histórica, su pieza va a estar basada en fotos e información que los vecinos del sitio le han ido enviando. O la estadounidense Mina Hamada, que está interviniendo el Colegio Poeta Ángel Gonzálex, y cuya pieza también estará basada en el material que le han proporcionado los vecinos. En su csaso, pero, los estudiantes de este centro y también deñ Carmen Ruiz-Tilve.
El talento internacional sigue con los holandeses Hedof y Joren Joshua. Aunque nunca antes han trabajado juntos, su pieza a cuatro manos es un ejercicio de colaboración también con algunos de los vecinos, en este caso, un grupo de deportistas, que les ha ido enviando imágenes de referencia de deportes típicos asturianos como la corta de tronco o la llave. También hay artistas españoles en el programa, claro. De hecho, una es asturiana incluso: Catalina Rodríguez Villazón. Licenciada en Farmacia e Ingeniería Medio Ambiental, dejó su trabajo para perseguir su pasión: el arte. Aunque está especializada en acuarela, Catalina afrontará el reto de su primer mural con un tema que le va al dedillo: un homenaje a Margarita Salas, una bioquímica también asturiana que en la década de los 60 consiguió trabajar en la New York University, pionera en su campo y discípula de Severo Ochoa. Para acabar, la vasca Udane Juaristi, mejor conocida como Udatxo, cuyo interés gira en torno a las escenas cotidianas y la calle.
Para evitar obras vacuas, confían en la asociación Raposu Roxu, que se ocupa de la mediación artística entre habitantes y artistas. Por ejemplo, es el caso con Matth Velvet. El artista francés está interviniendo un mural de 18 x 10 en Olloniego, que fue la capital minera del centro de Asturias. Como homenaje a este pasado industrial y para honrar la memoria histórica, su pieza va a estar basada en fotos e información que los vecinos del sitio le han ido enviando. O la estadounidense Mina Hamada, que está interviniendo el Colegio Poeta Ángel Gonzálex, y cuya pieza también estará basada en el material que le han proporcionado los vecinos. En su csaso, pero, los estudiantes de este centro y también deñ Carmen Ruiz-Tilve.
El talento internacional sigue con los holandeses Hedof y Joren Joshua. Aunque nunca antes han trabajado juntos, su pieza a cuatro manos es un ejercicio de colaboración también con algunos de los vecinos, en este caso, un grupo de deportistas, que les ha ido enviando imágenes de referencia de deportes típicos asturianos como la corta de tronco o la llave. También hay artistas españoles en el programa, claro. De hecho, una es asturiana incluso: Catalina Rodríguez Villazón. Licenciada en Farmacia e Ingeniería Medio Ambiental, dejó su trabajo para perseguir su pasión: el arte. Aunque está especializada en acuarela, Catalina afrontará el reto de su primer mural con un tema que le va al dedillo: un homenaje a Margarita Salas, una bioquímica también asturiana que en la década de los 60 consiguió trabajar en la New York University, pionera en su campo y discípula de Severo Ochoa. Para acabar, la vasca Udane Juaristi, mejor conocida como Udatxo, cuyo interés gira en torno a las escenas cotidianas y la calle.
El Festival Parees se celebra en distintos puntos de Oviedo hasta el 15 de septiembre. Para consultar la programación, visita su página web.