Solo un genio puede entender a otro genio. O eso nos demuestra Jonathan Anderson, que se empapa esta vez del talento como tapicero del artista inglés John Allen, utilizando tres estampados de su serie "British Landscapes" para la nueva colección cápsula de complementos de Loewe. Paisajes reales pero con un toque misterioso, colores vivos e inesperados, técnica y precisión. Coincidiendo con el lanzamiento de la colección, la galería Loewe de Barcelona expone una serie de tapices del artista. Nos acercamos a descubrirlos la semana pasada aprovechando el Encuentro Loewe con Allen, figura emblemática que a sus 80 años es toda una fuente de inspiración y vitalidad. 
Tras una vida dedicada al estampado textil, Allen se empezó a dedicar a la producción de tapices de carácter artístico. "Me veía a mí mismo como un diseñador comercial. Me interesaba generar ideas, no producirlas, porque podía hacerlo pero era aburrido". La idea de colaborar con otro diseñador resultaba algo difícil. "Nunca confías en que otra gente se haga cargo de tu trabajo. ¿Qué madre daría a su hijo a un desconocido? Y eso es lo que estoy haciendo, dar mis bebés a Jonathan (Anderson). Todos los diseñadores somos egoístas, no queremos compartir el ego con otra persona". Pero después de que Anderson utilizara sus estampados en algunas piezas de su colección para hombre S/S15, Allen ya tenía formada una inmejorable opinión sobre el irlandés: "Supe que podía confiar en él. Sentí que haría un buen trabajo, porque sé que tiene las mismas opiniones que yo, que tiene un gran sentido de la estética y mucho interés por la artesanía".
Los paisajes de Allen se inspiran en su alrededor, sobre todo su Reino Unido natal, pero como él mismo reconoce, "siempre empiezo con el paisaje real. Salgo fuera a dibujar o hacer fotos. Pero lo mejor de ser artista es que puedes jugar a ser Dios al volver al estudio". El color también es clave para él, "Soy muy sensible a los colores, algunos me duelen y otros me producen un cosquilleo cuando los veo". Azules, púrpuras, naranjas, amarillos, verdes… La intensidad es clave, pero también las formas simples, sus piezas son aptas para todo el mundo: "Los complementos son para cualquier persona, porque se ha usado un estampado más sobrio, otro más vanguardista y otro que se sitúa entre ambos".
"Siempre miro adelante. Solo pienso en el hoy o en el mañana, nunca en el pasado, por eso no conservo mis obras", añade Allen. Y aún así, la colección tiene un aire atemporal: "Creo que las piezas envejecerán de forma muy bonita". Como el propio artista. 
La exposición se mantendrá abierta en Galería Loewe (Passeig de Gràcia, 91) hasta finales de agosto.
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