Nació al otro lado del Atlántico, creció en Málaga y ya ha cruzado innumerables veces Europa. Florencia Rojas es una de esas artistas que rebosan creatividad, y con la simple condición de cuestionar y amar lo imperfecto, lo hace bello y construye su propio futuro. Para ella el problema se convierte al mismo tiempo en la solución, la fotografía en su consagración máxima. Es humilde cuando elogiamos sus imágenes, nos dice que no le gustan las etiquetas. Pero, ¿para qué las necesita? Lo que hace se explica por sí mismo, trasluciendo ese presentimiento de que Florencia no podría ser nada más que artista.
¿Cuándo te empezaste a llamar artista? ¿O cuándo crees que verdaderamente te empezaste a sentir como tal?
Nunca me empecé a llamar artista, no lo sé, supongo que hubo un momento en el que mi trabajo empezó a exponerse y a entrar en el circuito artístico, y lo entendí como una profesión.
El extranjero y las becas han sido dos elementos importantes en tu vida. ¿Qué sigue haciendo falta para ayudar a los jóvenes artistas españoles?
Creo que moverse y pedir becas forma parte del desarrollo normal del artista, es nuestro día a día y parte de nuestro trabajo. Lo que hace falta es más apoyo por parte de las instituciones, hablando claro: más dinero público invertido en arte emergente. En algunas comunidades autónomas hay una situación más llevadera, pero en Andalucía las ayudas para la producción de proyectos son muy limitadas.
Todo tu trabajo empieza con una búsqueda interior, que se convertirá en la base de tu nuevo proyecto. Pero, ¿cómo ocurre el proceso? ¿Cuándo deja de ser búsqueda y empieza a ser obra? ¿Al final se separarán o se unirán?
El proceso suele ser leer, pensar, probar posibilidades visuales, continuar por la línea de alguna idea que me interese más y seguir leyendo, trabajando... No sé decir en qué momento un trabajo deja de ser un proceso y se convierte en una obra final, hay artistas para los que el proceso es la propia obra, y en mi caso depende del proyecto.
En realidad, ¿qué es más importante, la idea o la ejecución?
En realidad, la idea y la ejecución, la teoría y la práctica, el sentido y la forma son binomios que se retroalimentan y se confunden entre ellos. No hay nada más importante.
¿Cómo crees que has evolucionado a nivel de estilo? ¿Hay, en definitiva, un estilo Florencia Rojas?
Me da vergüenza responder a la pregunta, me siento vanidosa hablando de un estilo con mi nombre. No me gusta acomodarme en ninguna fórmula, vivo y trabajo en constante cambio.
Pero seguro que hay un medio con el que prefieres expresarte. ¿Te atreves a decirnos cuál?
Sí, la fotografía y el vídeo.
¿Qué puede significar para un artista tener una exposición? ¿Visibilidad y realización personal?
Significa el encuentro de la obra con el espectador, un momento fundamental del proyecto artístico.
El mercado del arte tiene sus propias condiciones y premisas. ¿Te identificas con esas condiciones o, si pudieras, las cambiarías? ¿En qué sentido?
Me aburre hablar del mercado del arte, no me interesa; tampoco tengo una actitud naive, conozco las condiciones y hay muchas cosas que aborrezco. Solo me interesa disfrutar de mi profesión, dedicar tiempo a lo que me gusta, divertirme y aprender mucho sin quemarme la sangre; eso es todo lo que puedo hacer para cambiar las cosas.
¿Con quién te gustaría trabajar?
Con mis amigas, ya lo hago, disfruto mucho.
Beauty Treatment nos hizo repensar lo irónico e insólito que puede ser lo bello, incluso lo pintoresco de las reinas de belleza locales. ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue muy entretenido, porque fue un proyecto muy variado donde experimenté con varios asuntos y técnicas. En cuanto a las reinas de belleza locales, las entrevisté y las fotografié con el atuendo que lucían el día que fueron seleccionadas y me interesé por los protocolos de dichas selecciones. Siempre es interesante retratar a alguien y acceder a parte de su vida, me gusta mucho trabajar con gente.
En Vírgenes la libertad sexual es esencial. ¿Cómo se entiende que ese tema siga siendo un tabú para algunos?
Más que hablar de libertad sexual me interesa la identidad sexual, cómo se ha construido y arraigado en nuestras sociedades, la clasificación que se ha hecho de los cuerpos y las preferencias sexuales, así como las consecuencias opresoras que eso ha tenido.
La nostalgia es una de las varias emociones que nos invaden mientras observamos tu trabajo. ¿Es parte de tu psique o se trata más bien de un estímulo artístico?
No he buscado transmitir nostalgia, durante una etapa he intentado no obtener ningún tipo de actuación de la persona fotografiada, tampoco he trabajado como un retratista más clásico intentando "capturar el alma" ni nada parecido. He buscado vaciar de intenciones los rostros y los cuerpos, creo que de ese vacío puede haber surgido algo evocador.
En tu perfil de Instagram se puede leer que eres “un culo inquieto.” ¿Qué podemos esperar del “culo inquieto” en el futuro?
Ahora mismo estoy haciendo un máster en Málaga, es muy probable que cuando acabe me mude otra vez, quizá pida alguna beca o residencia o quizá vuelva a Berlín, o a Madrid... No lo tengo decidido, me gusta el suspense.