Para escuchar en la intimidad o en el metro. En una cena de amigos o mañanas lluviosas. La música de la barcelonesa Elsa Hackett, aka Elsas, está proyectada hacia lo que podría ser el sonido del futuro. Exótica a la par de clásica, sentimental y sin pelos en la lengua, presenta su primer álbum como solista The Art of the Concrete, una auténtica masterpiece que bebe de múltiples fuentes musicales cuyo hilo conductor y elemento cardinal es su propia voz. Han pasado cinco años desde que empezó a trabajar en él, y ahora, su producción y letras suponen una parte más de su crecimiento personal. Hablamos con ella sobre su consolidación como artista, estética, anécdotas, referencias y mucho más.
Para quién todavía no te conozca, ¿quién es Elsas?
Elsas el estado plural de Elsa (Hackett). El nombre bajo el que me tomo las licencias de explorar música y psique.
¿De dónde parte tu inspiración cuando trabajas como cantante, compositora y productora?
Imagino que me inspira todo aquello a lo que la vida me expone, consciente e inconscientemente. En este primer trabajo han habido varios desencadenantes y fuentes de inspiración: las fronteras entre el mundo físico y emocional, la utopía y la distopía, el amor y el desamor, la vida urbana, la ciencia y el mundo natural, la filosofía (idealismo, panpsiquismo), el activismo y otras disciplinas artísticas. La chispa creativa normalmente parte de experiencias vitales individuales y/o colectivas y mis exploraciones conceptuales que las rodean. Vocalmente me inspira el flamenco, la música a capella, el R&B, el canto romano antiguo… y a nivel de producción, Ableton, el programa que uso, generar mundos y espacios sonoros, los synths, la manipulación de audio y los sonidos diegéticos del mundo. También me aporta mucho la colaboración con otros/as artistas.
La consolidación de una imagen personal para un artista es un asunto que está cobrando cada vez más importancia en el panorama musical. En tu caso, ¿cómo definirías tu estética?
¿Experimental, surrealista y algo mística? No se me dan muy bien las etiquetas. Creo que mi estética acompaña a mi música en el sentido que es exploratoria y siempre cambiante. Me gusta la idea de concebir la imagen personal como una prolongación de la pura expresión propia, donde las fronteras entre las prendas, el medio, los amuletos, los objetos y el cuerpo se vuelven difusas. Hasta ahora, he dejado que mi estética se defina casi por sí sola: a menudo me llega la ropa heredada de mi familia y mis amigxs, o por otros azares. Me gusta jugar con la potencialidad y la ‘vestibilidad' en los materiales como forma de reciclaje (por ejemplo, uso las redes de frutas a menudo como complementos). Uno de los principales ejes conceptuales de este EP es la fusión de lo natural con lo artificial, que también pretendo reflejar en mi estética.
A los 19 años ingresaste en Guildhall School of Music and Drama de Londres para estudiar canto y composición jazz. Durante esta etapa de tu vida, entraste en contacto por primera vez en el mundo de la actuación como música de sesión y profesora. ¿Hay algo que eches de menos de estos años? ¿Alguna anécdota que quieras compartir con nuestros lectores?
No echo de menos esos años, aunque fueron muy formativos sobre todo a nivel vital. Para daros una idea, un día estaba cantando himnos religiosos leyendo a primera vista en un funeral y al día siguiente, de gira con un artista excéntrico americano, como corista y tocando la guitarra MIDI.
Un poco de contexto: en marzo de 2018, días después de la ruptura con mi pareja de entonces, me operaron de urgencias por una hernia inguinal estrangulada, una semana antes de que se me acabara el contrato en el piso donde vivía, sin tener un sitio nuevo a dónde ir. Tuve que dormir en el suelo del piso de mi amiga sin poder moverme durante dos semanas. El drama. Allí fue donde escribí el poema que luego dio letra a I noticed a scar, elaborando la teoría de que mi ex era mi hernia, ahora extirpada, y mi cuerpo cicatrizando de la ruptura somática. “Noté una cicatriz cuando me estiré y deseé que allí se quedara. Tenía la forma de tu sonrisa y los colores de la muerte, manchando el aire” (letra traducida)… Muy diver.
