A veces nos encontramos en caminos muy duros donde no vemos el final ni una alternativa. Son esos momentos en los que no dejamos de tropezar con obstáculos. Así nace el nuevo proyecto de Inma Carpena, Cuaderno de bitácora para la supervivencia, en el que nos hace testigos de un proceso de tres años de autodescubrimiento y aceptación de todo aquello que desconocía de sí misma. Esta exposición, que se puede visitar en la librería Bangarang de Valencia, muestra cada emoción y sentimiento por los que pasó cada mes, junto a una selección de textos de libros que ha leído y que le han ayudado en este proceso.
Hola, Inma. Primero, ¡felicidades por tu exposición! ¿Cómo han ido estas semanas de presentación?
Muchas gracias :) La verdad que han sido semanas de muchas emociones, todas ellas muy buenas. Estoy contenta de que un proyecto/exposición tan personal haya tenido una acogida tan buena y bonita en mi ciudad, Valencia.
Tu trabajo artístico es multifacético, abarca desde la ilustración hasta el diseño de producto. ¿Cómo definirías tu estilo?
Mi estilo, al igual que el de todos los creativos, siempre nos acompaña hagamos lo que hagamos, y como la vida, va cambiando conforme vas trabajando en proyectos y vas generando nuevas inquietudes. Así que creo que mi estilo ahora mismo se encuentra en un momento de ‘reformas’ en casa, estoy descubriendo nuevas técnicas digitales que me inspiran y me hacer sentir cómoda como los aerógrafos y nuevos pinceletes y paletas cromáticas.
¿Prefieres seguir explorando diferentes facetas de tu creatividad?
Sí rotundo. Quiero seguir explorando, siempre me encuentro nuevos caminos y ahí es donde me siento bien y cómoda, probando nuevos campos y técnicas donde poder realizar proyectos creativos de cualquier ámbito.
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¿Cómo es un día en la vida de Inma?
Mi día a día suele ser bastante tranquilo, dedico horas a los proyectos en los que me voy viendo envuelta. Hasta hace unas semanas estaba trabajando en proyectos de arquitectura para clientes de fuera de España, pero como he comentado antes, necesitaba un impasse para poder meditar, pensar y definir nuevos caminos en mi futuro laboral, y he decidido tirarme a la piscina y dejarlo para encontrar nuevos proyectos interesantes para trabajar y colaborar.
Son muy importantes en mi día a día la lectura, el ejercicio físico y el yoga, todo junto me hace estar más serena y consciente de todo lo que pasa a mi alrededor. Vivimos en un mundo loco en muchos sentidos, y esas son mis herramientas básicas para no perder mi pequeño norte.
Desde pequeña ya llenabas blocs con tus dibujos, ¿en qué momento decidiste dedicarte profesionalmente al arte?
Pues empecé en el mundo creativo a los dieciocho años. Estaba estudiando mi primera carrera y trabajaba como piercer en dos estudios de tatuajes en Valencia, en un momento en el que el mundo piercing y tatuajes no estaba tan a mano o tan de moda como ahora (risas). Allí dibujaba con mis compañeros todos los días. Me di cuenta de que me gustaba y me hacía feliz estar dibujando sin parar, pero no di el primer paso hasta que estuve once meses en Tenerife viviendo sola (también trabajando en un estudio de tatuajes como piercer). Como tenía tiempo, pues me puse más enserio a dibujar.
Cuando volví a Valencia empecé a estudiar diseño de producto y entonces tomé más disciplina en aprender técnicas de ilustración ayudándome con asignaturas como Dibujo Técnico, Espacios y Volumen, que me ayudaron a mejorar todas las composiciones que iba desarrollando en mis libretas de dibujos personales.
Durante un proceso de creación, muchxs necesitamos tener el espacio limpio, acompañarlo con una taza de café o té o ponernos música de fondo. ¿Qué rituales o hábitos tienes antes de empezar un nuevo proyecto creativo?
Como bien dices, necesito una mesa limpia y ordenada, un buen café y tranquilidad. Hay días que cuesta un poco más ponerse y en estos me gusta ponerme algunos grupos de música que me ayudan a conectarme (stoner music) siempre, metal y rock.
Y si te pregunto por tus referentes, ¿cuáles dirías?
Tengo muchos, pero siempre me inspiran figuras como Inma Bermúdez y Jaime Hayon, creo que su trayectoria es maravillosa e inspiradora a más no poder. Además, son locales y eso me hace sentir superorgullosa de mi ciudad y todo lo que ha ido generándose en ella.
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Has compartido en redes un caso que temo que sucede más de lo que imaginamos, sobre un proyecto que no te remuneraron después de enviar un manual y bocetos. ¿Piensas que el trabajo de lxs diseñadorxs e ilustradorxs no se valora ni se respeta como debería?
