Empezó como arquitecto y decidió redireccionar su carrera como dibujante hacia el arte gráfico. Después de obtener una Maestría en Arquitectura de la Escola Superior de Arquitectura de Barcelona, John Philip Sage se trasladó a Londres para estudiar Diseño Gráfico y de Medios en el London College of Communication. Sus obras actuales se caracterizan por tener un carácter simbolista que esconden conceptos codificados.
Cuéntanos un poco tu transición como arquitecto a diseñador gráfico e ilustrador.
Mi transición de arquitecto a diseñador gráfico se da realmente a través del diseño de estampados de moda. Ya en los últimos años de carrera de arquitectura mis proyectos destacaban sobre todo por su calidad gráfica. Cuando estoy a punto de acabar la carrera decido retomar el dibujo, un dibujo un poco a caballo entre lo técnico y lo figurativo. En esta época es cuando conozco a Manuel Cruzcastillo, él me anima a que dibuje mi primera serie de estampados para su colección MG presentada en la 080. A partir de aquí, comienzo a trabajar con Maria Escoté, The Prints Community o Martin Lamothe entre otros, y es cuando decido mudarme a Londres y empezar una segunda carrera. Esta vez en diseño gráfico en la London College of Communication. Han pasado ya los tres años de carrera y ahora me dedico al diseño editorial y diseño de exposiciones. Trabajo en un estudio de comisariato de arte y una editorial de libros. Y recientemente trabajé para la Tate y la V&A. ¡Así que no me puedo quejar!
¿Qué bases de la arquitectura tienen más peso en tus creaciones y dibujos?
Yo diría que el dibujo técnico y la visión espacial que, como todo estudiante de arquitectura, desarrollé durante mis años de estudio. El hecho de que muchos de mis dibujos estén hechos íntegramente en Autocad también le da otro matiz, otro tipo de trazo. Muchos arquitectos reconocen estos trazos cuando ven mis dibujos, intuyen que estudié arquitectura. Otra influencia de la arquitectura es el hecho de utilizar el dibujo como una herramienta para pensar. Como proceso y no tanto como resultado final (que también).
Tus dibujos son puro misterio, como si estuvieran encriptados. Uno se pregunta qué secretos esconden. ¿Qué importancia tienen para ti los símbolos y el inconsciente?
He pasado por diferentes momentos de mi vida en los que me he obsesionado y me siguen obsesionando ciertos temas. Hace años me dió por leerme a Jodorowsky, Corbin o Eliade, aprendí a echar el tarot y escribí mi tesis sobre los mandalas de El Libro Rojo de Jung. Por supuesto todos estos temas místicos/psicoanalíticos/antropológicos se han ido reflejando en mis ilustraciones y diseños. Y por supuesto me apasiona el símbolo y el inconsciente. Considero que si uno ha investigado mucho sobre el tema y tiene la sensibilidad necesaria para plasmarlo de una manera correcta en sus diseños, estos dibujos cobran vida y la gente se siente atraída por el 'misterio' que esconden, exactamente igual que ocurre con las cartas del tarot.
¿Te dejas llevar por la intuición o analizas meticulosamente cada detalle?
Pues es un balance entre ambas. Soy una persona que suele tenerlo todo bastante bajo control (durante el día) pero también tengo momentos donde la imaginación creativa se desata. Esto me ocurre por las noches tanto despierto como dormido (o sonámbulo, que también lo soy) que es cuando más creativo me encuentro y genero mis mejores diseños. Así que digamos que durante el día soy una máquina de leer y hacer research, y por las noches, como buen Cáncer (mi símbolo del zodíaco), se desata mi creatividad y dibujo.
Dentro del proceso creativo, ¿qué etapa consideras clave en tu trabajo?
La investigación, sin duda. Puedo tirarme la mayor parte de un proyecto en esta fase, lo cual a veces es un poco peligroso y me tengo que obligar a parar y dar el salto al diseño. El hecho de que me demore tanto en la parte de investigación, hace que mis proyectos sean lentos y lleven tiempo. Justamente lo opuesto a lo que estamos acostumbrados en este mundo tan visual. Por eso, a veces entro en conflicto y pienso que debería darme más prisa. Pero por otro lado, también me digo que hay que disfrutar de la producción lenta y pasar totalmente del ritmo al que nos sometemos.
