Parafeno es un artista 3D que fluye entre el retrofuturismo y la nostalgia, en cuyo trabajo confluyen elementos tradicionales con figuras distópicas. En su obra encontramos cierta melancolía por lugares ficticios, añoranza por escenarios distópicos e imaginarios de tal forma que nos hace sentir familiaridad por lo desconocido, rescatando recuerdos que aún no hemos vivido. En esta entrevista el artista nos habla sobre el uso de la IA para el desarrollo de sus diseños, el reciclaje de ideas y la influencia algorítmica a la hora de crear.
“Yo creo que el flujo de ideas del subconsciente colectivo está disponible para cualquiera que sepa hacerlas crecer, y que si no eres tú alguien acabará por darles forma a tus pensamientos. Sin embargo, creo que hoy en día ese flujo está muy sesgado por los algoritmos”, asegura. Su versatilidad, pulcritud y creatividad le ha llevado colaborar con artistas como Samantha Hudson, Judeline o Belén Aguilera entre otros.
Empezaste a hacer 3D en 2018 de manera autodidacta mediante videotutoriales, ¿qué te llamó la atención de esta disciplina? ¿Cómo fueron tus inicios?
La verdad es que yo nunca me consideré una persona especialmente artística o creativa en lo que te enseñan qué es arte en la escuela; dibujar y eso. Mi madre de pequeño me compraba materiales de arte incluso me apuntó a alguna clase de pintura, pero nunca me atrajo demasiado. Crecer con internet y videojuegos hizo que siempre fuera muy manitas con la tecnología, pero no fue hasta que hice la carrera de diseño industrial y me pidieron algunos renders de productos, que tuve que aprender a utilizar programas de modelado no ingenieril, a partir de ahí fui trasteando poco a poco y me empecé a fascinar con todo un mundo de posibilidades.
¿Qué le dirías a alguien que quiere empezar con el 3D?
Que no se lo piense dos veces. Algo que me atrajo mucho al principio del arte digital es que no necesitas tener un gasto constante de materiales, con un ordenador medio patata te puedes defender al comienzo, y si ves que realmente es lo tuyo tienes la opción de invertir en una buena tarjeta gráfica. Además, hoy en día puedes encontrar todo el conocimiento del mundo en YouTube y foros, no es como antes que necesitabas gastarte una fortuna en una formación privada.
Ahora mismo estás en varios proyectos simultáneamente, ¿cómo autogestionas tu tiempo?
Caos (risas). Supongo que es una situación que le ocurre a todos los creativos en algún punto, yo la verdad es que estoy en proceso de aprendizaje. Siempre es complicado cuando te empiezan a llegar muchos proyectos y tienes que equilibrar tu vida social con un trabajo sin horarios definidos, más incluso si estás empezando y no sabes cuál es el precio justo por tu trabajo (que suele ser mucho más de lo que piensas). Al final esas horas que piensas que le puedes echar de más para que te quede perfecto te van comiendo poco a poco y tienes que reevaluar un poco tus prioridades, es distinto para cada persona.
En tus obras se puede ver la influencia del retrofuturismo, realismo mágico y elementos distópicos, ¿cuáles son tus referentes artísticos?
Yo considero que tengo un estilo bastante amplio y bebo de muchas fuentes distintos, pero se podría decir que, en general, el cine de ciencia ficción, los videojuegos, el manga y el anime han sido el germen de mi estilo. Kentaro Miura, Giger, Miyazaki o Cronenberg podrían ser algunos de ellos.
A menudo las exigencias de los clientes se contraponen a la línea creativa del artista, ¿cómo compaginas los trabajos comisionados con tus proyectos personales?
Es un tira y afloja constante, aunque al final el cliente es el que tiene la última palabra. De todas formas, también depende del proyecto, hay clientes que te buscan por tu visión y se fían de tu criterio porque te valoran como artista y hay otros que te ven como un mero técnico que les permita completar su propia visión. Mi proyecto personal lleva un tiempo parado, es cierto que sí que siento algunas comisiones en las que he tenido más libertad como parte de mi obra, ya que al fin y al cabo vuelco mi esencia sobre ellas, pero me gustaría retomar muchos proyectos en solitario que dejé a medias por falta de tiempo y empezar algunos nuevos.
