De la Semana de la Moda de Aragón a la Milan Fashion Week, pasando por un desfile programado en la gran cita con la moda neoyorquina –pospuesto sine die a consecuencia de la pandemia. El diseñador zaragozano Iván Royo cuenta con seis colecciones y tres proyectos cápsula a sus espaldas, todos ellos bajo el sello de su marca homónima. A través de la “experimentación a muerte” –así se refiere el diseñador a su proceso creativo– Iván se desvincula de etiquetas e imposiciones de género. Su última colección iCollection 20 se presentó durante el confinamiento. Realizada a partir de tecnología 3D y publicada en IGTV, su desfile acaba de convertirse en la primera pasarela tridimensional digital en España.
Lunes 8 de junio. 21:30 horas. Iván Royo se dispone a desvelar el que es su último trabajo hasta la fecha. Tras varias semanas promoviendo la convocatoria y anunciando el gran evento en sus redes sociales, llega el momento de mostrar ante el público la esperada –e intrigante– colección. Nos adentramos en el perfil de Instagram del creador, enclave al que debemos acudir de acuerdo al comunicado emitido desde la firma zaragozana. Nadie nos pide la invitación. Tampoco tenemos un asiento asignado. No hay rastro de música ambiental, convertida desde hace décadas en la sutil cuenta atrás de los desfiles tradicionales.
Comienza el show. “¿Dónde está el amor? ¿Qué está pasando en el mundo, mamá? La gente vive como si no tuviera madre. Creo que todo el mundo es adicto al drama, solo atraído por las cosas que le causarán traumas”, recita una voz en off, a la vez que una calavera creada a partir de tecnología 3D asalta los monitores. El sentido discurso culmina con una cita contundente que invita a la reflexión. “Si solo amas a tu propia raza, solo dejas espacio para discriminar. Y discriminar solo genera odio. Y cuando odias, estás limitado a cabrearte”. Aún sin haber comenzado el desfile, resulta evidente que el concepto de la nueva colección está sumamente conectado con la actualidad. Racismo, experiencias traumáticas y discursos que promueven la división. “Me indigna pensar en todo tipo de injusticias que suceden en el mundo. Muchas veces no sabemos lo que nos sucede, no apreciamos lo que tenemos, y creemos que la felicidad está en otro lado. Y todo lo que necesitamos es amor”, nos explica Iván, cuando le preguntamos acerca del mensaje reivindicativo que incorpora su propuesta.
Comienza el show. “¿Dónde está el amor? ¿Qué está pasando en el mundo, mamá? La gente vive como si no tuviera madre. Creo que todo el mundo es adicto al drama, solo atraído por las cosas que le causarán traumas”, recita una voz en off, a la vez que una calavera creada a partir de tecnología 3D asalta los monitores. El sentido discurso culmina con una cita contundente que invita a la reflexión. “Si solo amas a tu propia raza, solo dejas espacio para discriminar. Y discriminar solo genera odio. Y cuando odias, estás limitado a cabrearte”. Aún sin haber comenzado el desfile, resulta evidente que el concepto de la nueva colección está sumamente conectado con la actualidad. Racismo, experiencias traumáticas y discursos que promueven la división. “Me indigna pensar en todo tipo de injusticias que suceden en el mundo. Muchas veces no sabemos lo que nos sucede, no apreciamos lo que tenemos, y creemos que la felicidad está en otro lado. Y todo lo que necesitamos es amor”, nos explica Iván, cuando le preguntamos acerca del mensaje reivindicativo que incorpora su propuesta.
El primer modelo aparece en escena. Haciendo de la pasarela virtual una auténtica pista de baile, el maniquí creado por ordenador se desliza por los azulejos blancos con un desparpajo asombroso. Segundos después, multitud de personaje se unen la enérgica fiesta ambientada con una masterización musical de Bruno Cervera. Son sujetos ficticios, tridimensionales; pero parecen mucho más humanos que la gran mayoría de modelos profesionales. “Los estuve cambiando hasta la última semana. Quería que fueran personas normales del mundo, de todo tipo, y retocaba mil detalles” comenta Iván, quien reconoce que el proceso de desarrollo no fue tarea fácil. “Empecé haciendo objetos y lo siguiente fueron prendas; todo esto estático. Fue realmente difícil. ¡Me costó un mes aprender a hacer las animaciones!, añade. Y es que, el diseñador zaragozano es el autor de todas y cada una de las animaciones –con la ayuda de Isaac Flores, responsable del montaje de vídeo. Una labor que exige de paciencia, esfuerzo y tesón. “He estado solo haciendo eso durante todo el día. Durante muchísimos días. Creatividad 100%, el único límite eres tú”.
