Tras graduarse en el Royal College of Art de Londres, la diseñadora canaria Lavina Peswani se lanzó a crear su proyecto con una amiga. Aunque no acabó funcionando, Peswani siguió empeñada en tirar adelante, y gracias a ese esfuerzo, ya puede decir que tiene una marca propia con la que cuenta historias esperanzadoras a la vez que emotivas. Hoy hablamos con la diseñadora sobre su segunda colección de pañuelos, New Wings, a los que define como vivencias personales plasmadas en arte, ya que cada pieza tiene la historia de una mujer valiente y luchadora detrás. Musas para quienes la palabra superación forma parte de su ADN.
Lavina, descubriste el arte cuando eras una niña y desde entonces has querido explorarlo. Primero lo hiciste a través de pinturas e ilustraciones, y al llegar a la universidad lo hiciste con el diseño textil. Estudiar en el Royal College of Art de Londres te permitió crear tu primera colección de pañuelos, Hybrid Nature, inspirada en la naturaleza. ¿Te imaginabas que este proyecto sería el inicio de tu carrera en el sector de la moda hasta llegar a crear tu propia marca?
Hybrid Nature fue el inicio de todo, sin duda. Una buena amiga, Veronica Raad, diseñadora gráfica en aquel entonces, estaba viviendo en Barcelona. Ella estaba estudiando un máster en diseño gráfico en Elisava mientras yo estaba en Londres. Después de graduarme decidimos unir fuerzas y crear mi marca personal desde Barcelona. La verdad, le pusimos mucho cariño y empeño al proyecto Hybrid Nature, pero cada una fue evolucionando, y ella tomó su camino y yo el mío.
Después de unos años necesitaba un comienzo nuevo y dar una imagen fresca a la marca. Necesitaba evolucionar y experimentar más con los prints, así que empecé a diseñar ropa, siendo los pañuelos el punto de partida. Junto con Leon Romero, estudio de diseño y dirección de arte, dimos el enfoque y el spin que necesitaba la marca. Con la nueva imagen lanzamos el proyecto New Wings. Ha sido un camino largo con mucho aprendizaje, ¡y todavía queda mucho! Pero nunca pensé llegar hasta aquí.
Después de unos años necesitaba un comienzo nuevo y dar una imagen fresca a la marca. Necesitaba evolucionar y experimentar más con los prints, así que empecé a diseñar ropa, siendo los pañuelos el punto de partida. Junto con Leon Romero, estudio de diseño y dirección de arte, dimos el enfoque y el spin que necesitaba la marca. Con la nueva imagen lanzamos el proyecto New Wings. Ha sido un camino largo con mucho aprendizaje, ¡y todavía queda mucho! Pero nunca pensé llegar hasta aquí.
En marzo de 2019 lanzaste tu segunda colección de pañuelos, New Wings, inspirada en mujeres de diferentes países. Que esta haya sido tu fuente de inspiración, ¿se debe a tu propia identidad? ¿Tener raíces indias pero haber nacido y crecido en las Canarias influye en tu forma de crear?
Ser una persona multicultural es algo que definitivamente ha influenciado el proyecto New Wings. Creo que más que una influencia, lo que ha hecho es poder expresar la idea de unión con más facilidad –más que una cultura o religión, lo que nos une es la fuerza que tenemos dentro, el poder elegir ver lo positivo en una situación difícil. Este es el mensaje principal de New Wings.
New Wings es una serie de telas con la que exploras el poder femenino y que, a través de sus dibujos hechos a mano, cuenta las historias personales de cuatro mujeres de países distintos (India, Afganistán, Ruanda y Nepal). Todo ello con el objetivo de unir comunidades con culturas totalmente distintas y transmitir sus sentimientos y valores. ¿Por qué es importante para ti crear una conexión entre la cultura y la moda?
A mí lo que me fascina es conocer las historias detrás de una persona, un edificio, un plato de comida o incluso una prenda. Creo que contar y conocer historias nos hace vulnerables, y esto nos permite conectar los unos con los otros de una forma más profunda. Este punto es lo que me parece interesante, y quiero explorarlo a lo largo de mi carrera para que una prenda, un pañuelo o lo que sea que diseñe en un futuro sea más que eso –que sea algo que transmita energía positiva, sentimientos, que enriquezca.
La filosofía de la marca es: moda como arte, arte como moda. Pero, ¿qué son el arte y la moda para mí? El arte es la expresión del alma, la identidad y los sentimientos personales, y la parte cultural es parte de ello. La moda es, al final del día, para mí, un conjunto de tendencias o propuestas de estilos que siempre están cambiando para la vida cotidiana. Llegué con esto a la conclusión de que el arte conecta almas y el diseño conecta sociedades.
