Alessandro Michele tiene un modo visionario y extraordinario de rediseñar y comunicar la identidad estética de Gucci. ‘Esperar lo inesperado’ se vuelve un principio aplicado al trabajo de este director creativo, capaz de proliferar hacia diferentes direcciones.
El pensamiento rizomático, de acuerdo con Deleuze y Guattari, no tiene centro, jerarquía ni orientación, no hay linealidad ni narrativa, principio o fin. Éstos toman como referencia conceptos de la biología como el mutualismo. “Cada individuo se convierte en la función del otro, como la orquídea para la avispa”. Michele aplica esta teoría a sus colecciones. No sólo la colección es como un lienzo del mundo natural: flores, avispas, serpientes, pájaros... sino que viendo cada prenda, no acertamos a saber qué ha influido exactamente en su forma, corte o color, ni si podemos concretar la inspiración de una época determinada. Un enfoque que se refleja en su nuevo proyecto artístico interactivo inaugurado hace unos días, Gucci 4 Rooms, primero presentado en el mundo virtual y luego llevado al plano real, en la inquieta ciudad de Tokio. Toda una experiencia en la que los usuarios se mueven libremente por cuatro espacios creados por diferentes artistas, que intentan reflejar el espíritu ecléctico e inventivo de la casa.
Daito Manabe crea Gucci Words Room, un espacio que ofrece una experiencia interactiva a partir de una instalación de vídeo digital que esconde símbolos, significado y humor en la pared donde cuelgan prendas de la colección. Manabe elabora un rizoma de ideogramas, descontextualizando L’Aveugle Par Amour, novela francesa del siglo XVIII, que mezcla con mitos de amor procedentes de la literatura japonesa. Dentro del espacio, los símbolos son impredecibles y se convierten en figuras irreales de colores intensos.
Daito Manabe crea Gucci Words Room, un espacio que ofrece una experiencia interactiva a partir de una instalación de vídeo digital que esconde símbolos, significado y humor en la pared donde cuelgan prendas de la colección. Manabe elabora un rizoma de ideogramas, descontextualizando L’Aveugle Par Amour, novela francesa del siglo XVIII, que mezcla con mitos de amor procedentes de la literatura japonesa. Dentro del espacio, los símbolos son impredecibles y se convierten en figuras irreales de colores intensos.
Chiharu Shiota opta por un espacio más táctil. El nombre de la habitación Gucci Herbarium procede de una parte de la colección confeccionada con estampados de motivos florales que recuerdan al toile de jouy. En la habitación que Shiota nos muestra yace una cama de estilo old decó tapizada como un herbarium, y complementos de Gucci, los cuales son atrapados por telarañas de hilo rojo. Parece un sueño atrapado en el tiempo, que podría ser obra de Kumo Onna, la mujer araña, haciendo de nuevo un guiño a la mitología de Japón.
La obra de Mr. es la que más cumple con los estereotipos de la cultura japonesa. La obra recibe el nombre de Gucci Garden Room y está protagonizada por los animales y plantas del imaginario de la marca. El artista insiste en introducir el mundo otaku y del manga dentro del contexto del arte. Aquí, personajes de anime se relacionan con la fauna y flora de Gucci. Más que un jardín, uno siente que entra en una selva urbana de grafitis con mensajes como 'Stay with me absent Tokyo-minded'.
En el último espacio, un espacio escondido, se encuentra la obra del artista grafitero GucciGhost, habitual colaborador de la casa. El protagonista es su conocido fantasma, que se cuela en los demás cuartos virtuales, sólo atrapándolo los usuarios conseguirán tener acceso a este espacio secreto.
Gucci 4 Rooms puede visitarte hasta el domingo 27 de noviembre en las tiendas Gucci y Dover Street Market de Ginza, Tokio.