Un poco de contexto: en marzo de 2018, días después de la ruptura con mi pareja de entonces, me operaron de urgencias por una hernia inguinal estrangulada, una semana antes de que se me acabara el contrato en el piso donde vivía, sin tener un sitio nuevo a dónde ir. Tuve que dormir en el suelo del piso de mi amiga sin poder moverme durante dos semanas. El drama. Allí fue donde escribí el poema que luego dio letra a I noticed a scar, elaborando la teoría de que mi ex era mi hernia, ahora extirpada, y mi cuerpo cicatrizando de la ruptura somática. “Noté una cicatriz cuando me estiré y deseé que allí se quedara. Tenía la forma de tu sonrisa y los colores de la muerte, manchando el aire” (letra traducida)… Muy diver.
Hablando de momentos que han marcado tu consolidación como artista, ¿qué supuso para tu desarrollo musical formar parte de un grupo vocal como In Crescendo?
In Crescendo ha sido una fuente de aprendizaje a muchísimos niveles. Formé el grupo de la nada cuando tenía apenas 18 años, lo que me dio la fortaleza y la auto-convicción de concebir la posibilidad de todo lo que me propusiera. Nuestra experiencia me proporcionó las herramientas para navegar una industria de pocos escrúpulos: la del entretenimiento comercial (musical y televisivo). El frugal sabor de la fama, aunque a pequeña escala (al ganar Oh Happy Day de TV3), fue curioso y me permitió depurarme de ciertas ingenuidades… También aprendí a compartimentar emociones a pesar lo profundamente personal y expuesta que resulta esta vocación. Aprendí mucho sobre gestión humana y dinámicas grupales. Aprendí los límites de mi voz (después de sufrir con nódulos vocales), lo que me llevó a mejorar y profundizar en mi técnica vocal.
La experimentación musical es uno de los factores que también ha marcado tu carrera como compositora. Has creado canciones que viajan desde el puro jazz contemporáneo hasta fundirse junto a beats electrónicos en diferentes etapas de tu producción. ¿Cuál es el sonido que define ahora tu trabajo?
Soy culo de mal asiento musicalmente hablando. El sonido de mi siguiente trabajo se va consolidando a medida que avanzo con el nuevo material y descubro más influencias. Últimamente me inspiran ritmos latinos, melodías folk y una producción algo más comercial… Veremos a dónde me llevan. Una certeza, por ahora, es que mi voz y el tratamiento que hago de ella son el hilo conductor y un elemento cardinal de mi música.
Del mismo modo, ahora trabajas en solitario. Tu primer álbum The Art of the Concrete supone tu carta de presentación al mundo, cuéntanos un poco acerca de su proceso de creación. ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Y lo más complicado?
La creación de este primer trabajo se extiende a lo largo de los últimos 5 años de mi vida, y los procesos creativos de este EP fueron radicalmente diferentes para cada canción. Lo que más disfruté fue el desarrollo de un concepto que había cultivado desde mi adolescencia, verlo cobrar vida; también el proceso de exploración de mundos sonoros nuevos que podía integrar en mis composiciones, así mismo que las sesiones con otros músicos y productores. Lo más complicado fue el proceso de encontrar un sonido que fuera mínimamente cohesivo, y conseguir que mi ordenador soportara mis proyectos de hasta 300 pistas. Acabar este EP fue como resolver un rompecabezas titánico.
¿Cuál es tu canción favorita del álbum? ¿Por qué?
A nivel compositivo, creo que mi favorita es I noticed a scar. Es una canción muy visceral y personal, donde me di la licencia de indagar en emociones más oscuras y profundas. De la que estoy más orgullosa a nivel de producción es Weeping Willow: es el tema con el que sentí que me establecía como productora por primera vez, en el que logré amalgamar el mundo acústico con el electrónico con más integridad.
Además de crear tu propio sonido también has formado parte del equipo de realización y producción del videoclip de Creadora, single de tu último disco. ¿Qué mensaje quisiste transmitir con este video?
