Sorprende saber que una diseñadora como María Escoté, uno de los nombres más reconocidos del panorama nacional que ha llevado sus creaciones y la moda española a las más altas escalas internacionales, nunca haya presentado un desfile en la ciudad que la vio nacer, pero por lo que presenciamos ayer en la pasarela de 080 Barcelona, parece que esa primera vez ha llegado en el momento indicado, tanto para ella como para nosotros. Aludiendo a los superhéroes que la han inspirado a lo largo de su vida y convirtiéndose ella en heroína de su propia historia, la experiencia, la técnica y su visión única han quedado plasmados en S x María Escote, donde se demuestra por qué su nombre y su marca han llegado hasta donde han llegado.
Uno de los platos fuertes de esta temporada de la semana de la moda catalana: la diseñadora afincada en Madrid ha escogido su ciudad, Barcelona, como el escenario en el que hacer el tan esperado retorno a las pasarelas después de cinco años de ausencia, tiempo en el que se ha enfocado en hacer crecer su marca y empresa, ofreciendo su perspectiva única del oficio, lo suficientemente único y original como para continuar llamando la atención de entusiastas y expertos y lo suficientemente universal como para resultar siempre un éxito comercial. En esta temporada, María ha decidido aterrizar en el recinto modernista Sant Pau como un superhéroe que llega cuando más lo necesitas.
Inspirándose en elementos de la animación e ilustración propios de este estilo pop-art inherentemente unido al universo cómic, pero no por esto resultando caricaturesco, María ha explorado una serie de técnicas, manipulaciones y siluetas que evidencian su complejidad, pero que no resultan excesivamente intelectuales o pretenciosas, sino divertidas y altamente favorecedoras. Como en toda colección, el punto de partida son los materiales, y la elección de los mismos puede garantizar el éxito o condenar al fracaso, y la selección que ha realizado para esta colección es una de las razones por las que todo parece funcionar tan bien. Desde el brillo, la caída y fluidez casi líquida de los textiles, pasando por la estructura de los materiales más sastreros y la delicadeza de los tejidos de punto, cada elemento no hizo más que realzar y resaltar el diseño y la construcción de cada prenda.
Con estos materiales hizo realidad nuestra imagen mental de traje de superhéroes, con capas imponentes, bodys sexys pero letales y siluetas que desafían la física para envolver el cuerpo de una forma solo vista en dibujos en 2D y que resultan aún más impresionantes en un cuerpo real. La fantasía esconde técnica y un savoir-faire que solo lo dan los años de experiencia. En la colección se exhiben técnicas impecables, tanto en el patronaje en las piezas más rígidas, como las prendas corseteras o los trajes clásicos desestructurados, el moulage con los vestidos con torsiones imposibles y drapeados que desafían la gravedad o en las manipulaciones como la representada en una camisa básica con una ilustración en 3D de Superman creada a partir de la superposición (todo en esta colección es super, al parecer) de varias capas de tejido estampado transparente, creando un efecto de trompe-l'œil único.
Con esta colección, María Escoté ha demostrado que confía en su visión y estética y, a partir de ella, crea nuevos universos siendo fiel a sí misma. Retornar a casa para presentar una de sus mejores colecciones hasta la fecha ha sido una excelente idea y tanto sus seguidores, el público, sus amigos íntimos y ella misma pueden sentirse orgullosos del nivel y la calidad de creaciones procedentes de uno de los nombres más importantes de la moda española.











