Manuel Albarrán es más que un diseñador, es un artesano que consigue hacer de los materiales más rígidos una auténtica obra de arte futurista. Nos adentramos en el universo del artista más distópico, lleno de personajes andróginos, superheroínas y deseo que ha vestido a figuras como Lady Gaga, Lil Nas X o Chloe x Halle.
En tus obras abordas temas como el delirio, el amor, el sexo y la lujuria. ¿Cómo conviven estos conceptos tan ‘cálidosʼ y carnales con un material eminentemente frío y desgarrador?
Me atrae el contraste entre conceptos y elementos diferentes, de la misma forma que los polos opuestos se atraen.
¿Hay un hilo común para ti entre las personas que llevan tus creaciones? ¿Es el estilo de mujer heroína/femme fatale el que más tienes en mente a la hora de abordar una colección?
Me inspiran multitud de personas, pero todas tienen en común su belleza. Esta ha de ser muy peculiar y característica, diría casi andrógina, es lo que siempre me ha atraído.
Defines tu trabajo como ‘metal coutureʼ, ¿puedes ahondar en lo que supone este concepto para ti?
Ahora mismo ya no defino mi trabajo como metal couture, me encuentro en una transición hacia conceptos mas mecánicos, articulados con engranajes. Mi trabajo es como una escultura, que va cambiando según la perspectiva desde donde la mires.
Estos conceptos son con los que interactúo en mi día a día en el estudio, cuando estoy diseñando, ejecutando piezas o simplemente organizando. Digamos que existe en mí una biblioteca de conceptos a los cuales normalmente recurro, son los que me atraen y me hacen disfrutar la obra desde su comienzo hasta que se hace pública.
Estos conceptos son con los que interactúo en mi día a día en el estudio, cuando estoy diseñando, ejecutando piezas o simplemente organizando. Digamos que existe en mí una biblioteca de conceptos a los cuales normalmente recurro, son los que me atraen y me hacen disfrutar la obra desde su comienzo hasta que se hace pública.
Tu trabajo mezcla lo artesanal y manual que implica el trabajo con el metal con el mundo urbano de la alta costura. ¿Cómo es la convivencia para ti de estos mundos tan dispares?
La práctica totalidad de mi trabajo en metal es artesanal, se trata de una cuestión de procesos. Me siento muy cómodo cuando estoy manipulando las piezas y desarrollo las técnicas para conseguir el resultado final. Adoro el proceso de ejecución, más allá del concepto o la estética.
Una de tus piezas insignia son los corsés en los que empleas incluso varias técnicas a la vez, ¿podrías desgranarnos en qué consiste este trabajo?
Aunque la corsetería ya es algo pasado para mí, fue una disciplina en la que me sentía muy cómodo y me fascinaba. Se trataba de una investigación continua, en la cual desarrollaba diferentes maneras de hacer las composiciones y patrones para obtener la figura más abrupta entre cintura y cadera, que es el fetiche por excelencia en el mundo de la corsetería.
Los personajes que visten tus piezas pertenecen a un mundo de ciencia ficción y fantasía, ¿cuáles son tus referencias audiovisuales?
Tengo todo un abanico de referentes, aunque obviamente todo lo relacionado con ciencia ficción, futuro, especies alienígenas, robots, cyborgs, androides y super héroes conforman una buena parte de este abanico; también me llama la atención todo lo relacionado con la historia y lo tribal.
Tus piezas nos remiten a un ambiente distópico, sobrenatural y futurista. ¿Qué es para ti el futuro?
Creo en un futuro multidimensional, con muchas ramificaciones y posibilidades, rico en diversidad y fascinante por sí mismo.
¿Cómo imaginas que nos vestiremos en 2050? ¿Lo imaginas tan onírico como tus creaciones?
No me lo imagino tan onírico, aunque lo que sí tengo claro es que la tecnología va a ir de la mano con nuestra forma de vestir. A día de hoy, ya podemos verlo y creo que esta tendencia se consolidará.
El material con el que trabajas es sin duda tu insignia más identificativa, ¿de dónde lo obtienes y cómo llega a ti?
Por una parte, utilizo la materia prima a través de lugares especializados y por otra parte busco otras piezas que, si bien originalmente tenían usos muy diversos, las modifico hasta conseguir que se adapten a lo que tengo en mente.
Por las características rígidas del material, entendemos que el proceso de elaboración de cada pieza debe ser metódico y milimétrico, ¿podríamos ahondar un poco más en el mismo?
Es un proceso más bien largo, y dependiendo de cada diseño tengo que buscar una forma u otra de llegar a él. Es como resolver un problema: según los volúmenes, dirección o composición he de pensar cómo engranar todas las piezas para conseguir lo que tengo en mente.
Dadas las características del material con el que trabajas, tus colecciones requerirán un mayor tiempo a la hora de conceptualizarse y ver la luz, ¿cuánto tiempo te lleva aproximadamente elaborar cada pieza?
Depende mucho de la pieza, el material y su complejidad, la duración va desde las 5 horas hasta días o semanas enteras.
¿Podrías darnos alguna pista sobre el concepto de tu próxima colección?
Soy bastante indisciplinado a la hora de hacer colecciones, aunque puedo adelantar que llevo trabajando en un proyecto personal que combina escultura de metal con mis piezas de arte.