Este otoño, Cartier se adentra en el mundo de la decoración y presenta una colección para el hogar. Para la marca, joya y objeto nacen de la misma historia y concepto, y han trasladado su identidad y su saber hacer a una colección de piezas pensadas para lucir en casa. En sus propias palabras: “Objetos llenos de emoción, objetos fetiche o regalos preciosos; cada pieza de la colección teje un lazo de intimidad entre Cartier y su destinatario, entre el joyero y el objeto, entre el objeto y el lugar que le corresponde”.
Los objetos cotidianos, aquellos que estamos tan acostumbrados a ver que apenas les dedicamos unos segundos de nuestra atención, se convierten en esta ocasión en piezas tan delicadas como coloridas. Candelabros metalizados, cajas de madera, marcos para fotos, bandejas y boles de porcelana: la nueva colección se mueve entre “la elegancia, la funcionalidad, el preciosismo y el refinamiento”.
Estas piezas destacan por los detalles realzados con materiales preciosos y la huella que el savoir-faire de la marca imprime en ellas. Desde los motivos geométricos grabados o calados en el metal hasta las piedras ornamentales –jaspe rojo, ónix y lepidolita–, la excelencia está presente en cada una y refleja a la perfección la relación entre joyería, orfebrería y decoración. Todo un tributo al arte de vivir y de regalar.
Estas piezas destacan por los detalles realzados con materiales preciosos y la huella que el savoir-faire de la marca imprime en ellas. Desde los motivos geométricos grabados o calados en el metal hasta las piedras ornamentales –jaspe rojo, ónix y lepidolita–, la excelencia está presente en cada una y refleja a la perfección la relación entre joyería, orfebrería y decoración. Todo un tributo al arte de vivir y de regalar.