Aún sigo ‘sufriendo’ por este tema y contesto rotundamente: no se valor ni respeta lo suficiente. Es muy injusto que siga pasando esto, pero parece ser que es muy normal y temo pensar, con mucha pena lo escribo, que seguirá pasando si miramos para otro lado y no valoramos nuestro trabajo dejando que ‘un puñado’ de ‘tiburones’ se aprovechen de nuestra profesionalidad y trabajo. Situación que espero vaya menguando.
Estás presentado tu proyecto más íntimo y personal, Cuaderno de bitácora para la supervivencia, en la librería Bangarang. Un trabajo que cuenta con treinta y seis ilustraciones con treinta y seis textos seleccionados que describen tus últimos treinta y seis meses. ¿Qué te llevó a crear este proyecto tan personal?
Fue un cataclismo en mi vida, un cambio radical a todos los niveles. Un momento trágico en todos los campos de mi vida. Ya sabemos que la vida a veces nos pone de repente obstáculos difíciles de los que, después de mucho esfuerzo, tiempo y ganas se sale, y eso hace y diseña las personas que somos. Así fue, perdí todo y tuve que volver a inspirarme, volver a tener ganas de trabajar en proyectos de diseño e ilustración. Pero a día de hoy creo que no cambiaría ni una piedra en este camino tan angosto por el que he tenido que caminar descalza durante tanto tiempo.
¿Cómo ha sido el proceso?
Sinceramente creo que ha valido la pena, ya que he conocido y abrazado muchos puntos de mí misma que desconocía, tanto positivos como negativos. Todo ha sido para un buen fin y ha sido pura magia para poder conocerme más. El proceso ha sido precioso, el poder cerrar un ciclo de tres años, una ilustración y un texto por cada mes que ha pasado en tres años. He podido vomitar de alguna manera todo lo que había dentro de mí. Expresarlo y mostrarlo con esta exposición ha sido catártico y muy bueno en todos los sentidos de mi vida. Tanto las ilustraciones que muestran un sentimiento o estado por el que estaba pasando como la selección de los textos de libros que he leído en estos años y que me han ayudado tanto.
¿Ha sido la llave para reencontrarte en un momento en el que te sentías perdida?
(Risas) Perdida o no, me ha ayudado a conectar con la ilustración, con mi creatividad más profunda sin tener un cliente detrás. Esto ha sido generado desde el corazón, desde mis entrañas, sin esperar una buena crítica o aceptación por parte de nadie. Y supongo que me ha hecho encontrarme a mí misma en diferentes escenarios. Vamos, que sí, que me ha ayudado a reafirmarme en que quiero seguir pintando e ilustrando.
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Todas las ilustraciones surgen de una sombra, pero de ella puede surgir una oportunidad o florecer lo bello. ¿Ha sido esta combinación de oscuridad y luz la manera de expresar tu renacimiento?
Así es, luz en oscuridad, sombras… Un renacer en toda regla y un cierre de un ciclo de tres años superloco para mí. He podido cerrarlo cosiéndolo con hilo y aguja de oro.
Las ilustraciones van acompañadas por textos seleccionados de libros que te han acompañado en este proceso y de alguna manera te han marcado. ¿Cuáles han sido los más importantes, aquellos que más te han ayudado a sobrevivir?
Más que sobrevivir, me han hecho trasladarme a otros lugares, llegar a esas habitaciones que todos tenemos en nuestro inconsciente. Sobrevivir he sobrevivido a todo no por leer ni dibujar, sino por no tirar la toalla en ningún momento y querer tirar hacia delante como fuese. Podrían ser algunos de ellos: La familia, de Sara Mesa; Las gratitudes, de Delphine de Vigan; Los asquerosos, de Santiago Lorenzo; La inteligencia fracasada, de José Antonio Marina y Canto yo y la montaña baila, de Irene Solà.
También hemos visto que la cocina es tu mayor hobby, ¿veremos un perfil de Inma Carpena dedicado a la cocina?
Me encanta cocinar y el ritual o rituales que lo acompañan. Ojalá tener otra vida para dedicarme a ello, pero no me da para más. Si tuviese tiempo montaría una empresa de catering. Si alguien me lee aquí y le apetece el proyecto, que me escriba (risas). Lo del perfil de cocina, si se da, será más adelante, yo sola no podría. Además de todo mi trabajo general, un nuevo perfil de cocina.
Por último, ¿qué nos puedes contar de tus próximos proyectos?
Está todo en el aire, pero me estoy centrando en proyectos de diseño industrial y de producto. En un futuro próximo podré ir enseñando algo, pero por ahora no me dejan enseñar absolutamente nada. Estoy preparando mi primer fanzine con mucho mimo. Estoy ordenando aún ideas pero me hace mucha ilusión. Todos los futuros proyectos en los que voy a estar inmersa estarán relacionados con la ilustración y el diseño de producto, quiero centrarme en eso y quiero ver cómo se da todo para poder ir aceptando otros nuevos que vayan a venir.
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