La naturaleza está presente en todas y cada una de las ilustraciones firmadas por Dakota Hernández. Y hace acto de presencia por partida doble. Si bien los motivos vegetales extraídos de territorios inexplorados y rincones vírgenes constituyen el telón de fondo de las escenas recreadas, los caracteres que invaden el proscenio son mujeres sin filtro, libres de artificios. Se presentan desnudas y sin rostro, cediendo el verdadero protagonismo a las posturas corporales y las distintas tonalidades cromáticas. “Son mujeres fuertes que viven al margen de la sociedad, de una forma más primitiva” comenta la creadora, quien reconoce conectar de una manera especial con el género femenino.
En redes sociales te presentas como Dakota Hernández, pero tu nombre real es Miriam García. ¿Adoptas este pseudónimo únicamente en Internet, o firmas bajo este alias todas tus ilustraciones?
En realidad, nunca firmo mis ilustraciones. Dakota Hernández es el nombre que decidí para mi cuenta de Instagram, ya que no me gusta usar mi nombre propio en redes sociales. Es ahí donde publico las ilustraciones que hago yo porque quiero, aquellas que no son encargos. En cambio, cuando ilustro para alguna marca o en el trabajo, uso mi nombre real.
Algunos creadores vieron en el arte una forma de volcar sus sentimientos más profundos desde que eran niños. Otros, encontraron en él una válvula de escape de forma repentina e inesperada. ¿A cuál de los dos grupos perteneces?
En parte a los dos. Desde pequeña me gustaba hacer todo tipo de manualidades, pintar y sobre todo dibujar. Ha sido algo constante en mi vida, pero no le daba mucha importancia ya que tendía a verlo como un pasatiempo. Cuando llegué a la universidad y empecé una carrera que no tenía mucho que ver con estas aficiones, me di cuenta de que podría ser más que un hobby y decidí probar. Me cambié de carrera y, para mí, fue una muy buena decisión.
Es entonces cuando decides matricularte en Bellas Artes, una carrera en la que se abordan disciplinas muy dispares, todas ellas vinculadas directa o indirectamente a las humanidades. Escultura, fotografía, vídeo… y pintura. ¿Hay alguna que te llame especialmente la atención, además de la ilustración?
Me encanta la pintura, pero creo que me falta paciencia para dedicarme a ella. Me gusta mucho el acabado que el óleo deja en las obras, pero tiene un ritmo lento. Por eso, cuando pinto de forma analógica me decanto por el acrílico o el guache, que secan más rápido y te permiten más inmediatez.
Centrémonos en tu obra. En diciembre de 2016 te presentas ante el mundo en Instagram. Y lo haces con un paisaje ilustrado en tonos azules y naranjas, acompañado de la frase ‘¡Vienen nuevos proyectos!’. ¿Qué recuerdas de ese momento?
En 2015 terminé la carrera y estaba aterrizando en el mundo laboral. Recuerdo mucha ilusión, ya que siempre he sido muy optimista en cuanto a las oportunidades que podía tener. La salida al mundo exterior después de la universidad no me asustaba.
Entramos en el año 2017, y Dakota Hernández empieza a cobrar forma. Cuando apenas han pasado quince días desde la creación de tu cuenta, anuncias el lanzamiento de un calendario con tus dibujos. ¿Por qué te decantaste por esta acción en primer lugar?
Entramos en el año 2017, y Dakota Hernández empieza a cobrar forma. Cuando apenas han pasado quince días desde la creación de tu cuenta, anuncias el lanzamiento de un calendario con tus dibujos. ¿Por qué te decantaste por esta acción en primer lugar?
Cactus, plantas, motivos vegetales… La naturaleza constituye el motivo principal de tus primeros trabajos y se acabará convirtiendo en una constante en tu obra, adoptado distintas formas pero siempre preservando un denominador común. ¿Cómo definirías tu percepción –y consiguiente representación– del ecosistema?
Siempre me gusta añadir algún motivo vegetal a mis ilustraciones. Si no lo hago, siento que le falta algo a la ilustración, aunque sean unas simples hojas. Me gusta mucho la naturaleza. Me encantaría vivir en la montaña pero por ahora es imposible, así que me conformo con las plantas que tengo por casa.
