El adiós de Galliano en Maison Margiela

Presentada el 11 de enero de 2015, esta colección marcó el inicio de la era de John Galliano en Margiela. Desde que Martin Margiela dejó su propia firma en 2009, la dirección creativa estuvo en manos del equipo interno de diseñadores, entre los que destacaba un joven Matthieu Blazy (quien, hasta ayer, fue director creativo de Bottega Veneta y ahora lo es de Chanel). En su crónica sobre este desfile para Vogue, Tim Blanks afirmaba que “una emoción palpable superaba la sensación de alivio”. John Galliano regresó de la mejor manera tras su estrepitoso despido de Dior. El desfile culminó con una clara referencia a la Maison, un icono que ha estado presente en su historia desde el debut de Martin en 1985: las máscaras. En este caso, la máscara era del mismo tul rojo del vestido, con detalles dorados y una media sonrisa bordada en perlas.

Recuerdo bien que en 2017 Tumblr, Pinterest y Twitter estaban plagados de fotos de esta gabardina blanca con una cara moldeada en tul de Maison Margiela. Es curioso porque el desfile en cierta forma profundizaba en el uso de las redes sociales. En este caso, Galliano se inspiró en los filtros faciales que estaban de moda en plataformas como Snapchat. ¿Quién no se puso en esa época el filtro del perrito? ¿O el del vómito de unicornio? Y es precisamente este último el que aparecía bordado en una gabardina de gasa transparente en este desfile, a referencia más obvia al mensaje que Galliano quiso transmitir.

¿Cuántos de nosotros estuvimos esperando hasta los últimos instantes de esta Met Gala para ver si aparecía Rihanna? Si no todos, casi todos. Para la Met de 2018, donde a través del tema “Criaturas Celestiales” se exploraba la unión entre el imaginario católico y la moda, Rihanna lució un diseño de Margiela creado especialmente para ella por John Galliano. Fue una reinterpretación de la vestimenta del obispo, desde la túnica con sobrefalda hasta la chaqueta que emulaba las vestiduras litúrgicas o la mitra; todos los detalles estaban bordados en perlas, uno de los adornos más utilizados en el Renacimiento. A John no se le escapó nada. Sin embargo, no era la primera vez que Galliano reinterpretaba este tipo de vestimentas; ya lo había hecho en el desfile de alta costura de otoño de 2001 en Dior, vestido que, por cierto, figura dentro de la colección del museo del Met. Pero eso ya es otra historia.

Si hablamos de la Met Gala y John Galliano en Margiela, tenemos que hablar sí o sí de la edición de 2024, porque tanto Kim Kardashian como Zendaya, como dirían en Twitter, devoraron y no dejaron migas. De Kim Kardashian se habló mucho, principalmente por cómo combinó un cardigan lleno de pelotillas con un vestido de alta costura, o también por el tamaño de su cintura, ya que el corsé casi no la dejaba respirar. De hecho, en un vídeo publicado por Vogue, grabado durante su fitting final, a Kim le preguntan: “¿Y lo de respirar? ¿Cómo va?” A lo que ella responde: “It's an art form, but I got it.”

Desde finales de enero ha habido una guerra en todas las red carpets. Una en la que los estilistas seguramente tuvieron que librar mil batallas de mails para conseguir que las celebrities lucieran la última colección de alta costura de Maison Margiela. Han sido muchas las que lo han logrado: Hunter Schafer, Kendall Jenner o Ariana Grande. Y aunque parece que nos han metido esta colección hasta en la sopa, hay algo de ella que no podemos quitarnos de la cabeza. La Glass Skin del makeup que diseñó Path Magrath tuvo a medio TikTok intentando recrear la fórmula durante un par de meses. Teatralidad, emoción, fantasía… Esta colección reúne todos los elementos que más nos gustan de Galliano, concebida desde su más pura esencia, pero sin olvidarse del legado de Margiela. Una bonita despedida, que en su momento no sabíamos que lo iba a ser, y que sentenció, de alguna forma, la redención de Galliano en el mundo de la moda.

