Jonás como director, Itsaso como actriz protagonista. Y ambos, guionistas. La Virgen de Agosto nace a raíz de largos periodos de observación y de contemplación al caluroso, sofocante y siempre sorprendente Madrid en un momento único y especial del año. El largometraje fue la única película española que participó en la 54 edición del Festival de cine de República Checa Karlovy Vary, que se celebró del pasado 28 de junio al 6 de julio, y donde el film se hizo con el Premio Fipresci de la crítica internacional y una mención Especial del Jurado Oficial. Declaraciones de intenciones, manifestaciones de amor, confesiones y otras treguas.
Cuando les entrevisté en Barcelona aun no sabían que serían galardonados con el premio a mejor película en el Festival Karlovy Vary, así que sirva esto también para felicitarles el merecido reconocimiento. Hablaba con Jonás sobre cómo nació de manera genuina el proyecto de la película, conversación a la que poco después se añadió Itsaso. Presentaban en los Cines Boliche su nueva película, La Virgen de Agosto, un film que le tiende la mano a las ciudades imposibles en verano, calurosas y bulliciosas, pero que son, a su vez, eternas cajas de sorpresas que tan solo se abrirán ante los ojos de aquellos dispuestos a dejarse maravillar.
La Virgen de Agosto, que justo se gravó en las mismas fechas que se celebran las fiestas madrileñas de San Lorenzo, San Cayetano y la Virgen de la Paloma el verano pasado, ofrece una mirada delicada, íntima, que habla de la reconciliación con la gran metrópolis en época estival. Un relato reflexivo sobre el misticismo que envuelve las fiestas populares y las verbenas; historias sobre la dualidad del barullo y la soledad propias del verano y que tanto invitan a la introspección, capaces de despertar una nostalgia por aquello que aún nunca ha sucedido. Y así es como lo siente Eva, la protagonista, de actitud expectante, tan atenta como relajada y paciente. Siempre abierta y curioseada por los escenarios madrileños, las criaturas que los habitan y por todos los mundos mágicos que éstos tienen por ofrecerle.
¿Cómo empieza el proyecto? ¿Cuál ha sido su proceso, partiendo de la idea original hasta que empezáis a grabar?
Jonás: Siempre intento hacer proyectos que no sean películas de ideas; casi diría que evito los procesos de inspiración. Más o menos intento hacer películas que me van llenando de alguna manera, proyectos con conceptos e ideas que me resultan cercanas, que me rodean, que están en el aire y que voy viendo y percibiendo. Es evidente que esta película nace a raíz de quedarme algunos veranos en Madrid y de vivir algunos agostos en la ciudad. Me parecía que todos nosotros, en algún momento u otro, hemos experimentado esta sensación.
Cuando todo el mundo quiere huir, y tú, de repente, te quedas, y te das cuenta que la ciudad se transforma. Que te empieza a ofrecer algo distinto. Estableces relaciones con gente de la que después no vuelves a saber nada. Por eso veo el verano como un tiempo de oportunidades, y eso lo hace genuinamente cinematográfico.
Entiendo, entonces, que se trata de una película que nace de lo autobiográfico, pues ilustra tu percepción y tus recuerdos de una ciudad concreta en un momento concreto del año.
Jonás: La película pasa en Madrid porque es la ciudad donde vivo y siempre trato de narrar aquello que conozco y que tengo cerca. Pienso, también, que todas las películas que hago son autobiográficas, y no pasa nada por entenderlas así. Lo son, sin embargo, no por tratarse de experiencias propias, sino porque responden a un estado de ánimo; el mío propio y el de la gente que me rodea, del equipo, de los actores. Intento que todo el mundo juegue a verse en una hipótesis de la ficción. Partimos del ‘nosotros’, de lo documental, y a partir de ahí, lo ficcionamos.
Es cierto que la película va rozando los límites de la ficción y lo documental y viceversa.
Jonás: He llegado a la conclusión que el género que estamos haciendo es algo más parecido al documental ficcionado que otra cosa. Esto hace que los actores tengan que prestarse a hacerlo de esta manera en concreto y a mostrarse como ellos mismos, como materia ficcionable. Es por eso que no es únicamente autobiográfico por mi parte, ya que intento generar un marco, un clima que sea cercano a todos nosotros, en el que estemos a gusto y en el que nos reconozcamos. Y hacer cine así nos permite volar un poquito, o al menos, sobrevolar nuestra realidad.
La Virgen de Agosto es una declaración de amor, una pequeña tregua entre el madrileño y su sofocante y a su vez emocionante gran ciudad…
Jonás: En lugar de la invasión del turismo, por ejemplo, yo quise centrarme en aquello que podemos rescatar de Madrid en agosto y ofrecer una mirada ingenua, renovadora, con la curiosidad de alguien que la ve por primera vez. Como cuando viajas a otra ciudad y de repente tienes los sentidos más despiertos.
¿Qué representa para ti Madrid en agosto?
