Esta edición ha sido una de reencuentros, la vuelta a la presencialidad nos ha permitido volver a mirarnos a los ojos, interactuar y crear nuevas experiencias y recuerdos juntos. Este es el sentimiento que Habey Club han querido evocar esta temporada, con una colección donde las reuniones familiares y los pequeños detalles que las rodean son la fuente de inspiración.
Con las pequeñas sobre cada asiento del frontrow, donde dentro podíamos encontrar un pañuelo bordado con los detalles del evento y el nombre de la colección Re-encuentro en una caligrafía que parecía escrita a mano, ya podíamos deducir el carácter íntimo y familiar que tendría la colección. La sostenibilidad y la artesanía son las bases desde donde parten el duo de diseñadores David Salvador y Javier Zunzunegui para crear unas prendas que evocan sentimientos y momentos específicos del encuentro con nuestros seres queridos.
En una reunión de varias personas resalta la diversidad e individualidad de cada una de ellas, concepto trasladado a la prenda mediante el uso de diversos tejidos de características muy distintas que conviven en armonía. Desde los más rígidos y formales como denim o telas sastreras hasta los más relajados y fluidos con varias prendas satinadas y con transparencias aportadas por la gaza, la mezcla evoca distintos mundos conviviendo bajo el mismo techo. La variedad de estilos en cuanto a tipo de cuellos, escotes, mangas y longitudes de prenda han añadido más peso a esta narrativa.
Resulta interesante la reinterpretación de una prenda tan clásica y tradicional como es el chal, en una versión donde conservando sus características funcionales es elevada estéticamente, con torsiones y arrugas que dan una mayor sensación de confort y calidez. El deseo de plasmar las emociones se materializa en los detalles y bordados en cristal presentes en algunas prendas, que funciona a la perfección como un símbolo de las lágrimas derramadas al expresar nuestros sentimientos.
En una reunión de varias personas resalta la diversidad e individualidad de cada una de ellas, concepto trasladado a la prenda mediante el uso de diversos tejidos de características muy distintas que conviven en armonía. Desde los más rígidos y formales como denim o telas sastreras hasta los más relajados y fluidos con varias prendas satinadas y con transparencias aportadas por la gaza, la mezcla evoca distintos mundos conviviendo bajo el mismo techo. La variedad de estilos en cuanto a tipo de cuellos, escotes, mangas y longitudes de prenda han añadido más peso a esta narrativa.
Resulta interesante la reinterpretación de una prenda tan clásica y tradicional como es el chal, en una versión donde conservando sus características funcionales es elevada estéticamente, con torsiones y arrugas que dan una mayor sensación de confort y calidez. El deseo de plasmar las emociones se materializa en los detalles y bordados en cristal presentes en algunas prendas, que funciona a la perfección como un símbolo de las lágrimas derramadas al expresar nuestros sentimientos.