Galliano tiene mente de couturier, por eso sus desfiles de prêt-à-porter, lejos de ser colecciones con prendas comerciales combinadas unas con otras, siempre poseen ese toque experimental y narrativo tan característico. Como buen amante de la cultura pop y las divas, esta colección estuvo llena de referencias a Estados Unidos, con guiños a Marilyn Monroe o la aparición estelar de la corona de la Estatua de la Libertad cortada en la parte trasera de una gabardina. Sin embargo, esto no es lo maravilloso de la colección; lo asombroso radica precisamente en una de las mayores cualidades de Galliano como diseñador: convertir lo básico en algo original y lo ridículo en algo extraordinario. ¿Quién hubiese imaginado que ponerle un bolso de pelo en la cabeza a una modelo sería tan buena idea? Pues Galliano, claro.

Colección prêt-à-porter Primavera/Verano 2020 

Uno de los temas más recurrentes en el imaginario de Galliano son la guerra y las revoluciones. Lo exploró en su colección debut de su marca homónima, Les Incorruptibles en 1984, cuando se inspiró en la Revolución Francesa. Se inspiró en la guerra napoleónica en 2009 para la colección de primavera de Dior, y lo hizo también con la Résistance (la resistencia francesa durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial) para crear el Margiela Liberation Army en la colección de Primavera/Verano de 2020. Aunque el desfile se hizo viral por el andar del modelo que cerró la pasarela, esta colección explora los uniformes, ya sean de marinos, enfermeras o militares, de la forma más Galliano posible.

Gafas de realidad virtual, iPhones en los tobillos de las modelos e iPads en los bolsos, todos orientados hacia las primeras filas para grabar a tiempo real sus reacciones. Inspirado por los becarios que tenía a su alrededor, Galliano creó esta colección haciendo alusión a la dependencia de las nuevas generaciones a la tecnología. No se olvidó tampoco del auge del streetwear durante esos años. Galliano no hace streetwear, por supuesto, pero lo reinterpretó referenciándose a sí mismo en su polémica colección Clochard, que presentó en Dior para primavera de 2002, en la que se inspiraba en personas marginadas. La sobreexposición de capas deformaban el cuerpo, donde las chaquetas de plumas se veían atrapadas por cintas de nylon y cinta de embalar, mientras que elementos como el cartón o la espuma de embalar fueron tratados como tejidos de alta costura, y los colores neón de las prendas los hacían destacar para evocar a lo que Galliano denominó “Glamour Nómada”.

Si pensamos en prendas icónicas del paso de John Galliano por Margiela, una de las primeras que se nos viene a la cabeza es el popularmente conocido como cloud dress de la colección Artisanal Otoño de 2015. Un vestido blanco, acolchado, con el que casi parecía que la modelo andaba con una almohada encima. Fue la mezcla perfecta entre el upcycling característico de la Maison y la teatralidad de Galliano, un mix que consiguió otorgar a la colección ese final dramático que tanto nos gusta.

Si bien hemos empezado este recorrido por el debut de John Galliano en Margiela para una colección Artisanal, su primera colección prêt-à-porter para la Maison tampoco pasó desapercibida. Fue el contrapunto perfecto entre la ironía y la delicadeza. Las notas del desfile señalaban lo que podría describirse como “Polaroids infectadas con sueños ácidos”. Una premisa que no solo se reflejaba en las siluetas de los looks, adornados en su gran mayoría con accesorios neón, sino que también se hacía presente en los maquillajes al más puro estilo drag queen, de los cuales Galliano no ha podido despegarse desde sus fiestas en el Londres de los ochenta con los New Romantics. Además, fue la primera vez que en Margiela apareció la silueta del corset en forma de reloj de arena; exacto, el mismo que ha ido reinterpretando durante todos estos años en la Maison y con el que Kim Kardashian dio tanto que hablar en la Met Gala.