Arte, innovación, activismo; todo esto forma parte del ADN de Natalia Piñuel, una ‘productora’ multidisciplinar con base en Madrid, ciudad en la que se mueve y desde la que desarrolla todo esto, siempre de la mano de sus dos grandes pasiones: el audiovisual y la música electrónica.
En el caso del primero, con Playtime Audiovisuales, una plataforma de la que es co-fundandora y desde la que llevan casi once años apostando por artistas, en especial talentos españoles emergentes, dando visibilidad a su trabajo. En cuanto al segundo, Natalia comenzó en 2013 en forma de Tumblr un proyecto que, como ella misma explica, nació “de manera urgente”. ¿El objetivo? Dar visibilidad a mujeres que producen música electrónica.

Cinco años más tarde, la plataforma se consolida como festival, el She Makes Noise en La Casa Encendida de Madrid, que aglutina año tras año los nombres más interesantes de la electrónica en todo el mundo y pone el foco en un ‘she’ que, como apunta Natalia, “cada vez es más amplio y poroso”. Si todavía dudas que el futuro sea feminista, lee y verás.
Viendo tu trayectoria, a lo largo de los años has ido abarcando un buen número de ramas. Tienes un perfil multidisciplinar, pero en realidad, de una forma muy lógica y coherente. Aun así, para las personas con este tipo de perfiles siempre resulta complejo definir de forma rápida a qué os dedicáis. ¿Cómo te enfrentas tú a esta pregunta?
Sí, es complicado responder de forma simple a esta pregunta. Siempre me pareció aburrida la especialización y he apostado por un perfil diverso. Eso sí, dentro de las prácticas artísticas contemporáneas –desde Playtime Audiovisuales pensamos que es lo que mejor nos define. Me gusta decir que hacemos cosas bonitas e interesantes para compartir con la gente, sin demasiadas etiquetas.
Sin embargo, a poco que conozcamos tu trabajo, los puntos en común saltan a la vista: arte e innovación, pero siempre con un trasfondo activista. ¿Crees que para que el arte sea realmente transgresor debe acompañarle siempre un punto de reivindicación?
Totalmente. “Lo personal es lo político”, que decía Kate Millet. Yo estudié Historia del Arte y cine. Quería dedicarme al mundo audiovisual y desde pequeña me interesó el arte contemporáneo. Cuando Enrique y yo creamos Playtime Audiovisuales hace casi once años queríamos trabajar con estos artistas coetáneos y difundir las prácticas que más nos gustaban por su grado de experimentación, etc. También buscábamos diluir posibles fronteras entre ellas. Quisimos apostar, sobre todo, por artistas emergentes españoles a los que les cuesta encontrar su sitio y ser activos también en los temas de género, ya que somos conscientes de que falta visibilización del trabajo de las mujeres.
Además de Playtime Audiovisuales, plataforma de la que eres co-fundadora, coordinas otras plataformas online que tienen que ver con el audiovisual y el género, como Films de femmes y She Makes Noise. También has publicado artículos sobre estos temas en múltiples medios. Llama la atención el lugar que eliges, casi siempre desde el comisariado, como maestra de ceremonias o aglutinadora de artistas. ¿Por qué crees que poco a poco te has ido orientando hacia este papel?
Al terminar la carrera pensaba que no me dedicaría a nada que tuviera que ver con ella. ¡Y mira ahora! Al final todo ocurre por algo. Esa formación ha sido determinante a la hora de trabajar como programadora. Supongo que, al principio, tenía ilusión por ser creadora pero poco a poco me di cuenta de que se me daba mejor estar al otro lado, dar a conocer el buen trabajo de las demás. Y no deja de unir mis dos pasiones, cine y música electrónica.
El proyecto She Makes Noise es un reflejo perfecto de tus inquietudes y también de ese espíritu multidisciplinar del que hablábamos antes. Alguna vez has comentado que todo surgió cuando en 2013 lees una estadística sobre la escasa participación de mujeres en festivales de música electrónica. Y a raíz de eso pones en marcha un Tumblr donde colgabas información de DJs y artistas sonoras para darles visibilidad. Cinco años después y con una forma distinta, la esencia en realidad sigue siendo la misma, ¿no? ¿Cómo es el balance durante este tiempo?
Así es. She Makes Noise nace en el año 2013 como plataforma online y lo hace de manera bastante espontánea, casi urgente, al comprobar las bajas estadísticas de mujeres en festivales de música electrónica. Esto me parecía contradictorio. Nunca habían existido tantas mujeres produciendo música como hasta ahora, pero estos contenidos no se difunden de la misma manera que en el caso de los hombres. Es verdad que faltan referencias históricas, mujeres escribiendo de música, al frente de festivales y salas, en los sellos… pero no creando. En esto la presencia es fuerte. Es por esto por lo que quise aportar mi granito de arena con She Makes Noise.
La esencia del proyecto después de estos años sigue siendo la misma: la difusión del trabajo de estas mujeres. A nivel social, sí que ha habido un cambio en positivo. En los medios e incluso en los círculos más mainstream se habla actualmente de feminismo y se tocan temas que hasta hace nada parecían tabú. Los festivales de música también se han puesto las pilas. Hemos abierto una puerta y esto es genial, pero todavía queda mucho trabajo por hacer.
El proyecto no ha sido lo único que ha evolucionado, entonces. También lo ha hecho el escenario en el que os movéis. El feminismo tiene fuerte presencia en los medios actualmente y como dices, los festivales de música cada vez equilibran más sus line-ups entre hombres y mujeres. ¿Has podido percibir otros cambios en el panorama en relación a cuando comenzasteis con todo?
