Del club al hotel, y de Pablo Erroz a ERROZ. El diseñador mallorquín, uno de los nombres imprescindibles en la escena de la moda española actual, volvió a la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid el pasado viernes para presentar su última colección. Desde el momento en el que vimos su nombre en el calendario, nos apuntamos la cita en la agenda, teniendo en cuenta que el polifacético creativo presenta una única colección al año y sus propuestas siempre destacan por su equilibrio entre diseño y funcionalidad en una moqueta, la de la Semana de la Moda de Madrid, que pide a gritos una remodelación total y la entrada de nuevos creadores al calendario oficial de forma urgente.
Si hay algo que ha demostrado Pablo desde que creó su marca, allá por el 2012, es no ser un diseñador de moda convencional. Tampoco pretende serlo; sus aspiraciones van mucho más allá y su perfil, como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, trasciende el diseño de moda para sumergirse en otras disciplinas creativas que dotan a su firma de una identidad personal, práctica y fácilmente reconocible. Este amante del diseño de interiores lleva años abanderando el formato colaborativo, sumando fuerzas no solo con otras empresas de moda, ni mucho menos. De Xiaomi a Campo Viejo o Air Europa, el listado de alianzas que ha liderado es impresionante y demuestra que su visión de negocio es mucho más amplia que la de la mayoría de firmas españolas.
Es precisamente ese talento—no sabemos si natural o fruto del tesón y el aprendizaje continuo; seguramente sea una mezcla de ambas—para la gestión empresarial de su proyecto lo que ha hecho de Pablo Erroz, que ahora se presenta con una identidad renovada bajo el nombre de Erroz, una plataforma que sobresale en una industria donde la estética tiende a sobreponerse a la viabilidad económica, llevando a miles de marcas a la bancarrota cada año. Erroz no alardea, no necesita presumir de su producto, ni tampoco venderse como el mejor y más original creativo de nuestros tiempos. Erroz, a diferencia de muchas otras marcas que desfilan cada temporada por este mismo espacio ubicado a más de una hora de Madrid Centro, no vende humo.
La colección que presentó el pasado viernes en el pabellón 14.1 de Ifema Madrid, The Hotel, evidenció que su universo creativo tiene margen para seguir creciendo, sin renunciar por ello a la coherencia y sin perder ni un ápice de sentido. Si en su anterior presentación nos invitaba a su particular club privado, ahora nos abre las puertas a un espacio más amplio y global, materializado en forma de hotel. Siendo honestos, la verdad es que sí podemos imaginarnos al mallorquín emprendiendo en otras líneas de negocio, y estamos convencidos de que le iría igual de bien que con su marca de moda. Erroz es un emprendedor nato, un creativo que entiende que el diseño puede y debe ir de la mano de la transversalidad, y que no hace falta venderse como un genio de la moda que ha venido a revolucionar la historia de este arte milenario para ofrecer una propuesta de calidad que convenza al público.
Guiños a la DANA en su última colección, sí, pero huyendo de los homenajes superficiales y vacíos y optando en su lugar por una colaboración con sentido que vuelve a demostrar su inteligencia y astucia. Su alianza con el reconocido fabricante internacional de laminados, Formica Group, con sede en Valencia, se centra en la recuperación de materiales dañados tras el desastre natural, otorgándoles una nueva vida para construir parte del mobiliario de The Hotel y diseñar accesorios únicos, así como piezas de vestir singulares. Bravo por Pablo y por Formica. Si fijamos la mirada en el calzado, nada más y nada menos que dos colaboraciones, pero ambas con una coherencia excepcional. Por un lado, New Balance, firma con la que el diseñador colabora por tercera vez, afianzando de este modo la sinergia; por el otro, Lottusse, marca también mallorquina con la que emprende ahora una nueva aventura de la mano.
En The Hotel, al igual que en el universo Erroz, no hay lugar para las etiquetas. Atrás quedan las clasificaciones de las colecciones y prendas de vestir por temporadas, la división entre moda masculina y femenina, o la opacidad de las marcas a la hora de hablar sobre los orígenes de sus materias primas. Erroz no teme ni evita ninguna pregunta, tiene respuesta para todo porque su proyecto, además de apostar por la sostenibilidad y la transparencia real desde sus comienzos, es lo que ves, ni más ni menos. Aquí el discurso no hace sombra a la propuesta que se presenta sobre la pasarela; van de la mano, y es algo que su público y sus fervientes defensores, quienes nunca faltan a su cita anual en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, llevan más de una década celebrando y comprando.











