Ya sabemos. La noche del jueves en 080 Barcelona Fashion significa solo una cosa: Dominnico Day. Esta temporada, Domingo Rodríguez decidió servir camp y cunt, estableciendo un diálogo o más bien un featuring entre las it girls del siglo xviii y las del siglo xxi, recuperando la extravagancia del pasado, mezclándola con la fantasía del presente y construyendo su propia visión del futuro. Fiel a su estilo y no transformando, pero sí ampliando su universo creativo, la firma más internacional del calendario continúa con sus filas kilométricas, su casting estelar y su racha de aciertos.
La revolución estaba anunciada. Con un post hace tres semanas donde una reunión de referencias dejaba más que claro el tema de la próxima colección de la firma española, pudimos ir dando forma mental a lo que se materializó en el tercer día de desfiles en la semana de la moda catalana. Desde la Marie Antoinette de Coppola o las Amistades Peligrosas de Frears, hasta las nuevas main pop girls Chapell Roan o Pink Panteress, pasando por la monarca Madonna en los MTV Awards 1990, o Ms. Cuntissima en persona, Marina, el moodboard estaba claro. Quizás uno de los periodos históricos más retratados y caracterizados en los años recientes, la cantidad de piezas audiovisuales existentes emulando esta época constata cómo el siglo xviii ha resultado tremendamente atractivo para la industria creativa por décadas.
Al margen de los hechos históricos o los valores que estas figuras tan opulentas representan, es innegable cómo la estética, no solo en cuanto a ornamento, sino a forma y función, ha sido clave y precursora de muchas de las piezas y elementos que a día de hoy preservan su importancia y presencia en el imaginario cultural. La existencia de unos antecedentes y unas referencias sólidas facilita el juego con las mismas, y si se mezclan con otra visión creativa que a lo mejor no es la más similar, pero que comparte la certeza de saber lo que se es, lo que se comunica y a quién se le habla, el resultado es la unión de dos mundos bastante atractivos que por razón y fuerza van a funcionar.
Eso fue lo que vimos en la pasarela. Unos looks que con solo un vistazo rápido ya sabemos qué nombre los firma, con detalles, manipulaciones, alteraciones y alusiones a una época igualmente reconocible en unos materiales, un colorido y unas siluetas que narran el pasado con el lenguaje del presente. Al lado de los looks Dominnico por excelencia, donde las siempre presentes alusiones al mundo del motor se representan con siluetas estructuradas, rígidas, reveladoras pero protectoras a la vez, encontramos siluetas mucho más románticas, materiales delicados y una fantasía propia de la época donde el más era más y la extravagancia en volúmenes, pensamiento y estilo de vida era más que bienvenida.
El denim convive con el encaje, la delicada corsetería resulta más dominante que nunca y las prendas que deberían cubrir, revelan. Cabezas rodarán y no solo se llevarán en la mano, sino también en los pies. El calzado fue protagonista, con plataformas imposibles, recatados zapatos de ballet con cierta altura añadida o tacones transparentes con muchas cabezas de Barbie por dentro. Será algún pasatiempo de la realeza, no lo entenderíamos. Con un banquete preparado en la mitad de la pasarela, Dominnico nos ha alimentado otra temporada más, con looks, show, diseño y tarta, por supuesto.
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