En su última colección son las margaritas las que se llevan el protagonismo. Pero en otras ocasiones también lo han sido las mujeres de los barrios latinos o los peluches de colores. Y es que María Escoté tiene algo claro: una de las cosas más importantes de su profesión es el espíritu que hay tras cada marca. ¿El suyo? Rebelde, vivo y rebosante de personalidad.
Para empezar, una pregunta extensa (o puede que muy corta, según como se mire): ¿qué es la moda para María Escoté?
Es una forma de expresión.
Tus prendas destacan, sobre todo, por su personalidad arrolladora. ¿Consideras que ya te has encontrado a ti misma como diseñadora, o te sigues buscando día a día?
Al igual que nuestras prendas, nuestros clientes destacan por su personalidad. Temporada tras temporada apuestan por la marca y están muy pendientes de los nuevos diseños, a la espera siempre de que les sigan sorprendiendo. Con lo cual esa búsqueda no ha terminado: con cada colección hay un largo estudio y un desarrollo de cada de una de las prendas, con nuevas técnicas y diferentes evoluciones. Esto no ha hecho más que empezar, me queda un largo camino para encontrarme a mí misma como diseñadora.
Debutaste en 2007 en El Ego de Cibeles. Cuéntanos un poco cómo recuerdas aquel día. ¿Pensaste que llegarías donde has llegado hoy?
Recuerdo aquel día como uno de los mejores de mi carrera. La magia, nervios e ingenuidad que se escondían en ese primer desfile han sido irrepetibles.
¿Cómo es tu estado de ánimo justo antes de un desfile? ¿Se aprende a controlar los nervios con la experiencia, o no se pierden nunca?
Con los años adquieres experiencia y aprendes a controlar todo lo que conlleva un desfile. No obstante, soy una mujer muy visceral, y siendo este el día para el que se ha estado trabajando durante toda la temporada, estar nerviosa justo antes es inevitable.
El pasado mes de septiembre presentaste en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid tu colección primavera/verano 2016. Lleva por título Do you Electric Daisy?, en honor a un festival de electric dance nacido en unos almacenes de Los Ángeles, en la década de los noventa. Háblanos un poco de esta colección donde reinan las margaritas.
Es una colección en la que, como bien sabéis, la protagonista es la margarita. Nace de una premisa sencilla, llevar la margarita a su máxima expresión. Una de mis ideas era un cuerpo desnudo de mujer sobre el que se tiran miles de margaritas: de ahí las flores de charol, napa y lentejuelas recortadas y bordadas sobre bases de vestidos en tulle nude. Margaritas de luz que se proyectan en los conciertos de un cielo eléctrico.
No solo tu última colección escapa de lo convencional, sino que todas las que diseñas llaman inevitablemente la atención por el componente distintivo del que las dotas. Private Dancer, Luh Ya Papi o Megababe son solo algunos ejemplos. ¿Cuál es el momento en el que piensas, “ésta va a ser mi nueva colección”? ¿Qué requisitos tiene que cumplir una idea para llegar a la pasarela?
En el momento de la búsqueda de un concepto soy una esponja, mi mente está abierta y deseando encontrar ese concepto o idea en el que me apetecerá sumergirme durante meses y hacerlo completamente mío. Es una de las cosas que más me gustan de mi trabajo. En cualquier caso, no hay límites a la hora de encontrar una fuente de inspiración: una colección puede nacer a partir de un cuadro, de una canción, de una recuerdo de la infancia… En definitiva, de cualquier cosa que me emocione.
Muchas veces solo se ve la parte bonita del mundo de la moda; la faceta idílica que construyen los diseñadores y que desfila en las pasarelas. Pero la realidad es muy distinta: arrójanos un poco de luz sobre este tema. ¿Cuál es, para ti, la cara más oscura del mundo de la moda?
Prefiero que la gente se quede con esa imagen idílica. La cara oscura del mundo de la moda se queda para los que trabajamos dentro de ella.
¿Cuál crees que es la cualidad más importante que alguien debe tener para lograr dejar huella en esta profesión?
Creo que la cualidad más importante para un diseñador es tener su propio idioma, una marca con identidad y una fuerte personalidad. Para mí es importante el espíritu que hay detrás de cada marca, la historia que te transmite: que te llegue y te emocione.