Se considera un apasionado del trabajo y defiende el atrevimiento en la moda vistiendo al hombre de manera distinta a la que se había concebido hasta ahora. Su inspiración: universos de imágenes de todo tipo. Su secreto: el estudio del cuerpo, las formas y la funcionalidad combinado con elegancia, ritmo y color. En 2013 fue el ganador del concurso Modafad que premia a los mejores diseñadores noveles, pero Guillem Rodríguez no es solo un diseñador novel de moda, es la representación física del esfuerzo, del talento y de la vitalidad. Una vitalidad que no sólo transmite su persona, sino que consigue traspasar a todas las prendas que crea.
¿Quién es y cómo se define Guillem Rodríguez?
Un apasionado del trabajo. Muchas veces he pensado que si no hubiera encontrado la moda como profesión, no sé que sería de mi ahora.
¿Cuándo empezaste a sentirte atraído por el mundo de la moda?
Empezó desde muy pequeño, jugando a muñecas. En ese momento era pura atracción, me lo pasaba pipa. De más mayor decidí que quería estudiar Diseño de Moda y aquí estoy (risas).
En 2013 fuiste el ganador de Modafad, un galardón que premia a los diseñadores jóvenes. ¿Por qué crees que fuiste el escogido y qué crees que te aportó este premio? ¿Podríamos decir que ha habido un antes y un después?
Fui ganador porque lo decidió un jurado. Aunque muchas veces no hace falta que nadie te diga nada sobre tu trabajo, personalmente estaba súper satisfecho con él. Por otro lado, Modafad hace un trabajo muy bonito, que es empujarnos a que tengamos mas visibilidad, y eso fue lo que pasó. Hay un antes y un después, totalmente. Mi paso por Modafad y la 080 me ha cambiado la manera de trabajar; dejas de ser un estudiante para ser un diseñador, aunque a veces, al principio, cuesta integrar la profesionalidad.
Explícanos Romantycs, tu primera colección. ¿En qué te inspiraste?
Me inspiraba en los universos de imágenes que se generan en redes sociales visuales tipo Tumblr o Pinterest. Redes sociales que se convierten en una vía de escape para personas de nuestra generación.
En enero de 2014 presentaste tu segunda colección, Vulnerable. En comparación con Romantycs, estéticamente, las dos colecciones son totalmente distintas. ¿Esto ha sido algo premeditado o algo que surgió durante el proceso de creación? ¿Qué cambios destacarías?
Sí, Vulnerable respira un aire más frío. De todos modos, la primera salida del desfile empezó con abrigo que pertenece a la colección Romantycs, ya que en realidad, las dos colecciones tienen una continuidad. Los cortes de las mangas son muy parecidos, se sigue trabajando la idea de universo y se desarrollan técnicas similares.
Hablemos de Manifesto, la colección que presentaste el pasado verano. ¿Es una declaración de intenciones como su propio nombre indica? ¿Qué relación guarda cada título con la colección en si?
Sí, me tomé esta colección como su nombre indica. Para mí es importante ponerle nombre a cada colección y a cada proyecto. Es lo primero que hago, me ayuda a desarrollar un imaginario entorno al tema que trabajo, darle sentido y formar todo el conjunto.
En relación con la anterior pregunta, ¿tiene algo que ver el estado del creador con sus colecciones?
Siempre hay una parte en el proceso creativo en el que tu estado de ánimo influye, y en parte es bueno dejarse llevar un poco. Pero tampoco hay que depender del estado de ánimo para trabajar, ya que hay unos tiempos que hay que cumplir.
Alba Rihe, una gran ilustradora, colaboró en la creación de la colección Manifesto. ¿Cómo surgió esta idea?
La idea de trabajar con Alba surge un día tomando copas (risas). Yo hacía tiempo que buscaba una colaboración con alguien que trabajase la pintura, siempre me ha gustado mucho. Un tiempo después de comentarlo, cerramos la primera reunión y nos pusimos manos a la obra. Me ha encantado trabajar con ella, ¡a parte de artista es la mayor agitadora social que existe! (risas)
Elegancia, ritmo, color... ¿Qué es para Guillem Rodríguez lo más importante? ¿Qué aspectos tienes más en cuenta a la hora de crear una prenda?
Elegancia, ritmo y color definen la última colección, pero a la hora de hacer una prenda se mira todo mucho más. Hay que invertir en el patrón, en el estudio del cuerpo y de las formas, en la funcionalidad, algo vital y fundamental que se complementa con acabados y, finalmente, sus interiores, ¡hay miles de detalles detrás de una prenda!
El espíritu andrógino y los tejidos tecnológicos nos recuerdan cada vez más que nos adentramos en una nueva manera de crear y sobretodo de diseñar. ¿Hacia dónde crees que irá la moda masculina en un futuro? ¿Con qué obstáculos te has encontrado a la hora de crear?
Veamos. Sí es cierto que se ha visto en la pasarela un nuevo aire femenino dentro de la moda masculina, pero eso no deja de responder a un sector de la sociedad que se atreve y le apetece vestir así. Cada vez más, la gente es más exigente a la hora de comprar una prenda, podríamos decir que empieza a haber una cierta cultura entorno a ello. Como diseñadores no podemos descuidarlo. Quizá el mayor problema me lo haya encontrado después, cuando me encuentro con personas que no entienden todo lo que hay detrás de la moda, ni detrás del echo de que un hombre pueda vestirse de otra manera a la que se ha concebido hasta ahora.
En relación al futuro, ¿veremos en un futuro próximo colecciones de una mujer vestida por Guillem Rodríguez?
¡Quién sabe! (risas).
Desde un punto de vista personal, tus colecciones me transmiten vitalidad, frescura y fortaleza. ¿Qué buscas que transmitan tus prendas?
Gracias. Soy muy emocional cuando trabajo, con lo cual, sin ser del todo consciente, ya traspaso esa vitalidad en las prendas.