Durante mi proyecto final en el Royal College of Art me preguntaba, ¿por qué las dos cosas no pueden ir juntas? Allí descubrí que lo que a mí me interesa en realidad, más que crear cosas bonitas, es poder contar historias. Para mí, cada cosa que pinte o diseñe me tiene que enriquecer tanto a nivel personal como profesional, así que conectar moda y cultura me ayuda crecer como persona. Aparte de eso, para mí es importante esto porque la moda debería ser más que una prenda; debería crear una conexión entre culturas, entre historias poderosas. La moda puede ser rutinaria pero también un manifiesto de ideas profundas.
La filosofía de la marca es: moda como arte, arte como moda. Pero, ¿qué son el arte y la moda para mí? El arte es la expresión del alma, la identidad y los sentimientos personales, y la parte cultural es parte de ello. La moda es, al final del día, para mí, un conjunto de tendencias o propuestas de estilos que siempre están cambiando para la vida cotidiana. Llegué con esto a la conclusión de que el arte conecta almas y el diseño conecta sociedades.
Durante mi proyecto final en el Royal College of Art me preguntaba, ¿por qué las dos cosas no pueden ir juntas? Allí descubrí que lo que a mí me interesa en realidad, más que crear cosas bonitas, es poder contar historias. Para mí, cada cosa que pinte o diseñe me tiene que enriquecer tanto a nivel personal como profesional, así que conectar moda y cultura me ayuda crecer como persona. Aparte de eso, para mí es importante esto porque la moda debería ser más que una prenda; debería crear una conexión entre culturas, entre historias poderosas. La moda puede ser rutinaria pero también un manifiesto de ideas profundas.
The Colours of India, The Swan from Afghanistan, The Warrior of Rwanda y The Mother of Nepal son los cuatro pañuelos más destacados de la colección porque, aparte de que abren las puertas al resto de piezas, sus ilustraciones están pintadas a mano por ti misma y se imprimen con seda natural a través de técnicas de estampación de alta calidad en Italia. ¿Qué nos puedes contar de estas musas a las que les rindes homenaje? ¿Cómo conociste a estas grandes mujeres y sus historias de superación que, a continuación, te permitirían iniciar el proceso creativo de los pañuelos?
Desde pequeña siempre me han gustado mucho National Geographic y el reportaje humanitario en general. Soy muy fan del fotógrafo Steve McCurry, que hizo el famoso retrato de la mujer afgana con los ojos verdes. Un día estaba leyendo su blog, donde publicó un reportaje sobre unas sirvientas en Asia severamente maltratadas. Ver esas fotos me rompió el corazón. Pensé, ¿por qué hay tanta crueldad? Reflexionando sobre la situación, pensé que al menos seguían respirando. Aunque esos maltratos les hayan roto las alas, siempre pueden crear otras nuevas. Fue en ese momento que dije, aha.
O sea que a partir de ese reportaje tiraste del hilo.
A partir de allí empecé a recordar todas esas historias que me habían dejado impactada a lo largo de los años pero que a la vez me habían llenado de admiración por cómo sus protagonistas siguieron con sus vidas de una forma tan optimista.
Explícanos con más detalles entonces.
Recordé la historia de Bibi Aisha, que conocí a través de un reportaje que vi en televisión cuando yo era adolescente. Es esa chica joven de Afganistán que fue mutilada por su marido –le cortó la nariz y las orejas. Todavía recuerdo su retrato en la portada de la revista Time… En sus ojos veía mucha tristeza, pero a la vez, su delicadeza me recordó a un cisne. Investigando más sobre su historia, descubrí que vive en Estados Unidos y que se está formando para ser policía. Un trauma tan horrible no la frenó para seguir luchando por su vida, es más, avivó el deseo de proteger a otras personas, especialmente mujeres.
Descubrí a Immaculeé Ilibagaza por un escritor que hizo una conferencia y habló sobre su historia. Immaculeé fue testigo de la brutalidad del genocidio de Ruanda en 1994 entre hutus y tutsis. Ella, siendo una tutsi, tuvo que esconderse seis meses un baño pequeño junto con otras mujeres, y al salir, descubrieron que habían matado a todos los miembros de sus familias. Pero ella fue capaz de perdonar a los asesinos.
Leí sobre Anuradha Koirala en un artículo cuando tenía 12 años. Es, sin duda, la madre de Nepal. Una figura materna que rescata chicas muy jóvenes que han sido explotadas sexualmente en la India y que cuando ya ‘no sirven’ las llevan de vuelta a Nepal, donde son rechazadas por la sociedad y también por sus familiares. Anuradha creó una fundación para ayudar a estas niñas traumatizadas ofreciéndoles techo, comida y, sobre todo, amor infinito. Su sueño es que un día cierren la fundación, lo que significaría que ya no existe un acto tan cruel.
