Hace un año, coincidiendo en una época complicada para emprender nuevos proyectos para muchos, nació Codea Studio. Valentía y pasión por lo que hacen, es lo que define a este estudio audiovisual que tiene muchas ganas y cosas que aportar nuevas. Su último proyecto 3982 es un claro ejemplo de ello, una gran producción con colaboraciones de primer nivel que no deja indiferente a nadie.
¿Quiénes son Codea Studio? ¿Cómo os conocisteis?
Somos Jose, Alex y Ricard. José y Alex nos conocimos en la universidad y Ricard se sumó cuando el estudio empezó a coger forma.
¿Cuándo y cómo nace el estudio? ¿Qué significa Codea?
Codea cumple su primer año de vida en noviembre. El nombre surgió en C/Valencia 400, Barcelona. Estábamos en casa de José, había mucha cerveza y una moneda de 5 céntimos pegada a una mesa. Descubrimos que los amigos de José llamaban Codo a Alex. El nombre era pegadizo y lo empezamos a usar con mil variaciones: Codo, Colzo, Coldo, Goldo, y siguen creciendo (risas). Tenía sentido, siempre estábamos juntos, codo con codo. El estudio nació más tarde, nos entró un trabajo y decidimos juntarnos.
¿A qué os dedicabais antes? ¿Trabajabais para otros estudios?
Venimos de mundos muy diferentes. José trabajó durante un año y medio en Malditos Produce, una productora afincada en Barcelona. Montaba y post-producía como un loco. Alex viene del mundo de la electrónica, ha hecho de todo y siempre movido por su pasión por la música. Ricard estuvo un año en Oberón Cinematográfica analizando guiones y vive pegado a un libro (risas).
¿Cómo fueron los inicios? ¿Cuál fue vuestro primer proyecto como Codea?
A José y Alex les entró un proyecto para Poble Nou Urban District, una asociación dedicada a dinamizar la oferta cultural y artística del barrio. Con la mente en empezar un estudio, aceptaron. En ese momento Alex estaba produciendo un corto salido de un postgrado del ESCAC y el día del casting pensó en Ricard, que estaba ayudando en tareas de guión. El proyecto para el Poble Nou Urban District necesitaba de guionista y decidimos colaborar. Trabajando juntos surgió la chispa, ya nos conocíamos, pero no trabajando.
¿Cómo fue su proceso de creación?
Fue una carrera, en diez días tenía que estar todo. Casi no dormimos, nos recorrimos el barrio de arriba a abajo, buscando planos y haciendo entrevistas. Fue interesante pero por encima de todo disfrutamos, nos lo pasamos bien. Era evidente que teníamos que seguir trabajando juntos.
Lleváis un año de vida con Codea y habéis emprendido está nueva aventura en una época para muchos difícil. ¿Se puede seguir apostando por proyectos nuevos y trabajar de lo que a uno le gusta?
Las ganas están por encima de todo, si nos interesa un proyecto lo hacemos. Apostar en proyectos nuevos implica hacer lo que nos gusta.
¿Cómo ves el panorama actual del diseño en España?
Entendemos el diseño como algo transversal, es ya una mezcla de muchas disciplinas. Esa es la parte que más nos interesa, lo que pueda surgir de la mezcla y la experimentación.
¿Con qué herramientas trabajáis habitualmente?
Depende del proyecto. Una cosa tenemos clara, la primera herramienta es la cabeza, la idea. Las herramientas vienen determinadas por ella.
La pieza 3982 tiene una gran fuerza visual. ¿Cómo ha surgido este proyecto? ¿Cómo ha sido la experiencia?
El proyecto surge cuando IBCO Design Lab nos contacta. Tenían un proyecto desarrollado y querían generar una parte audiovisual. Nos gustó la propuesto que nos hicieron y decidimos colaborar. La experiencia fue muy gratificante, el mundo de la tecnología estaba muy presente y siempre nos había atraído. Además era un proyecto relacionado con la moda pero de una forma distinta, habían diseñado una indumentaria que no solo era visualmente interesante.
En 3982 colaboráis con varias personas de diferentes disciplinas. ¿Cómo se armó el equipo?
Nos plantearon la colaboración y empezamos a entender cómo se había desarrollado el proyecto más allá de lo visual. IBCO usaron herramientas de patronaje 3d y corte láser. Pensamos en unir el modo de creación del traje con el modo de creación del vídeo. En ese momento contamos con la colaboración de FabLabBCN y el Institute of Advanced Architecutre of Barcelona. Anastasia Pistofidou gestionó el espacio y la maquinaria junto a Alexandre Dubor, que era el encargado de controlar el brazo robótico con el que rodamos. Solo faltaba la colaboración de Bloom (centro 3d y tecnología emergente, Girona), que se sumó en la producción y nos proporcionó el equipo audiovisual. Las sinergias fueron muy buenas, todo el mundo participó en la creación. Estamos muy satisfechos con la metodología de trabajo y el resultado final.
¿Tenéis colaboradores habituales?
Sí, empezamos a tener gente con la que colaboramos habitualmente. Si hay sintonía siempre está bien repetir. Por otro lado también tenemos ganas de colaborar con gente nueva.
¿Artistas/diseñadores que os inspiran?
Internet es muy ancho y lo rastreamos compulsivamente. Nos inspiran cosas muy variadas, agencias como Shackleton, estudios como Division Paris, Youtubers como Casey Nestat... Nombrar un solo director de cine o una sola serie de televisión es complicado, pero también son parte de nuestra influencia.
¿En que proyectos estáis trabajando en la actualidad?
Ahora mismo nos hemos juntado cinco personas para desarrollar un proyecto personal y a largo plazo. No podemos decir mucho más, solo que de alguna forma se aleja del audiovisual aunque lo contiene. También estamos a punto de mudarnos a un estudio, ¡por fin dejaremos de trabajar en nuestras casas o en bares! (risas). Tenía su cosa pero ya basta.
¿Un proyecto soñado? ¿Alguien con quien os gustaría trabajar?
No es una pregunta fácil de contestar. Somos muy inquietos y no nos cerramos las puertas a nada ni a nadie.