Conceptualizar y co-dirigir mi primer videoclip fue muy ambicioso pero disfruté muchísimo del proceso. Sentí que era importante tomar las riendas de mi expresión visual mano a mano con la música. El concepto fue inspirado por el ambiente deshumanizador de los vagones de metro de Londres, donde silenciosamente tendemos a nuestros mundos interiores, amplios, en un espacio tan físicamente limitante. Quise explorar visualmente este espacio psíquico, concibiendo el poder de la imaginación como herramienta de liberación de nuestros pesos terrenales cotidianos. Es una exploración del alter-ego y el libre albedrío (desde el punto de vista existencial, no socioeconómico), un ejercicio de auto-convicción para mí y para quien escuche, "la realidad es un lienzo en blanco, moldeable. ¡Créate a ti misma/o!”. También hay elementos de crítica social y empoderamiento femenino. Fue un proceso terapéutico en el que buscaba liberarme de las expectativas asfixiantes (de los demás y de mí, sobre mi) y de pensamientos desalentadores e intrusivos. Pero imagino que habrá tantos mensajes como personas que miren y perciban el video.
Aún así ya debes estar acostumbrada a este formato. Has aparecido en Endings Beginnings de Drake Doremus y como doblaje en Killing Eve, White Lines. ¿Vas a centrarte al cien por cien en la música o también quieres seguir desarrollando tu faceta como actriz?
Me encantaría poder profundizar esta faceta en algún momento de mi vida. Es un mundo muy competitivo, como el de la música, con la diferencia de que sé un poco más lo que hago en el último caso. Ahora quiero centrarme en mi trayectoria musical, pero cuando me salen trabajos de doblaje los cojo siempre que puedo (de momento pagan mejor que los bolos). Eso sí, quiero perseverar con la dirección. He co-dirigido un corto con el cinematógrafo Toni Llobet y un video musical para la artista Eliza Oakes, que verán la luz muy pronto
¿Qué le dirías a tu yo de hace 5 años si tuvieras la oportunidad de hacerlo?
No esperes a que todo se ponga en su sitio con tiempo. Coge el toro por los cuernos. Deja Guildhall. Deja a tu novio. Sé fuerte. Tienes mucho que aportar al mundo y solo tú sabes cómo. Ponte manos a la obra. Piensa menos y haz más. Pero antes ve a terapia, estás deprimida, colgando de los que te rodean… Lee más. No te preocupes tanto por prosperar socialmente. Haz yoga. A los 25 tendrás más culo, no te preocupes.
En el panorama actual, podríamos decir que existen multitud de artistas con propuestas diferentes que buscan continuamente la innovación. ¿Qué crees que todo artista debe buscar para encontrarla?
Diría que la innovación suele ocurrir casi sin querer, una vez cultivada una profunda práctica artística. Otras condiciones que suelen darse son: una intención y/o visión fuertes, la exposición a muchas influencias diferentes, junto con una curiosidad pura, aprendiendo “el arte por el arte”. Personalmente también creo que la colaboración es esencial para forjar los pasos del futuro musical.
También estás bastante conectada en las redes. ¿Crees que todo artista debe asumir esta nueva forma de trabajo o consideras que también se puede triunfar sin huella digital?
Sinceramente espero que algún día haya alguien que pueda llevarme las redes sociales… Se han convertido en un portfolio abierto esencial para artistas emergentes, mientras estamos dominados por algoritmos que premian el consumo rápido y tergiversan el valor del arte. No tengo la respuesta ni nadie la tiene pero creo que, por desgracia, a día de hoy sin huella digital de ningún tipo es más bien imposible conseguir el éxito mediático global (si eso es lo que consideramos con ‘triunfar’).
Por último, Elsa, ¿compartirías con nosotros algunos de tus referentes musicales?
La lista es inacabable. Algunxs son: Esperanza Spalding, Björk, Genevieve Artadi, James Blake, Aretha Franklin, Joni Mitchell, Arthur Russell, Beyoncé, Terry Riley, Brad Meldhau, Astor Piazzolla, Alice Coltrane, Leonard Cohen, Lole y Manuel, SOPHIE, Caroline Polachek.