Las mujeres son el otro gran pilar de tus ilustraciones. El género femenino hace acto de presencia en todos y cada uno de tus prints, inspirando serenidad y sosiego. ¿Cómo es la mujer ‘Dakota Hernández’? ¿Cuáles son sus signos más representativos?
Me encanta dibujar mujeres, supongo que por el hecho de que conecto más con el lado femenino. Pero desde las clases de dibujo en la facultad, cuando la modelo era una mujer, notaba que disfrutaba mucho más del dibujo, de las formas del cuerpo. Ahora mismo diría que las mujeres que dibujo están muy influenciadas por el mito de las amazonas. Me gusta esa representación de la mujer como un ser fuerte que vive en un mundo al margen de la sociedad de una forma más primitiva, por decirlo de alguna forma. Y que convive y forma parte de la naturaleza.
Son mujeres sin rostro. No hay evidencia alguna de ojos, nariz ni boca. Sin embargo, la inexistencia de facciones no impide que transmitan emociones a través de las poses que adoptan. ¿En qué elementos pones el foco de atención cuando ilustras?
En lo que respecta a la figura de la ilustración, me centro en la postura del cuerpo, en su forma y en la relación que hay entre ella y el resto de elementos de la ilustración. Los colores también son algo fundamental para mí dentro del equilibrio de la obra.
En ocasiones, las protagonistas aparecen acompañadas únicamente por la naturaleza. En otras, interactúan entre ellas, cooperando y brindándose ayuda mutua. Y precisamente, el nombre Dakota significa ‘amiga o aliada’. Todo cobra sentido.
La verdad es que desconocía este significado, pero ¡me encanta! Los Dakota eran la tribu indígena americana de los Sioux. De ahí proviene el nombre de Dakota, y me parecía que tenía mucha relación con el carácter de naturaleza salvaje que comentábamos antes.
El cuerpo femenino se presenta al natural, descubierto por completo. La siluetas de los personajes se integran en la naturaleza, ya sea sumergiéndose en el mar o reposando en la orilla de una playa inexplorada. ¿Crees que hay gente a la que, aún a día de hoy, le incomoda la desnudez pública de la mujer?
Pienso que este tema depende mucho del contexto en el que se trate. Creo que actualmente en nuestra sociedad, y sobre todo dentro del mundo del arte, la desnudez tanto femenina como masculina ya no debería sorprender a nadie.
Junto a la naturaleza y la mujer, el color es el tercer factor determinante en tus creaciones, tal y como adelantabas. Hay algo en la paleta cromática que permite reconocer tus ilustraciones al instante, independientemente de la intensidad de azul o la calidez del naranja por la que optes. ¿Sientes lo mismo?
Dedico mucha atención a la paleta cromática. Para mí, el equilibrio de color es una parte fundamental dentro de la ilustración. Disfruto mucho del proceso de darle color a la obra. Diría que es la parte en la que más tiempo invierto, pero me gusta probar diferentes combinaciones antes de quedarme con la definitiva. Esto es algo que me encanta de la ilustración digital: la rapidez con la que puedes hacer pruebas de color y crear paletas cromáticas.
¿Cómo transcurre el proceso creativo? ¿De dónde partes y a través de que técnicas das forma a tu idea original?
Suelo partir casi siempre de varias fotografías. Tengo una idea aproximada en la cabeza, pero para materializar el dibujo sí que me baso en fotos, sobre todo a la hora de encajar las proporciones y la postura de los cuerpos. Luego voy añadiendo elementos según me pide la composición de la escena y la combinación de colores. Suelo tener una idea inicial, pero muchas veces, durante la parte intuitiva del proceso, va cambiando. Y el resultado a veces es diferente.
Por último, ¿en qué momento vital te encuentras y hacia dónde te gustaría dirigir tu camino en los próximos años?
Estoy en un momento de cierta incertidumbre, como mucha gente ahora mismo. Aunque no lo digo como algo negativo, creo que es un buen momento para reflexionar, aprender y cambiar a mejor. Siempre pienso que los cambios son positivos y emocionantes.