Al ver a Outsiders Division dentro del calendario de 080 Barcelona Fashion podemos estar seguros de tener garantizados quince minutos en los que el mundo real se queda afuera del recinto. Dentro de él, tenemos la oportunidad de sumergirnos en la mente de David Méndez Alonso, quien se ha puesto como propósito celebrar la imaginación y el arte usando las emociones como herramientas para trasladar a los espectadores a un mundo de color y diversión en el que se nos permite retornar a nuestra infancia sin ningún tipo de complejo. En esta oportunidad, sus manías y obsesiones son el foco conceptual.
Con varios muñecos inflables bailarines adornando la pasarela y dando la bienvenida a los invitados, queda bastante claro a qué tipo de desfile estamos entrando. Cada temporada existe una expectativa especial hacia este show, una gran parte del atractivo de los desfiles es que sean divertidos, que pasen cosas, que la audiencia no sienta que ese momento podría haber sido un mail con las fotos del lookbook. Outsiders Division nunca defrauda en este aspecto. Entre la música, la puesta en escena y la estética en la que cada look está lleno de detalles, guiños y elementos que no permiten pasar de largo por ellos, la atención de los espectadores está cien por ciento sobre lo que debería estar.
Extraordinario, nombre de la colección, es una palabra que usa Méndez Alonso para definir a la imaginación. A lo largo de treinta y cinco looks, las obsesiones estéticas y conceptuales del diseñador se hacen manifiestas y a través de diferentes técnicas se saca provecho de estas referencias en una propuesta donde la dualidad no se traduce en elementos opuestos sino complementarios. Esta dicotomía se encuentra bien representada en el tercer look, donde una falda con el que es quizás el lazo más grande visto en esta temporada, anudado sobre una igualmente abombada falda de tul y completado por un jersey con puntos multicolor son llevados por una modelo con maquillaje estilo corpse paint, más frecuentes en las icónicas bandas de death metal noruegas que en alguien con un lazo gigante en su torso.
El uso de este tipo de elementos de carácter más spooky y oscuro, como telarañas, esqueletos y calaveras, se integran en las prendas de forma divertida y muy al estilo de Outsiders Division. Las prendas de punto de colores tan representativas de la firma ahora cuentan con una gran calavera negra en medio en los cárdigans, o la forma de las piernas de un esqueleto en pantalones también de punto. El patchwork está también bastante presente, justificando perfectamente la unión de distintos tejidos y la construcción de algunas camisas blancas que recuerdan a las que podría usar Drácula.
A pesar de estas irrupciones de oscuridad, la colección es predominantemente colorida, y son las chaquetas puffer con infinidad de estampados, los pantalones tejidos con lanas multicolor y los complementos como las botas arco iris, que ya podrían hacerse tan virales como las similares botas rojas gigantes de hace unos meses, las piezas que constituyen y reflejan la esencia de la marca. El concepto de inocencia infantil y la actitud despreocupada que constituyen las bases de Outsiders Division abren las puertas a una libertad creativa en la que el diseñador se puede dar el gusto de hacer y explorar como un niño pequeño y, en una realidad tan seria como la que vivimos, se agradece esta vuelta a tiempos más simples y felices.
