Conocí artísticamente a Najwa Nimri cuando en el instituto el profesor nos puso Abre los ojos de Alejandro Amenábar. Yo pasé de la delicada Penélope Cruz, prefería a la tía del piti y el vestido rojo y caí prendido de ella: de Najwa. Como buen fan me marché de Erasmus a Romanievi (Finlandia) buscando a mi propio amante del círculo polar. Obviamente no lo encontré. Años después, cuando he tenido la oportunidad de entrevistarla, me he sentido como Bruce Davison en esa escena del helicóptero en X-Men: nervioso e impresionado por una mujer tan camaleónica e imprevisible como la Mística de Rebecca Romijn, porque Najwa es inclasificable.
Con cada proyecto ella parece mutar, convertirse en otra persona. Su peinado cambia, su ropa, sus gestos… pero jamás su talento. Ya sea en el cine o en la música, ella sigue siendo ejemplo de fuerza y personalidad. Ahora nos sorprende con Ama, un disco de boleros… ¿quién lo diría? Y es que Najwa siempre apunta al corazón, ya sea con una nueve milímetros o con su inconfundible voz.
¿Cómo estás? Ahora que estrenas nuevo disco, titulado Ama, me gustaría preguntarte algo que me lleva despertando curiosidad, ya que cada artista responde de forma distinta. A la hora de crear este nuevo trabajo musical, ¿dirías que el confinamiento ha sido un cómplice o un enemigo de tu propia creatividad?
En este caso ha sido más un cómplice, ya que he podido prestar atención a canciones que me cantaba mi madre cuando era pequeña, algo que jamás habría hecho de no ser por el confinamiento.
¿Entonces dirías que tu madre es la principal influencia de este disco?
Sí, la influencia ha sido mi madre, sobre todo. Quiero decirte que empecé a tararear las canciones sin siquiera saber que eran boleros. Me puse a grabarlas: la primera fue Muñequita linda, se la pasé al productor, me la devolvió, seguimos trabajando en ella y me preguntó: “¿tú sabías que esto era un bolero, verdad?” y le dije que no tenia ni idea. Entonces empecé a tirar del hilo, escuchando canciones a las que nunca había prestado atención… y me he encontrado con un álbum de boleros.
Has tocado una multitud de géneros musicales con discos como Walkabout, Rat Race o el más reciente Ama. ¿Qué te hace decantarte por uno u otro tipo de música?
Es muy sencillo, no pienso en hacer un disco, voy haciendo canciones y, de repente, me topo con un disco. Cuando solo piensas en una canción después salen quince y al final coges diez y te das cuenta de que tienes un disco. Pero, justo cuando acabas de sacar un disco, ni siquiera has girado el nuevo y estás inmersa en un rodaje. El caso de este disco es algo muy atípico. Nos confinaron y estando sola en casa únicamente podía hacer música. Me puse a grabarla y después empecé a pelotear con Josh, el productor. Cuando empecé a rodar continué currando con él. En ningún momento dije, “¡wow, estoy confinada, voy a hacer un disco de boleros!”.
¿Entonces surgió solo de forma orgánica?
Orgánico es el principio, lo demás es todo trabajo. El trabajo es orgánico hasta cierto punto, hay mucho de disciplina y cabeza. Es orgánico, sí, pero también es trabajo.
En el tema Esta tarde vi llover, colaboras con Rusowsky. ¿Crees que es importante que artistas consagrados trabajen con aquellos que están empezando a petarlo? ¿Qué aprende una cantante experimentada de los jóvenes músicos?
No necesariamente, le puedes hundir la carrera a alguien (risas). Por así decir, no me considero una artista consagrada y yo a él tampoco lo veo como un artista novel. Me encantaba su universo musical, se lo ofrecí y tardó muchísimo tiempo en devolver la canción con la cover grabada.
En el caso de Pablo Alborán es Israel Fernández, tienen un poder en la voz que me flipan y pueden cantarlo todo. Israel es una fuerza de la naturaleza y Pablo puede cantar absolutamente cualquier canción. Los llamé por que eran muy buenos cantantes, no pensé en sus estilos o edades. Llamé a cantantes que me gustaban. Tampoco es que escuche de pleno todos sus álbumes, simplemente aprecio su habilidad vocal y el espíritu que tienen a la hora de cantar.