Queer Objects, uno de tus más recientes trabajos, desafía temas sociales como el cuerpo y la orientación. ¿Cómo conseguir a través de unos objetos que el público reflexione y pueda reorientarse fuera los estándares heteronomartivos?
Pues este proyecto es resultado también de otra fase de obsesión por la que pasé en la que devoré libros de Foucault, Butler, Preciado o Sarah Ahmed. Es una intersección entre la teoría queer y la fenomenología, un tema que ya empezó a interesarme en mis años de estudiante de arquitectura. En el proyecto planteo una exposición de objetos no normativos sobre los que navegar, objetos que por su diseño, proceso de fabricación, tamaño o color se encuentran fuera de lo que entenderíamos como estándares heteronormativos, es decir, objetos heterosexuales. Por ello al interaccionar con dichos objetos, experimentamos un momento de desorientación, un momento queer. Esta experiencia se acentúa gracias a la utilización de un navigation device que permite al usuario tener una experiencia no normativa con su cuerpo dentro del espacio de la exposición. Intento que mi aproximación a cualquier tema que desarrollo sirva para abrir debates. Nosotros, como diseñadores tenemos que cuestionarlo todo, explorarlo y enriquecer nuestro autoentendimiento. Y aquí es donde juegan un papel importante las exposiciones. Por eso es hacia el Exhibition Design hacia donde estoy orientando mis próximos proyectos.
Diseñaste una serie de pañuelos folklóricos con motivos naturales de tu tierra, ¿qué significado se encuentra tras ellos?
Sí, esto fue parte de un proyecto más largo en el que estudiaba la idea de 'ritual' en la sociedad actual, desde el TOC hasta la Youth Culture de salir el fin de semana a drogarse y bailar. En la primera parte del proyecto estudié el ritual desde el punto del vista del folklore y cómo los pañuelos son un símbolo muy importante de festividad en el País Vasco. En el pasado, los hombres y las mujeres llevaban sus mejores pañuelos, normalmente los de seda, a las romerías, ya que la iglesia prohibía que un hombre y una mujer se dieran de la mano. Por ello, colocaban un pañuelo entre ambos y así podían bailar juntos. Así que decidí diseñar una serie de cuatro pañuelos que representan cuatro dioses de la mitología vasca: Eguzki Amandrea (el sol femenino), Ilargi Amandrea (la luna femenina), Mari (diosa principal y personificación de la madre tierra) y Sugaar (serpiente macho que se le considera el diablo y el marido de Mari).
A varias marcas les pudiesen haber interesado. ¿Te gustaría adentrarte más en el diseño para moda y estampados?
Hace unos años mi respuesta hubiera sido que sí, pero últimamente mis proyectos me están llevando hacia el diseño editorial y de exposiciones. De todas formas, nunca descarto nada. Soy una persona que constantemente voy interesándome por nuevos campos, así que quién sabe, puede que vuelva al mundo textil pronto.
Tu perfil es bastante interdisciplinario, ¿crees que es importante para un artista?
Pues depende. Cuando a uno le interesan muchas disciplinas, corre el peligro de ser un 'aprendiz de todo, maestro de nada'. Por eso intento ir despacio e intento que mis siguientes pasos encajen dentro de mi trayectoria. Por otro lado, respondiendo a tu pregunta, sí. Creo que es súper importante ser interdisciplinario hoy en día. Los límites entre las disciplinas cada vez están más difusos y también el hecho de tener conocimiento en varios campos, hace que tu producto final (al menos en diseño) sea más completo y abarque todas las necesidades.
Un sueño a corto plazo y a largo plazo.
Un sueño a corto plazo… Tengo dos. Uno es un proyecto en el que estoy trabajando con otros dos amigos que cada vez está cogiendo más cuerpo y transcendiendo a algo mucho más grande. Aún no puedo contar mucho pero si todo va bien en un año se empezará a ver algo. El segundo, que salga un trabajo del que estoy pendiente en un museo muy importante. Como salga esto, ya me puedo dar con un canto en los dientes. Ya desde hace un tiempo tengo muy claro que quiero trabajar en un museo, bien sea como investigador o diseñador de exposiciones. Y trabajando en un museo también es donde me veo a largo plazo.