En lo que respecta a She Makes Noise, dio un salto en 2015 cuando La Casa Encendida en Madrid se interesó por el proyecto y pasa a tener espacio físico. Comenzamos entonces a desarrollar un festival multidisciplinar donde pudieran confluir conciertos de electrónica, visuales, DJ sets, talleres y cine. Todo realizado por mujeres. Desde el principio tuvo muy buena acogida tanto a nivel de público como de crítica. Había que cubrir ese vacío en Madrid.
Quiero pensar que el festival ha ayudado también en estos cambios, por ejemplo, dando a conocer la diversidad que hay dentro de la escena electrónica o trayendo estrenos de cine contemporáneo que apuestan por un riesgo formal y temático. Además, con los talleres y acciones artísticas siempre hemos buscado ese caldo de cultivo entre ideas y personas, generar interés por todas estas prácticas. Es una premisa fundamental. Otra cosa que ha evolucionado es el público que viene a vernos, cada vez más transversal y fluido y muy joven.
Lo cierto es que este último año habéis afinado aún más el foco de vuestros esfuerzos. Si las dos primeras ediciones han estado enfocadas a dar visibilidad a artistas femeninas emergentes en los círculos del techno y la electrónica, en 2017 dabais un paso más allá: seguir denunciando otras formas de discriminación, en este caso, el problema al que se enfrentan muchos países al ser su cultura autóctona pisoteada por grandes potencias. Por ello, este año habéis contado con artistas como la boliviana Elysia Crampton o la tunecina Deena Abdelwahed. ¿Cómo fue la experiencia de entrar en contacto con estas mujeres? ¿Qué crees que aportan la tradición y las raíces a la electrónica?
Las dos primeras ediciones estuvieron muy bien, pero estábamos cometiendo un error: dar cabida solo a propuestas con artistas blancas, europeas/norteamericanas, estilos quizás demasiado puristas. Había que dar un giro para no terminar cometiendo los mismos errores que el patriarcado. Decidimos entonces repensar el festival, no solo desde un punto de vista electrónico y feminista, sino también decolonial. Traer otras cosas procedentes de la diáspora negra, Latinoamérica, etc. Y así lo hicimos.
También dentro de ese ‘she’ cada vez más amplio y poroso había que dar cabida a las mujeres trans y al activismo queer. El año pasado, por ejemplo, invitamos a Elysia Crampton, de raíces bolivianas, auténtica amazona de los sonidos electrónicos latinos en todo el continente americano, desde su posición de artista transgénero.
Entrar en contacto con ellas fue fantástico. Poder mostrar sus trabajos en Madrid, tratar otros ritmos, etc. Estas artistas repiensan también la cultura de club y de la electrónica sin perder de vista sus raíces. Es el caso por ejemplo de Deena Abdelwahed y sus sets cargados de referencias al mundo árabe. El caso es que, si para una artista joven blanca y occidental es complicado mover su obra, esto se multiplica si eres afrodescendiente. Así que vamos a seguir apostando por estas artistas y programando en este sentido.
¿Qué podemos esperarnos de la edición del She Makes Noise de este año?
La cuarta edición del She Makes Noise, será del 18 al 21 de octubre y, por supuesto, estáis todas invitadas. Este año habrá presencia asiática con la artista china con base en Berlín, Pan Daijing, que es una locura. El ciclo de cine será muy potente también en esta edición, todas producciones inéditas aquí en Madrid. Destaca Princesita, de Marialy Rivas, que cierra el festival el domingo 21. Habrá un taller digital dedicado al glitch art con Blanca Rego y una performance audiovisual, dos programas En familia con Agnès Pe y Clara te Canta + Ana Esteve Reig, que enfocan la música electrónica y la experimentación sonora a los más peques, una after party, etc. Como veis, será un festival muy completo.
Y al margen del festival, ¿hay algún otro proyecto en el horizonte, personal o en el que participes? ¿Un reto u objetivo, quizás?
Casi todo mi trabajo está canalizado a través de la plataforma Playtime Audiovisuales que, como comentaba antes, llevo junto a Enrique Piñuel desde el año 2007. Desde ella llevamos a cabo distintos proyectos como Visiones Contemporáneas, que trabaja las últimas tendencias del cine y el vídeo en España, La Ola – Independent Films from Spain, con sedes en Los Ángeles, Nueva York y México DF, o El cine rev[b]elado. Además, funcionamos también como distribuidora de cine independiente. ¡Estamos entretenidos!
Ocasionalmente imparto clases y conferencias, escribo alguna publicación, etc. Algo que me gusta especialmente es mi proyecto como DJ bajo el nombre Deriva, que nació hace dos veranos y donde pincho electrónica ‘all female’.
Respectos a los retos, como todas las mujeres, cada día tengo uno. Me cabreo mucho con las situaciones que veo a mi alrededor o cuando pongo las noticias. Pero quiero ser positiva y pensar en un futuro más feminista, que no femenino, desde donde se lleven a cabo unas políticas y una educación en igualdad y donde quede erradicada la violencia machista. Me hace ilusión pensar que en todo lo que hacemos, contribuimos un poquito en todo esto.
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Blanca Rego
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Clara te canta
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Coral Foxworth
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Jamz Supernova
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Obscuro Barroco
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Pan Daijing
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Princesita
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Team Hurricane