A pesar de la polémica que puede ocasionar mantener viva una casa de moda tras la muerte de su fundador – ¿es necesario? ¿Vale la pena con toda la oferta disponible actualmente? –, existe una cierta magia en el hecho de poder analizar su evolución. La longevidad de la firma permite la incorporación de nuevos puntos de vista y reinterpretaciones contemporáneas de su esencia original, a través de otros grandes diseñadores y diseñadoras. Se trata de un diálogo entre lo antiguo y lo nuevo que, más allá de revisar la evolución del diseño en sí mismo, nos invita también a examinar la mirada de distintas generaciones y contextos culturales.
La casa Balenciaga aprecia este tenue intercambio artístico y, junto al Museo Cristóbal Balenciaga, presenta Las sutilezas de un diálogo, la primera exposición de la firma en un entorno museístico. La muestra, enlazada con la colección del museo Cristóbal Balenciaga: Técnica, materia y forma, la cual aborda su legado en la moda, reúne una selección de creaciones tanto del fundador vasco como de Demna Gvasalia, último director creativo de la marca. Así, se presentan quince piezas de Cristóbal Balenciaga y dieciséis de Demna como objetos artísticos independientes, permitiendo un análisis minucioso de los códigos icónicos de la casa: su estética y su técnica.
Desde el tratamiento del cuello hasta la manga de tres cuartos, pasando por el omnipresente color negro y la emblemática silueta cocoon, la exposición revisa el legado de Cristóbal Balenciaga y cómo Demna lo ha abordado desde su propio contexto generacional y personal. No se trata solo de diseño: ambos comparten el gusto por la experimentación, el cuestionamiento de sus respectivas épocas, el uso de nuevos materiales, la monocromía como abstracción, el deseo de producir una silueta que refleje su tiempo (como el traje sastre de Balenciaga o los looks deportivos de Demna), o las siluetas monacales y austeras frente a la vida en nuestras sociedades.
Esta exposición, que se puede visitar hasta enero de 2026, nos invita a observar ese diálogo profundo – a veces más evidente, otras más sutil – entre dos diseñadores icónicos para sus respectivas generaciones, separados por cinco décadas. Mirar al pasado para entender, cuestionar y reinterpretar: Las sutilezas de un diálogo es, en última instancia, una reflexión sobre la investigación y el archivo como punto de partida para la creatividad, tanto en la moda como en cualquier disciplina artística.
Las sutilezas de un diálogo, comisariada junto a la firma Balenciaga, será expuesta hasta el 11 de enero de 2026 en el Museo Cristóbal Balenciaga, Aldamar Parkea 6, Getaria, Gipuzkoa.





