Colecciones cápsula, drops y un sinfín de temporadas imposibles de asimilar. Las coaliciones entre marcas no dejan de sucederse día sí y día también, pero hubo un tiempo en el que las alianzas no eran la norma en la industria de la moda. Fue entonces cuando Christian Lacroix, proveniente de la alta costura parisina, y Desigual, icono de la moda desenfadada, decidieron unir fuerzas para lanzar su primera colección conjunta. Ahora celebran su 10º aniversario con una nueva colección cápsula, Desigual x Christian Lacroix Forever. “’Y tenemos Lacroix para rato”, advierten desde la firma barcelonesa.
¿Cuántos tándems creativos se han mantenido a lo largo de una década, de forma ininterrumpida? Cuesta citar alguno. Menos aún si solo consideramos aquellos dúos que se constituyeron de forma orgánica, una vez ya consolidados de forma individual y habiendo demostrado su valía de manera independiente. Desigual y Christian Lacroix forjaron un engranaje perfecto que, con el paso del tiempo, ha trascendido lo estrictamente profesional, incorporando un inusual componente afectivo, imprescindible para haber trabajado en nada más y nada menos que veinte temporadas juntos. Y es que, pese a que ambos ya compartían una pasión desenfrenada por el color y los estampados, esta sólida relación no sería posible si no compartiesen su visión de la moda, marcada por la necesidad de emocionar y no dejar indiferente a nadie.
El diseñador originario de Arlés abandona los talleres y los salones palaciegos en los que desveló su colección Fall/Winter 2020 hace tan solo unos meses, y nos lleva de viaje al su Francia natal de la mano de Desigual. En una explícita (y necesaria) invitación a soñar para evadirnos de las trágicas noticias que no dejamos de recibir desde hace exactamente un año, Monsieur Lacroix se inspira en el carácter, la esencia y la brisa mediterránea, reconectando con sus raíces en una colección llena de significado que reivindica la espontaneidad y aboga por la reconexión con la naturaleza. Su afán por celebrar la moda (y la vida) sigue presente, pero el banquete se traslada a un entorno floral en esta ocasión, plagado de lavandas, violetas y azules. Tonalidades que simbolizan la vitalidad y la imaginación, y que se funden sobre los tejidos respetuosos con el medio ambiente con los que el tándem creativo ha creado vestidos cortos de volantes, kimonos en formato chaqueta y total looks de dos piezas. Una oda a la moda entendida como forma de expresión que no entiende de restricciones ni miedos, y que promete seguir haciéndonos soñar muchos años más.
El diseñador originario de Arlés abandona los talleres y los salones palaciegos en los que desveló su colección Fall/Winter 2020 hace tan solo unos meses, y nos lleva de viaje al su Francia natal de la mano de Desigual. En una explícita (y necesaria) invitación a soñar para evadirnos de las trágicas noticias que no dejamos de recibir desde hace exactamente un año, Monsieur Lacroix se inspira en el carácter, la esencia y la brisa mediterránea, reconectando con sus raíces en una colección llena de significado que reivindica la espontaneidad y aboga por la reconexión con la naturaleza. Su afán por celebrar la moda (y la vida) sigue presente, pero el banquete se traslada a un entorno floral en esta ocasión, plagado de lavandas, violetas y azules. Tonalidades que simbolizan la vitalidad y la imaginación, y que se funden sobre los tejidos respetuosos con el medio ambiente con los que el tándem creativo ha creado vestidos cortos de volantes, kimonos en formato chaqueta y total looks de dos piezas. Una oda a la moda entendida como forma de expresión que no entiende de restricciones ni miedos, y que promete seguir haciéndonos soñar muchos años más.