Iván Forcadell, el artista polifacético procedente del Delta del Ebro, ha bajado a los infiernos, o lo que viene a ser lo mismo, se ha hablado a sí mismo para descubrir quién es y en qué punto de su vida se encuentra, y lo ha plasmado en una serie autorretratos sobre lienzos y cerámicas, recogidas en la exposición 10542 que presenta en la nueva galería Badr el Jundi de Madrid hasta el 5 de enero.
La galería Badr el Jundi de Málaga acaba de abrir un nuevo local en Madrid y eres de los primeros artistas presenta sus obras ahí. ¿Cómo te sientes?
Me hace mucha ilusión. Ha sido como un reto y muy intenso. Estoy súper contento de que contasen conmigo, al final un opening es muy importante, y significan que confían en ti.
La exposición es 10542 y reflexiona sobre las relaciones humanas, la naturaleza… Ese número me hace pensar en innumerables cosas: desde una fecha hasta una cuenta de… ¿días? Supongo que tú puedes aclararnos mejor qué significa.
Como durante todo este tiempo no he parado, he querido darme un homenaje a mí, un trabajo para revisar cómo estoy, cómo me encuentro. Por ello es una serie de autorretratos que explican quién soy yo, cómo me transformo, cómo evoluciono o qué carácter tengo. Todo esto es lo que plasmo en las piezas de la exposición.
El título hace referencia a los días que tenía yo desde que nací hasta el momento de la inauguración de la exposición. No puedo hablar de Iván Forcadell como artista si no hablo primero de Iván Forcadell como persona. El día de la inauguración yo tenía 10.542 días.
En la exposición podemos encontrar autorretratos tanto en lienzo como en cerámica. Sin embargo, en alguna ocasión has dicho que este trabajo no tiene nada que ver con una representación física, sino con tu esencia. ¿Los colores y sus figuras representan sentimientos por los que has pasado en el momento de creación?
Creo que el uso del color nace de todo lo contrario. De épocas muy oscuras, incluso negras. Porque al final es como aquel dicho, que para ver la luz tienes que haber descubierto la oscuridad. Entonces al final ha sido jugar con eso. Tengo un carácter bastante irónico y muy intenso y el color me ayuda a transmitirlo.
En una publicación de Instagram, en la que das la noticia de que vas a exponer en Badr el Jundi, dices que es una serie de autorretratos que te han costado sangre, sudor y lágrimas conseguir. Que no es fácil hacerte preguntas cuyas respuestas no quieres oír. Por lo tanto, imagino que no ha sido fácil.
Tengo la suerte de que a mí me pagan por conocerme y preguntarme cosas. Sí que es verdad que es muy duro preguntarte cosas que te hacen daño, pero también es la única forma que tienes para conocerte a ti mismo. Al final es hacerse pequeñas preguntas que te incomodan, pero, una vez las has digerido, pues encuentras soluciones a respuestas.
Veo el cuadro Multitud n2 y me transmite caos. Hay rojo, un color negativo por naturaleza –y psicología–, diversas personas e incluso dos figuras, una azul y otra amarilla que destacan por encima del resto. ¿Tiene algo que ver con la idea de que podemos estar rodeados de personas, pero sentir que no encajamos?
Multitud n2 es un lienzo con el que he trabajado después de la inauguración en Badr el Jundi. Para llevarlo a cabo lo primero que hice fue hablar sobre mí, y una vez que reconecté conmigo mismo, empecé a hablar del resto, de esas personas que forman parte de mi vida, o de las personas que me han rodeado… En este aspecto, mi abuela no me dejó una herencia, pero me dejó a mucha gente a la que no conocía. A partir de ese momento empecé a hablar de todas esas personas anónimas para mí han repercutido en mi vida, y he querido plasmarlas unas encima de otras, un modo de que no caigan en el olvido.
En otras publicaciones en Instagram dijiste que hay dos singularidades: por un lado, que son autorretratos y que crees que se te ha ido un poco de las manos. ¿Por qué se te ha ido de las manos?
Porque me di cuenta que, aunque ahora mismo estoy en un modo contrario, en el sentido de crear en menor cantidad, para esta ocasión me pasé mucho tiempo creando muchas piezas, con lo que la producción se me fue de las manos. La cantidad también. Hay como mínimo veintinueve retratos, que son los años que voy a cumplir.
Para esta exposición no solo has trabajado sobre lienzo, sino que también lo has hecho con cerámica. Está claro que eres un artista muy polifacético, eso ya lo has demostrado en otras ocasiones. ¿Pero por qué pintura y cerámica? ¿Has utilizado un material u otro dependiendo del sentimiento que querías plasmar?
Sí, creo que hay un concepto y después un seguido de materiales que se adaptan a ti. Siempre he pensado que cualquier cosa es válida para crear, pero se necesita un concepto. En este caso, la cerámica es por un tema de donde vengo. Procedo del campo, del barro –aunque realmente todos venimos del barro–. Y, por otro lado, el lienzo son mis inicios. Entonces tuve claro que quería utilizar ambas.
¿Crees que esta exposición es de las más introspectivas que has hecho hasta la fecha?
Sí. Para mí hay dos cosas que hacen a un artista: la disciplina y la coherencia. En este caso he conseguido, tras mucho esfuerzo, juntar ambas. Ha sido un trabajazo importante.
¿Volverás a ir a lo más profundo de tu ser para crear? Vamos, lo que sería volver a bajar a los infiernos.
Sí, sí, claro que sí. Lo importante en esta vida es salir todo el rato de la zona de confort. A veces es necesario hacerlo.
¿Cómo está siendo trabajar con la galería Badr el Jundi?
Con la directora me llevo muy bien. Los dos somos muy intensos y eso hace que sea una maravilla. Estamos locos por trabajar, y ella es la típica que, si sale un cliente en México y tenemos que ir, pues vamos. Esto al final te da un chute de energía importante. Este verano inauguramos una expo en Los Ángeles y fuimos 3 días. No haces con cualquiera un tipo de viaje así.
Para ir acabando, ¿podrías describirme 10542 con tres palabras?
Intensidad, sinceridad y disciplina. Al final esto es lo que para mí ha supuesto 10542.
¿Tienes algún proyecto futuro pensado después de 10542?
No quiero hacer spoilers. Hay cosas que están en el caldero, pero si alguien quiere verlo que nos siga, démosle un poco de magia.
Puedes visitar la exposición 10542 en la galería Badr el Jundi de Madrid hasta el 5 de enero