El Espai13 de la Fundació Joan Miró lleva desde sus inicios propulsando el arte emergente, y este año no se iba a quedar atrás. La salida del nuevo ciclo de exposiciones de la temporada viene de la mano de la celebración de su 45 aniversario, así que nos traen una programación anual de lo más completa. Con Nos acompañaremos cuando anochezca como título, el ciclo de esta temporada está formado por cuatro exposiciones individuales para reflexionar en torno a la idea de un nosotros como conjunto y nuestra relación con el mundo: Solc i no clos de Alba Mayol (Barcelona, 1979), Lògica papallona de Inari Sandell (Finlandia, 1991) y dos más de Danielle Brathwaite-Shirley (Reino Unido, 1995) y Helena Vinent (Barcelona, 1988). Comisariado por Irina Mutt, que recientemente se ha encargado también del festival Glitches y el minifestival Kinki Kioski, su papel ha dado pie a que cada artista aporte su mirada única sobre la interdependencia y todas las capas que se pueden encontrar en este concepto.
El relato del ciclo lo genera cada persona según las reflexiones que le provocan cada uno de los proyectos. Juegan entre dos vertientes, la fragilidad y la potencia, nociones que se entrelazan continuamente. Según la comisaria, la interdependencia nos hace entender los espacios que habitamos, lo que ocupamos en ellos y la manera en que los compartimos con otras vidas. Se plantean cuestiones como el ceder y acompañar al otro, el dejar de lado el individualismo para hacernos responsables de lo que nuestra existencia afecta (en más o menos medida) a todo lo que nos rodea.
Aunque el conjunto esté pensado para que no sea lineal, el ciclo empieza con la exposición de Alba Mayol, que se estrenó el viernes pasado, con su propuesta Solc i no clos (surco y no cerrado). Enfocándose en el deseo, la artista plantea, a partir del libro de ciencia ficción Bloodchild de Octavia E. Butler, un espacio-cuerpo donde todas las partes se necesitan para existir y donde los elementos están interconectados. Para ello, ha usado diferentes formas para representarlo, tanto escultura como instalación y dibujo. Otra de sus fuentes es el poema Número XII de Sal oberta de Maria Mercè Marçal, y con todo, quiere mostrar la complicidad de definir esta sensación.
Entre el 25 de abril y el 7 de julio le tomará el relevo Lògica papallona de Inari Sandell. Tendremos que esperar para verla, pero todo lo que sabemos es que divaga en torno a la neurodiversidad y la investigación que ha hecho la artista sobre sistemas disciplinarios psiquiátricos. Como dice el título, la imagen de la mariposa como símbolo tendrá un papel muy significativo.
Le seguirá la artista Danielle Brathwaite-Shirley, del 18 de julio al 20 de octubre, que propone una experiencia interactiva en la que los visitantes se transformarán en personajes de un videojuego centrado en diferentes historias sobre la vida de algunas personas negras trans. Según las decisiones que se tomen, el relato irá para un lugar o para otro. ¿El objetivo? Concienciar sobre la responsabilidad individual de cada movimiento que tomamos.
La última propuesta es la de la barcelonesa Helena Vinent, del 31 de octubre al 19 de enero de 2025. La artista presenta a un grupo de personas con discapacidad que irrumpirán en la sala para poner sobre la mesa ideas alrededor de la accesibilidad, el placer y el deseo. Pero eso no es todo, porque Teo Ala-Ruona se encarga de cerrar el ciclo con una performance sobre la corporalidad trans.