Por último, el grupo de mujeres de la India que montaron un negocio propio a pesar de haber sido víctimas de ataques violentos con ácido, que son unas verdaderas heroínas. Esta historia la descubrí en un artículo que encontré por Facebook. El machismo en India es bastante común y, lamentablemente, una de las consecuencias son los ataques de ácido. Lo peor es que es muy difícil para una mujer que ha sufrido estos ataques reintegrarse en la sociedad porque no le dan trabajo por su apariencia, pierde su independencia y también su valor como persona. Cerca del Taj Mahal, en Agra, hay una cafetería llamada Sheroes Hangout, fundada por cinco mujeres que han sido víctimas de ataques así, que las ha ayudado a reconstruir su autoestima y seguir adelante con una sonrisa.
Descubrí a Immaculeé Ilibagaza por un escritor que hizo una conferencia y habló sobre su historia. Immaculeé fue testigo de la brutalidad del genocidio de Ruanda en 1994 entre hutus y tutsis. Ella, siendo una tutsi, tuvo que esconderse seis meses un baño pequeño junto con otras mujeres, y al salir, descubrieron que habían matado a todos los miembros de sus familias. Pero ella fue capaz de perdonar a los asesinos.
Leí sobre Anuradha Koirala en un artículo cuando tenía 12 años. Es, sin duda, la madre de Nepal. Una figura materna que rescata chicas muy jóvenes que han sido explotadas sexualmente en la India y que cuando ya ‘no sirven’ las llevan de vuelta a Nepal, donde son rechazadas por la sociedad y también por sus familiares. Anuradha creó una fundación para ayudar a estas niñas traumatizadas ofreciéndoles techo, comida y, sobre todo, amor infinito. Su sueño es que un día cierren la fundación, lo que significaría que ya no existe un acto tan cruel.
Por último, el grupo de mujeres de la India que montaron un negocio propio a pesar de haber sido víctimas de ataques violentos con ácido, que son unas verdaderas heroínas. Esta historia la descubrí en un artículo que encontré por Facebook. El machismo en India es bastante común y, lamentablemente, una de las consecuencias son los ataques de ácido. Lo peor es que es muy difícil para una mujer que ha sufrido estos ataques reintegrarse en la sociedad porque no le dan trabajo por su apariencia, pierde su independencia y también su valor como persona. Cerca del Taj Mahal, en Agra, hay una cafetería llamada Sheroes Hangout, fundada por cinco mujeres que han sido víctimas de ataques así, que las ha ayudado a reconstruir su autoestima y seguir adelante con una sonrisa.
El pañuelo The Colours of India tiene un valor sentimental para ti, ya que conoces de cerca la cultura india, pero si tuvieses que quedarte con uno de los otros tres por el mensaje que transmite y la historia que hay detrás, ¿con cuál te quedarías y por qué?
Creo que me quedaría con The Swan from Afghanistan. Fue la primera ilustración que hice para la serie, pero aparte de eso, los patterns en esa ilustración están inspirados en una mezquita en Afganistán en una ciudad llamada Mazar-e Sarif. Este sitio fue un descubrimiento para mí y la historia detrás de esa mezquita es muy interesante. Conecté mucho con esos colores, las formas geométricas y la arquitectura.
Tienes un estudio en Madrid donde trabajas y haces tus diseños, a los que hay que dedicarles muchísimas horas de trabajo, ¿cómo funciona Lavina durante todo el proceso de creación? ¿Cómo eliges qué colores usarás, qué dibujos ilustrarás…?
Mi proceso de creación ha evolucionado bastante desde que me gradué del RCA. Antes era todo intuitivo –los colores, las composiciones, etc. No me gustaba nada hacer muchos bocetos o planificar. De hecho, era frustrante a veces para mí porque en las escuelas de arte en Inglaterra, enseñar el proceso creativo es muy importante.
Cuando llegué a España era consciente que tenía que mejorar eso y empecé a dedicar muchas horas a hacer bocetos y pensar bien en las combinaciones de los colores. La mayor ventaja que veía en esta forma de trabajar es el tiempo, ya que crear un diseño final implica muchas horas de trabajo y, al tenerlo claro antes, da más seguridad. Mi filosofía se convirtió en, si funciona en el boceto, lo más probable es que funcione en la vida real. Aunque tengo que confesar que al principio me daba miedo esta manera de trabajar porque sentía que podría bloquear mis instintos o impulsos creativos. Con el tiempo me sorprendí gratamente, ya que esto me permite ordenar más mis ideas y mis arranques artísticos.
Cuando llegué a España era consciente que tenía que mejorar eso y empecé a dedicar muchas horas a hacer bocetos y pensar bien en las combinaciones de los colores. La mayor ventaja que veía en esta forma de trabajar es el tiempo, ya que crear un diseño final implica muchas horas de trabajo y, al tenerlo claro antes, da más seguridad. Mi filosofía se convirtió en, si funciona en el boceto, lo más probable es que funcione en la vida real. Aunque tengo que confesar que al principio me daba miedo esta manera de trabajar porque sentía que podría bloquear mis instintos o impulsos creativos. Con el tiempo me sorprendí gratamente, ya que esto me permite ordenar más mis ideas y mis arranques artísticos.