Jonás: Siempre creo que hablamos del mes de agosto como un período hedonista, pero la intención de la película es reivindicar que también se trata de un tiempo de profundización, un momento serio. Parece que el verano es algo ligero, frívolo; pero yo lo veo como un momento del año donde nos replanteamos quiénes somos, qué queremos hacer, de dónde venimos, y a dónde vamos. Se rompen relaciones, se empiezan relaciones; uno lee más, ve más películas… Es un momento de cultivación y profundización, si uno quiere verlo así. Y el personaje de Eva lo entiende y lo siente como una oportunidad.
Itsaso, tú destacas por tu versatilidad. Has hecho de actriz en teatro y cine, pero también has dirigido, has escrito, etc. ¿Dónde te encuentras desenvolviéndote con más comodidad? ¿Sientes predilección por alguna forma de creación en especial o aún lo estas descubriendo?
Itsaso: Tengo la pregunta abierta, realmente. Aun estoy buscando, como Eva, cuál es mi propósito, si es que se puede aunar en una sola cosa. Lo que sí tengo claro es que me gusta imaginar mundos, y actuarlos también. Porque para mí, la actuación sigue siendo un tipo de escritura, una forma de creación profunda y pura. A mí me gusta poder actuar en proyectos donde me siento libre y sentir que me representan. Pienso que soy una persona normativa pero cada vez voy descubriendo que soy más indómita de lo que creo, porque finalmente lo que acabo narrando son historias que siento cercanas. No me suelo alejar demasiado de mí.
La Virgen de Agosto es vuestro segundo proyecto juntos. También trabajasteis codo con codo en 2016, con la película La reconquista.
Jonás: Conocí a Itsaso por su compañía de teatro y ya había podido ver algunas de sus obras, no solo como actriz, incluso como directora o creadora escénica, y ya me gustaba mucho. Rápidamente vimos que hablábamos un mismo idioma y que compartíamos una misma sensibilidad. Así que para La Virgen de Agosto, casi de manera instintiva, pensé que podía contar con ella. Empezamos a hablar y poco después ya estábamos escribiendo un guion que sirve como base.
¿Ya por ese entonces sabíais que era Itsaso quien la iba a protagonizar?
Jonás: Yo le contaba a Itsaso una especie de idea muy vaga, una intuición, un sentimiento cinematográfico respecto a Madrid en agosto. Y de manera natural, me apetecía seguir trabajando con ella y se decidió que podía encarnar el personaje principal para el proyecto. Dada su experiencia habiendo escrito otras obras, yo sabía que iba a aportar cosas que ni yo ni otros guionistas podíamos.
¿Qué aprendéis el uno del otro que os hace encontraros una vez más en otro proyecto?
Itsaso: Vamos, un montón de elogios al otro, ¿no? (Risas) Para mí, estar en la película no deja de ser algo un poco sorprendente; no me hago la idea, realmente. Me parece un privilegio, una especie de azar loco y aun así no sé cómo hemos llegado hasta aquí.
Jonás: Yo trabajo con actores que me resultan inspiradores e interesantes y que también me gusten en la vida real, con los que me puedo ir a tomar algo. Es entonces cuando me apetece traerles a mis películas. O mejor dicho, llevarles mis películas a ellos. Intento construirlas en función de los actores. Y con Itsaso, este proceso, ese pacto de mutuo acuerdo, ha sido realmente fácil. Los protagonistas de la película me gustan porque son genuinos, son originales, son de aquellos que te sorprenden y a su vez te resultan totalmente familiares.
La película tuvo su premiere mundial en el festival checo Karlovy Vary. ¿Cómo visteis la recibida por parte del público y cómo fue la experiencia en general?
Itsaso: Fue muy placentero y agradable. ¡Y alegre y fácil!
Jonás: Sentía la necesidad de empezar a mostrar la película fuera, en el extranjero. Me apetecía presentarla en un festival donde no conoces a nadie y el público de la sala parece de otro planeta, de otro mundo. Ver la película ahí, en una sala llena de gente, fue muy bonito. Entender finalmente la película que has hecho ahí.
¿Qué os mantiene ocupados ahora mismo? ¿En qué estáis trabajando o qué podremos ver vuestro próximamente?
Itsaso: Yo acabo de rodar la tercera temporada de la serie Vergüenza para Movistar. Estoy trabajando también en una serie de época, Dime quién soy, que se rodará durante el verano. También estoy metida en una peli en euskera que me motiva mucho. Y mi idea es escribir, volver a escribir. Pero aun no sé si teatro o guiones. Ahora el cine me tira muchísimo, me estimula. Aun así, veo que todas las formas de producción son largas, a diferencia del teatro, que tiene esta parte más directa e inmediata. Pero sí, para final de año me gustaría escribir algo mío.
Jonás: Mi plan es no tener plan. Me gustaría, en la medida de lo posible, todo y tener el estreno de la peli, no tener planes y poder profundizar. Básicamente, y si tengo suerte, las tareas veraniegas de las que hablábamos antes y que aparecen en la película.