En el caso de Pablo Alborán es Israel Fernández, tienen un poder en la voz que me flipan y pueden cantarlo todo. Israel es una fuerza de la naturaleza y Pablo puede cantar absolutamente cualquier canción. Los llamé por que eran muy buenos cantantes, no pensé en sus estilos o edades. Llamé a cantantes que me gustaban. Tampoco es que escuche de pleno todos sus álbumes, simplemente aprecio su habilidad vocal y el espíritu que tienen a la hora de cantar.
¿Puedes chivarme el nombre de algún cantante de tu lista de futuras colaboraciones?
Vamos a guardar a muchos de los colaboradores para más adelante, y luego pues todos los que vengan... Iremos viendo. Esta vez la dirección ha ido en colaborar con artistas de los que pueda aprender a cantar, gente que se deja la boca en el estudio.
Antes has mencionado el tema de Muñequita linda. El videoclip que acompaña a la canción está protagonizado por Esther Expósito. ¿Por qué ella?
Justo por eso, Esther es una muñequita linda, una niña muy guapa, aparte de muchas otras cosas, también tiene mucho aplomo. Para este video queríamos contar una historia. Yo no conocía a Esther pero coincidimos en San Sebastián y todo surgió porque, a veces, hay cosas que simplemente se dan, al igual que la colaboración con Álvaro Morte. A ella le gustó la canción y le pregunté: “¿quieres rodar el videoclip si hacemos uno?”, y me dijo que sí, que si lo hacíamos ella estaba encantada de participar.
Como artista resultas camaleónica, no solo por la variedad de tus trabajos, también por tu aspecto. En Ama te has decantado por una estética más sofisticada, como una mezcla entre Jessica Rabbit y Faye Dunaway. ¿Qué relación hay entre tu estética y tu música?
Consiste en tener al mismo equipo detrás, casi siempre es el mismo fotógrafo y los mismos estilistas; hay muchas cosas en común. Es diferente el outfit y la pose, pero hay cosas en común. Es el mismo equipo pero sigue reinventándose.
Yo me fijé que en el anterior álbum Viene de largo había cierta influencia de Zulema en él. El aspecto, el tono… ¿fue así? ¿Te influenció ese personaje?
Yo voy cambiando de peluca, entonces, a veces me tocan pelucas más largas, otras más cortas, a veces uso mi pelo… Yo cambio de aspecto mucho, al igual que la cara y el estilismo. Eso sí, mi esencia sigue siendo la misma. Sí puede ser que ese trabajo estuviera más cargado de ira.
Venga, ¿cantar o actuar?
Me quedo con las dos. Cuando cantas estás más en ti, ya que cuando interpretas estás más en el personaje. Cuando actúas tienes que sumergirte mucho en ti para convertirte en otra persona, pero… también, está muy bien descansar de una faceta con la otra.
Entonces, ¿qué faceta dirías que es más introspectiva?
La música ya que nadie escribe mi música, nadie escribe ese guión.
2020 y casi incluso 2021, componen una época oscura e incierta en la que hemos pasado muchas horas delante de una pantalla buscando la compañía de personajes de ficción auténticos. Para millones de personas esos personajes han sido interpretados por ti. ¿Cómo estás viviendo todos los innegables éxitos de ficciones como Vis a vis o La casa de papel?
Estamos ahí a tope con los espectadores.
Con una carrera en el mundo de la interpretación plagada de interpretaciones tan variadas, ¿se espera uno que personajes como el de Zulema o el de Alicia Sierra llamen a tu puerta o resultan siempre una sorpresa?
No, yo entre medio hice, por ejemplo, Quién te cantara de Carlos Vermut.
¡Claro! Pero tu papel en Abre los ojos de Alejandro Amenábar también era una chica muy guerrera.
Sí, pero yo he hecho de todo. Lo que pasa es que ahora he estado en dos cosas que se han visto mucho y tiene mucho que ver con eso. Lo que más éxito tiene es lo que más se queda, pero no reniego de nada. Todo me divierte muchísimo y me encanta.
Tú misma has nombrado a tu papel de Lila Cassen como el mejor de tu carrera. ¿Por qué te has decantado precisamente por esa interpretación?