Entonces, ahora que has sido capaz de liberarte de este miedo y organizarte mejor, ¿cómo es tu manera de trabajar?
Ahora, antes de empezar un proyecto nuevo, me pregunto qué es lo que quiero contar y cuál es el mensaje detrás de ello. Las respuestas se vuelven el concepto, y reflexionando llegan las chispas creativas, y de allí voy investigando y haciendo muchos bocetos con la meta de transmitir ese mensaje. Cuando tengo claras las composiciones y cómo puedo explotar al máximo el concepto, me pongo con los colores, para los que sí sigo un proceso bastante intuitivo. Tengo mis combinaciones favoritas fichadas, pero intento salir de mi zona de confort y encontrar referencias interesantes en sitios como la naturaleza, obras de Matisse, etc.
Siempre empiezo con los pañuelos –los dibujos cuadrados–, y de allí paso a los prints más comerciales, que son para prendas u otro tipo de productos. Después de un largo proceso desde los bocetos hasta los dibujos finales, escaneo todo y se trabaja en ordenador. Para los pañuelos cuadrados (la ilustración completa), el trabajo duro ya está hecho y solo hay que editar un poco y añadir un borde. Los demás prints son collages ‘digitales’. Con cada elemento hecho a mano se hace una composición compleja digitalmente. Cuando todos los diseños están finalizados, toca hacer prototipos, muestrarios de estampados, etc., que es una parte que me hace mucha ilusión –siempre tengo esa misma emoción de la primera vez que vi un estampado mío en tela.
Siempre empiezo con los pañuelos –los dibujos cuadrados–, y de allí paso a los prints más comerciales, que son para prendas u otro tipo de productos. Después de un largo proceso desde los bocetos hasta los dibujos finales, escaneo todo y se trabaja en ordenador. Para los pañuelos cuadrados (la ilustración completa), el trabajo duro ya está hecho y solo hay que editar un poco y añadir un borde. Los demás prints son collages ‘digitales’. Con cada elemento hecho a mano se hace una composición compleja digitalmente. Cuando todos los diseños están finalizados, toca hacer prototipos, muestrarios de estampados, etc., que es una parte que me hace mucha ilusión –siempre tengo esa misma emoción de la primera vez que vi un estampado mío en tela.
¿Por qué utilizar la seda para fabricar los pañuelos fue la mejor opción?
La seda y el acabado a mano se utilizan tradicionalmente para fabricar pañuelos de lujo. Me inspiro mucho en los de Hermès a la hora de elegir la base de la tela.
Por el momento, tu colección solamente está disponible en tu página web pero, igual que tú, la firma no entiende de fronteras y, por eso, hace envíos por todo el mundo. Aun así, tengo entendido que en un futuro no muy lejano tus creaciones se encontrarán en puntos de venta seleccionados. ¿Nos puedes adelantar cuándo será y en qué sitios podremos encontrarlas?
Todavía estoy trabajando en tener puntos de venta, pero el tema del Covid-19 ha hecho que el proceso sea más lento. En cuanto esté la colección en tiendas multimarcas lo anunciaremos por las redes sociales y la web. Tenemos también un proyecto nuevo para lanzar con el que estoy muy ilusionada, es un proyecto parte de New Wings que se titula Fly Away. ¡Ya con las nuevas alas a volar!
¿Seguirán siendo el coraje femenino y la diversidad cultural tus principales fuentes de inspiración en futuras colecciones?
Mis colecciones son parte de mi diario visual, donde expreso mis sentimientos personales e íntimos. Sin duda, me encantaría seguir explorando el coraje femenino, pero también me interesa abrir diálogos de otros temas. Por ejemplo, los últimos dos años he estado trabajando en una colección de ilustraciones y estampados inspirados en una historia muy personal donde exploro la idea del amor propio.
La diversidad cultural es parte de mí, pero lo que más me interesa es la idea de la unión, y pienso que lo que nos une son las emociones, la fuerza interior en cada uno y la conexión con la naturaleza. Quiero crear un diálogo de temas importantes para mí tanto a nivel espiritual como cultural en cada colección que haga, y con esto tengo la esperanza de dar algo positivo al mundo.
La diversidad cultural es parte de mí, pero lo que más me interesa es la idea de la unión, y pienso que lo que nos une son las emociones, la fuerza interior en cada uno y la conexión con la naturaleza. Quiero crear un diálogo de temas importantes para mí tanto a nivel espiritual como cultural en cada colección que haga, y con esto tengo la esperanza de dar algo positivo al mundo.