Su música, al igual que él, tiene tantas maneras de definirse que intentar hacerlo sería limitar sus posibilidades. Con una larga trayectoria y más de diez discos a sus espaldas, Joe Crepúsculo no deja de sorprendernos. ¿Su último proyecto? El museo de las desilusiones, un disco que pone ritmo al desencanto, pero que al mismo tiempo te invita a reflexionar sobre lo necesario que es.
Desde la reflexión (y en algunos momentos la ironía), aborda temas tan universales como el amor o las contradicciones inherentes a la propia existencia. Ahora, tras la publicación, hablamos con él sobre la fusión de ritmos, filosofía y karaoke en una entrevista que, al igual que él, es pura frescura.
Joe Crepúsculo, Joël Iriarte, Crepus o trovador techno; muchos te identifican de distintas maneras. Pero tú, ¿cómo te defines realmente?
Yo soy Joël pero me puedes llamar Crepus o lo que quieras.
En una publicación reciente en Instagram, mencionas El museo de las desilusiones como el “décimoypico disco” y, aunque lo consideras un número alto, dejas claro que escribes para poder saber quién eres. ¿En qué momento vital nace este proyecto?
Un disco es como una especie de complot contra uno mismo que empieza a existir cuando varias canciones se juntan para formar una unidad que ni siquiera tú mismo eres capaz de romper. Hay que dejar que crezcan y aprendan a caminar por sí solas, entonces ya no puedes hacer nada y todo tira hacia adelante como una bola de nieve que lo destruye todo a su paso.
Es un museo dedicado al momento en que aceptas que hay expectativas que no pueden cumplirse pero no te sientes derrotado porque hay una parte de ti que ya se lo imagina, pero tampoco estás feliz. ¿En qué te han ayudado tus estudios en filosofía en esta ocasión?
La filosofía es una especie de poso que te ayuda a comprender muchas cosas pero no es algo que te vaya a ayudar a ser feliz. Contradictoriamente, mientras más conoces la felicidad más infeliz eres porque eres consciente de la profundidad, y eso muchas veces te da vértigo. Yo intento coger de lo que puedo sin mirar hacia el abismo.
Bailar y llorar es la primera canción y también la que nos introduce uno de los conceptos sobre los que gira el álbum: la coexistencia de emociones opuestas. ¿Es una llamada a la claridad o una normalización del caos?
Simplemente es unir dos emociones en un acto que alguna vez hemos podido hacer en la vida. No tiene truco.
En Karaoke español se presenta la idea del karaoke como una forma de escapar de las desilusiones inherentes a nuestra propia existencia. La frase “No quiero ver la libertad como una enfermedad ni como una jaula con vistas al mar” me lleva a preguntarte: ¿es la música una herramienta real para enfrentarnos a las decepciones, o simplemente una distracción?
La música es una herramienta, por eso puedes hacer con ella lo que quieras. Puedes poner una canción de Alejandro Sanz mientras torturas a alguien y se convertirá en lo peor del mundo. Por eso los oyentes son los únicos capaces de dar el verdadero sentido a las canciones.
En una entrevista de 2013 para METAL sobre tu álbum Baile de magos, ya te preguntamos sobre tu afición al karaoke, y ahora nos pica la curiosidad. ¿Sigue siendo Si bastasen un par de canciones, de Eros Ramazzotti, tu canción estrella?
Soy un tío tradicional, sigue siendo esa junto Solo pienso en ti, de Victor Manuel. Hay cosas que nunca cambian…
Compones música para hacer bailar pero tus letras están también muy conectadas a la reflexión, como en Hey o Enamorado de tu reverb. ¿De qué manera logras encontrar este equilibrio?
Porque en verdad me gusta escuchar mucha música diferente, por ejemplo, Bob Dylan y luego techno alemán. Pero de manera natural, sin calzador.
Cada vez abrazas más géneros con los que quizás antes no habías trabajado tanto, como en Jessica o Kamikaze. Para ello has contado con la ayuda de Aaron Rux, que, además de compositor, también es amigo. Cuéntanos más sobre vuestra relación profesional.
Es un placer poder trabajar con Aaron porque después de tantos años ya me va conociendo y sabe lo que me gusta, pero sobre todo, porque él es muy talentoso y hace canciones maravillosas como Karaoke. Trabajar con él es una suerte, la verdad.
Si el LP fuera una exposición y los doce temas las obras que la componen, ¿cómo se distribuiría y qué papel jugarían elementos como la luz o la música?
No creo que eso sucediera nunca, un disco está para ser escuchado y que la gente haga con él lo que quiera. Lo que cuentas es cosa más de artistas conceptuales.
Sigues en plena gira, con paradas en ciudades como Oviedo, Donosti, Valencia, Madrid, Ibiza, Sevilla o Granada. ¿Qué podemos esperar de esta nueva etapa y de la puesta en escena de los conciertos?
Mucho baile, canciones nuevas pero también viejas. Alegría y pasión por la vida y los momentos fugaces.
Y después de todo el trabajo de estos próximos meses, ¿qué planes tienes?
Sigo trabajando en otras cosas que de momento me guardo para que no se gafen, pero la cocotera sigue activa.