No diría que es la más lograda, simplemente es que me gustaba verla. Como me gusta tanto la película no solo me veo a mi, veo todo. La interpretación es la que el director quería. No era necesariamente el tono en que yo me habría puesto, pero sí el del director.
¿Dirigir no te llama?
No, no me interesa.
El año pasado te despediste oficialmente de Zulema, pese a que Vis a vis sigue arrasando en Neflix, pero aseguraste que ese personaje se ha quedado contigo….
Es una forma retórica de decir que me acompañará siempre, que lo tengo en el corazón. Mi ira contenida es innata, no nace con Zulema, viene de fábrica.
¿Cómo ha afectado a Najwa poder verter toda esa ira en sus personajes?
Ahora que estabais preparados para verlos, pues los he podido hacer. Antes no se podía.
¿Dirías que interpretar esos papeles ha sido más como echar gasolina o ir a terapia?
No sé qué decir, quizás un poco de todo. Supongo que he podido quitarme mucho ahí y también todo lo contrario. Como nos pasa a todos los actores.
Protagonizaste dos piezas teatrales: Antígona, dirigida por Rubén Ochandiano y Drac pac escrita por ti misma. ¿Has barajado volver de nuevo al teatro?
No es mi medio. En escena mi medio es la música. A priori no tengo planes, pero si de repente aparece algo que te ofrece crecer… Con el público mi medio siempre ha sido la música, no el teatro.
Como fan de vuestro dúo, tengo que preguntarte por su trabajos con Carlos Jean. ¿Podemos esperar algo próximamente?
Hablé el otro día con él, pero musicalmente, estoy muy contenta como estoy. No prevemos juntarnos para hacer música ahora mismo. Él está en sus cosas y yo en las mías. Eso sí, nos saludamos, nos mandamos recuerditos.
Volviendo al cine, has trabajado con Icíar Bollaín, Julio Medem o Daniel Calparsoro. ¿Qué directores quedan aún pendientes en tu lista?
Rodrigo Sorogoyen y Pedro Almodóvar, con este último tiene un escarceo, pero quizás no vuelva a llamarme nunca más; Sorogoyen me tanteó. También muchas jóvenes promesas. ¡Ah, y con Álex de la Iglesia! Me ofreció una cosa pero estaba rodando La Casa de Papel.
¡Todo el mundo me dice Almodóvar!
Bueno te he dicho varios, pero me quedan un montón. Con todos hay opciones. Hay más por ahí, ahora no se me ocurren y luego diré mierda, tendría que haber mencionado a este.
¿Qué tipo de personaje te gustaría interpretar próximamente?
Yo creo que lo próximo será una mujer que parece normal, pero luego no lo es. Una mujer paseando a niños en el parque, encontrándose a otras madres...
¡Un poco rollo Mataharis!
Sí, pero sin ser una detective naturalista. Me gustaría algo más subido de tono. Una tragcomedia, una comedia soterrada… ¡Un thriller-comedia!
¡Eso suena muy Álex de la Iglesia!
Sí, apunta maneras que igual hago algo parecido. Lo que más me apetece es divertirme rodando. Siempre me toca hacer cosas súper drásticas pero, por lo general, el resto del día en el rodaje me paso el día riendo.
La comedia entonces te llama…
No sé si soy buena haciendo comedia. Detrás de cámara soy siempre la más payasa.
¿Y el terror?
Terror ya hago.
Me refiero a terror, terror.
Zulema es terror.
No me refiero a un personaje terrorífico, sí a un personaje dentro de un panorama propio del horror.
Me han ofrecido, en el cine fantástico descubrí las nuevas maravillas de los últimos años. Hay grandes cineastas que hacen magia, hay grandes promesas; estoy súper abierta.
Y próximamente, ¡nos sorprendes presentando un reality! ¿Qué podemos esperar de Insiders?
No lo presento, ¡ya lo veréis! Sigo siendo yo en esencia. Es un reality pero son muchas cosas juntas. No presento con un público, es algo diferente.
El resto de 2021 se presenta de puta madre…
He terminado La Casa de Papel, luego lanzo Insiders y el álbum. Luego me iré de vacaciones, sin móvil, imagínate.
¡Uy, por Dios!