Tras un año de pausa por la pandemia, el director de cine y fotógrafo Leo Adef vuelve a la escena con una de sus obras más relevantes y personales, la publicación de Warp, el libro fotográfico que manifiesta la esencia de su trabajo y el amor que le tiene, que sale hoy. Se trata de un libro totalmente auto-editado y producido de forma artesanal en Barcelona, motivo por el que solo cuenta con doscientos ejemplares. “Quería que estas imágenes existan de forma física en un objeto que quien lo tuviera pudiese tocarlo, olerlo, mostrarlo y compartirlo de una forma que en un archivo digital no sería posible”, nos cuenta.
A puertas de su lanzamiento, el artista nos explica que este proyecto documental “cuenta con retratos a más de cien personas queers que conocí entre 2018 y 2021 y que me inspiraron a inmortalizarlos en este libro”. Y es que lo que significó una interrupción obligada de la normalidad para muchos en el 2020, terminó siendo para Adef el momento perfecto para echar vista atrás y recopilar las imágenes más íntimas y sinceras de sus últimos tres años de trabajo: “Al principio fue duro pero al poco tiempo de empezada la pandemia encontré en el libro que estoy presentando la ilusión que me estaba costando encontrar”.
Cuando inició el proyecto cuatro años atrás no pensó que se convertiría en un libro. Lo que empezó como una documentación espontánea de momentos personales en una pequeña cámara de cinta terminó convirtiéndose en cien horas de videos: fiestas, viajes, el día a día con sus amigos y todo esto desde una perspectiva franca y amiga, como si nos llevara por esos instantes a través de sus ojos. “Comencé a hacer capturas de momentos, detalles, miradas, situaciones que me gustaban o me hacían recordar eventos significativos, divertidos o eróticos, y pensé que sería interesante hacer algo con esas imágenes”. Fue así como estos fragmentos visuales –en forma de capturas de vídeo– se convirtieron en las páginas de Warp.
Esta es una obra que encarna el atrevimiento, la libertad sexual y que funciona como arma de visibilidad para la escena queer. Y es que el factor testimonial de su fotografía hace de Warp una realidad, nos transporta a su propio mundo retratado y sin necesidad de filtros: “un día llevé mi cámara a la fiesta y al ver el material grabado al día siguiente me di cuenta que lo que estaba viendo merecía ser registrado y mostrado ya que desprendía libertad y podía ser de mucha inspiración para quien lo viese”, explica Adef. No hace falta preguntarse, entonces, cómo el director logra transmitir esa libertad y frescura que irradian sus imágenes, al mismo tiempo que expresa la necesidad de encontrar o crear esos espacios seguros para quienes buscamos “encontrarnos, divertirnos y escaparnos de lo que vivimos en el día a día”.
Cuando inició el proyecto cuatro años atrás no pensó que se convertiría en un libro. Lo que empezó como una documentación espontánea de momentos personales en una pequeña cámara de cinta terminó convirtiéndose en cien horas de videos: fiestas, viajes, el día a día con sus amigos y todo esto desde una perspectiva franca y amiga, como si nos llevara por esos instantes a través de sus ojos. “Comencé a hacer capturas de momentos, detalles, miradas, situaciones que me gustaban o me hacían recordar eventos significativos, divertidos o eróticos, y pensé que sería interesante hacer algo con esas imágenes”. Fue así como estos fragmentos visuales –en forma de capturas de vídeo– se convirtieron en las páginas de Warp.
Esta es una obra que encarna el atrevimiento, la libertad sexual y que funciona como arma de visibilidad para la escena queer. Y es que el factor testimonial de su fotografía hace de Warp una realidad, nos transporta a su propio mundo retratado y sin necesidad de filtros: “un día llevé mi cámara a la fiesta y al ver el material grabado al día siguiente me di cuenta que lo que estaba viendo merecía ser registrado y mostrado ya que desprendía libertad y podía ser de mucha inspiración para quien lo viese”, explica Adef. No hace falta preguntarse, entonces, cómo el director logra transmitir esa libertad y frescura que irradian sus imágenes, al mismo tiempo que expresa la necesidad de encontrar o crear esos espacios seguros para quienes buscamos “encontrarnos, divertirnos y escaparnos de lo que vivimos en el día a día”.