La última vez que hablamos con Fátima el año pasado, nos quedamos con la duda sobre su vuelta a la pasarela. Es habitual ver cómo grandes promesas de la moda emergente encuentran difícil el lograr montar un show, y tras su exitoso paso por la plataforma Allianz EGO de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid no había planes claros en el ambiente. Pues bien, la respuesta a nuestras dudas llegó hace algunas semanas cuando se anunció el lineup de la nueva edición de 080 Barcelona Fashion y vimos el nombre Fatima Miñana dentro de los convocados, una grata sorpresa. Con el enfoque sensible y meticuloso que la caracteriza, The Art of Loss explora la pérdida a través del arte.
Un desgarrador grito abre esta colección, un grito que solo puede proceder de alguien a quien se le ha arrebatado algo. La dualidad entre la creación y la destrucción se representa mejor al ser descritos como conceptos complementarios y no antagonistas. La presencia de una implica la existencia del otro. Al destruir una idea se crean otras nuevas, y es algo similar lo que ha hecho Fátima con su colección, en la que el rompimiento de siluetas, técnicas o formas de construcción tradicionales resulta en el nacimiento de nuevas propuestas que no podrían haber salido a la luz si no se hubiera sido lo suficientemente valiente como para acabar con lo establecido.
Puede llegar a sonar como una idea revolucionaria, un tanto punk, pero en realidad el valor añadido de lo que se hace en esta colección es esa sutileza con la que cambios radicales se han llevado a cabo. Inspirándose en la obra del artista Egon Schiele, genio de la vida y de la muerte, la forma en que sus reconocibles trazos carentes de estructura sirven como metáfora de lo que ocurre en el interior de los retratados sucede de forma similar en las prendas. Cortes asimétricos en lugares inesperados que crean siluetas nuevas, con inspiración geométrica, en ocasiones rectas y angulares y en otras curvas y en espiral, principalmente creadas a través de diferentes tipos de drapeados, pinzas o acumulaciones de tejido.
La paleta cromática se mantiene en los tonos oscuros y la elección de materiales, en su mayoría con cierto brillo satinado, refleja la luz y acentúa los juegos geométricos presentes en la construcción de las prendas. Resulta elegante, pero sobria y, gracias a su deconstrucción y desafío a las estructuras tradicionales, altamente vanguardista. La narrativa de la colección establece una conexión entre la vida y la moda inspirada en las ideas del escritor Giacomo Leopardi; ambos son fenómenos resultantes del cambio; son realidades y transformaciones inminentes que son confirmadas con el paso del tiempo y de las cuales no podemos escapar.
The Art of Loss puede que trate de la pérdida, pero con esta propuesta y con el trabajo de Fátima Miñana, la industria de la moda nacional gana bastante. Resulta interesante la traslación de conceptos altamente artísticos y filosóficos a prenda, no de manera evidente sino provocativa y sutil, en la que solo un corte nos hace cuestionarnos acerca del origen del mismo. De Fátima se dice que su proceso de creación es similar al de esculpir, y resulta evidente cómo la visión del volumen, del cuerpo y de sus movimientos son los ejes centrales alrededor de los que gira su inspiración.