Los seis minutos que dura la presentación, desde que comienza el recital en off a cargo de Isabelle Genis, hasta que aparecen los créditos finales, ponen de manifiesto las ventajas del 3D respecto a los eventos físicos. “Puedes hacer exactamente lo que quieres: meter los planos, los movimientos; cualquier tipo de detalle”. Y es cierto que cuesta imaginarse un desfile presencial con un grado tan alto de ingenio, ritmo y movimiento: “Esto en vivo sería mucho más difícil”. El formato pionero se convierte en su mejor aliado, para Iván el proceso creativo es sinónimo de “bombardeo de ideas y experimentación a muerte”. Apasionado de la innovación, comparte con nosotros uno de los pilares de su filosofía que reconoce haber aprendido a lo largo de su trayectoria: “No hay que competir contra otras personas ni luchar por ser el mejor. Hay que competir contra uno mismo. En eso me baso desde hace años”.
Los seis minutos que dura la presentación, desde que comienza el recital en off a cargo de Isabelle Genis, hasta que aparecen los créditos finales, ponen de manifiesto las ventajas del 3D respecto a los eventos físicos. “Puedes hacer exactamente lo que quieres: meter los planos, los movimientos; cualquier tipo de detalle”. Y es cierto que cuesta imaginarse un desfile presencial con un grado tan alto de ingenio, ritmo y movimiento: “Esto en vivo sería mucho más difícil”. El formato pionero se convierte en su mejor aliado, para Iván el proceso creativo es sinónimo de “bombardeo de ideas y experimentación a muerte”. Apasionado de la innovación, comparte con nosotros uno de los pilares de su filosofía que reconoce haber aprendido a lo largo de su trayectoria: “No hay que competir contra otras personas ni luchar por ser el mejor. Hay que competir contra uno mismo. En eso me baso desde hace años”.
Es posible que la calidad de la imagen, el movimiento de los avatares digitales o la variedad de escenarios evolucionen con el tiempo, en el caso de que esta herramienta se consolide como uno de los formatos predilectos. Pero lo que es innegable, es que Royo es quien ha asumido el riesgo que toda innovación conlleva. “Al principio todo cuesta y puede que tarde años, pero las pasarelas 3D y las físicas van a convivir en un futuro cercano. No tengo ninguna duda”, vaticina. “A nivel global, Japón va adelantadísimo. Y ya se están viendo propuestas de distintas ubicaciones del planeta muy increíbles. Espero que en España la industria no se quede atrás, y podamos estar a nivel internacional”.
La experimentación visual, la superposición de planos y la gran dosis de humor –presente en la pasarela de principio a fin–, evidencia las insaciables ganas de Iván por seguir aprendiendo. Pero, ¿por qué decidió arriesgarse apostando por este formato de forma íntegra? “Todo empezó por una lesión que tuve a finales de 2019 que me hizo pasar por quirófano y trastocó todo el calendario de proyectos. Desde finales de año, ya tenía esa curiosidad por el 3D, y cuando se decretó el confinamiento a raíz de la pandemia, tuve tiempo para aprender a modo de hobby”. Una decisión que acabó convirtiéndose en un proyecto de moda en mayúsculas, para el que ha contado con profesionales procedentes de distintas disciplinas. “Las cabras tiran al monte, como dicen en mi pueblo”, dice entre risas.
“A mí lo que me gusta es desarrollar, crear conceptos, compartir proyectos con amigos y disfrutar de todos esos momentos. Todo ello mientras se da forma a una expresión de manera creativa”, reconoce. Y no hay duda de que ha superado su objetivo con creces. ¿Próximos proyectos? “Próximamente, va a salir una colección cápsula a modo de performance, y aún tengo que ver cuándo será la próxima colección física. También estoy decidiendo si sacar otra nueva colección este año. Tal y como dice el propio Iván, “el tiempo lo dirá”.
La experimentación visual, la superposición de planos y la gran dosis de humor –presente en la pasarela de principio a fin–, evidencia las insaciables ganas de Iván por seguir aprendiendo. Pero, ¿por qué decidió arriesgarse apostando por este formato de forma íntegra? “Todo empezó por una lesión que tuve a finales de 2019 que me hizo pasar por quirófano y trastocó todo el calendario de proyectos. Desde finales de año, ya tenía esa curiosidad por el 3D, y cuando se decretó el confinamiento a raíz de la pandemia, tuve tiempo para aprender a modo de hobby”. Una decisión que acabó convirtiéndose en un proyecto de moda en mayúsculas, para el que ha contado con profesionales procedentes de distintas disciplinas. “Las cabras tiran al monte, como dicen en mi pueblo”, dice entre risas.
“A mí lo que me gusta es desarrollar, crear conceptos, compartir proyectos con amigos y disfrutar de todos esos momentos. Todo ello mientras se da forma a una expresión de manera creativa”, reconoce. Y no hay duda de que ha superado su objetivo con creces. ¿Próximos proyectos? “Próximamente, va a salir una colección cápsula a modo de performance, y aún tengo que ver cuándo será la próxima colección física. También estoy decidiendo si sacar otra nueva colección este año. Tal y como dice el propio Iván, “el tiempo lo dirá”.