Colaboras principalmente con artistas musicales, ¿cómo crees qué es la relación entre la industria musical y el arte digital?
Siempre ha sido bastante estrecha con todo lo visual, desde mucho antes de lo digital. Al final la música son historias, personajes, situaciones. Es como un universo, que te transmite mucho más si además de oírlo lo puedes ver. A mí me encanta dar forma a esos universos y perderme en ellos. Aunque teniendo en cuenta la cantidad de contenido visual que se demanda hoy en día de los artistas musicales, visualizers, portadas de singles… muchas veces ese componente narrativo queda reducido a algo secundario y necesitan el visual para salir del paso, sobre todo si son emergentes.
El próximo 15 de junio participas en un coloquio del Sónar+D sobre el aceleracionismo y las consecuencias de la inmediatez cibernética en los consumidores, ¿cómo crees que afecta esta problemática a los artistas?
Es un rollo para todo tipo de artistas porque al final se fomenta, desde discográficas, agencias de representación hasta el discurso online, que generes contenido constantemente y eso simplemente es insostenible. Y encima en un formato que boostee el algoritmo, algo súper limitante. Al final se generan unas presiones sobre los creativos que nos despersonalizan y nos convierten en máquinas de hacer dinero (sobre todo si vas justo para pagar el alquiler) y eso por supuesto acaba repercutiendo en nuestro arte. Creo que es importante de vez en cuando darte una pausa, parar el ruido y reevaluar tu papel como artista/creador porque es muy fácil perderse en el camino.
En tus obras podemos ver el uso recurrente de elementos nostálgicos, ¿crees qué es complicado innovar en un contexto de sobrecarga audiovisual e hiperconsumo?
Yo creo que el flujo de ideas del subconsciente colectivo está disponible para cualquiera que sepa hacerlas crecer, y que si no eres tú, alguien acabará por dar forma a tus pensamientos. Sin embargo, creo que hoy en día ese flujo está muy sesgado por los algoritmos. Es complicado encontrar inspiración novedosa en redes y por muy nicho que sea tu feed al final es un contenido que se te ofrece según la prioridad que la aplicación le de a los posts, y te pondrá por delante primero los que hayan sido ‘eficaces’ con otros miles de personas. Aunque inevitablemente es algo que pasa, intento que mis fuentes de inspiración sean aquellas que estén curadas por un humano, ya sean fanzines, perfiles de letterboxd o essays de youtube. Siento que ese toque de humanidad puede dar lugar a ideas más novedosas.
Has incorporado el uso de inteligencia artificial en algunos de tus trabajos, ¿qué opinas sobre la IA? ¿Qué ventajas e inconvenientes conlleva su uso?
A mí es algo que me ha fascinado desde que despegó la IA de código abierto el año pasado. Es increíble el ritmo al que estamos viendo los avances y todo se debe a la democratización de ese código. Como cualquier nueva tecnología de uso libre, supone una ruptura con las nociones de propiedad intelectual que tenemos hasta ahora y es algo que es nebuloso de legislar. Yo creo que poco a poco el sistema encontrará una forma de adaptarse a sus usos menos éticos y subsistir igual que lo hizo con la piratería digital. Yo en mi caso desde que decidí incorporarla en mi pipeline, me ha abierto muchas posibilidades dentro del arte generativo y el tratamiento de imagen.
Has tenido la oportunidad de trabajar con artistas muy interesantes y diversos, ¿con qué artistas te gustaría colaborar?
Algunos que me inspiraron a empezar a crear y con los que me encantaría algún día trabajar son Darío Alva o Sevi Iko Dømochevsky. También es siempre un placer y se genera una simbiosis muy guay cuando uno fuerzas con Marta Ochoa o Charlie Smits, espero volver a trabajar con ellos pronto.
También has trabajado como director creativo para Judeline, Samantha Hudson o el citado Charlie Smits… ¿Qué más proyectos tienes entre manos?
Ahora mismo estoy trabajando con varias marcas y artistas, pero me gustaría dejar un poco de lado en los próximos meses los trabajos comisionados para centrarme en mi proyecto personal. También me hace especial ilusión, ya que es algo que nunca he hecho, empezar este mes a trabajar como docente en IED.