La tarde en la que me reúno con el cantante Clutchill, en el céntrico barrio de Malasaña, Madrid parece arder. Hay tráfico por todas partes, ambulancias yendo y viniendo atronando con sus sirenas. Hace un calor infernal y el asfalto parece derretirse bajo nuestros pies; incluso el pelo de Clutchill parece estar en llamas, al llevarlo teñido de un carmesí intenso. El joven artista, apadrinado por La Vendición, el sello de Yung Beef, tiene una mente inquieta y está saboreando un momento en el que, musicalmente, puede sentirse libre.
Tras el éxito de su álbum Children of God, en colaboración con Rojuu y Carzé, Clutchill quiere explorar por sí mismo sus inquietudes musicales y construir un discurso con el que ir jugando junto a su público. Tras lanzar Midsommar, un nuevo tema inspirado en la aplaudida película de Ari Aster, Clutchill no puede estar más ilusionado, su primer disco en solitario está al caer y promete ser un viaje intenso e inolvidable.
Me gustaría empezar preguntándote por tu nombre artístico, me parece súper original. ¿Cómo se te ha ocurrido?
Me lo inventé, simplemente quería un nombre original. Cuando me puse a hacer música se me ocurrieron varios nombres que no me convencieron. Pensé que quería algo que al buscarlo en Google no saliera nada más. Probé esa aplicación que usaba Childish Gambino para crear nombres para artistas, pero me salían nombres muy raros. Busqué en internet Clutchill y no había nada similar.
¡A mí cuando te buscaba me mandaba el buscador a Churchill!
Sí, pero un poco solo. Se acepta.
Entonces, ¿no hay magia ni misterio en tu nombre artístico?
Cero (risas). Podría inventarme una historia guay, pero no la hay.
Puntos positivos por la honestidad. 
¡Sí! (risas)
Naciste en Colombia pero te criaste en Asturias.
Sí. 
Ahora te has afincado en Madrid.
¡Correcto!
Echando la vista atrás y a tus 23 años, ¿cómo ha tratado la vida a un artista como tú?
A mí me gusta estar de aquí para allá. De hecho, en septiembre me mudo a Londres.
¿Y eso?
Porque no me gusta estar quieto. Eso viene de que, desde pequeño, me he movido mucho. Me vine a España con 7 años y fue un cambio muy fuerte, aunque luego lo agradecí. En Asturias me empecé a aburrir y me marché a estudiar la carrera a Madrid. Me gusta la sensación de novedad, vivir algo nuevo. Detesto sentirme estancado. Eso hace que no me arraigo mucho a nada y eso, en mi carrera, se nota.
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Hablando un poco de tu música, ha sido descrita como ‘romanticismo pop’. ¿Estás de acuerdo? ¿Cómo la definirías tú?
Vanguardia pop; me gusta estar, ir hacia adelante, manteniendo siempre el factor experimental. Me gusta probar cosas nuevas, hacer un poco de todo. Me cuesta mucho definirme, ni me gusta que lo hagan. ¿Cada canción o proyecto que lance van a tener que encasillarlo? Ni yo lo sé definir o tan siquiera puede definirse. Lo que hacía antes sí, era más indie. Lo de ahora tiene tintes más industriales. Si debo definirlo sería como una mezcla de muchas cosas. Intento estar en lo fresco.
En tus canciones hablas mucho del amor y las relaciones y, mira, yo que he hablado ya con unos cuantos cantantes, no dejo de preguntarme si el amor da tanto de sí, para darle tantas vueltas.
Mi nuevo disco ya no tiene esa temática. No tengo esas inquietudes que tenía antes. Ahora tengo 24 años, cuando empecé a grabar música tenía 21, lo que escuchaba y mis influencias eran distintas. Ahora quiero contar otras cosas. El amor no da para tanto, por eso voy variando. Ningún tema da tanto de sí, sería aburridísimo.
¿Tienes pareja?
Sí.
¿Y qué tal funciona lo de escribir sobre desamor teniendo pareja?
Yo hablo de mi vida pero, como me gusta mucho escribir guiones e historias, puedo partir de algo que se asimile a mi vida, pero luego modificarlo e ir contando historias, dando vida a personajes. Yo mismo no soy un personaje, no soy David Bowie, pero sí que me gusta contar historias, y por lo tanto no todo está enfocado en mi vida.
Tras escuchar todos tus temas, he podido percibir que Clutchill en el amor siempre sale perdiendo. ¿Dirías qué es así? ¿Es el amor una batalla perdida?
La música que he sacado hasta ahora hablaba de esa manera. Lo que más escuchaba cuando compuse ese tipo de música eran cantantes como Frank Ocean, Kanye West o Parálisis Permanente, que siempre parecen estar hechos polvo por el amor. No estoy contando mi vida, la mayoría son historias que terminan tomando su propia forma. Eso me gusta y me sorprende.
¿Por qué?
Llevo casi 2 años con este nuevo disco. La idea era una, pero durante el camino ha ido cambiando. Miro para atrás y veo la lista que escribí de referencias y, si la hiciera ahora, sería súper distinta. Me dejo ir, yo no me doy cuenta y esa sensación me gusta.
Has dicho que Frank Ocean, Kanye West y Parálisis Permanente son algunas de tus influencias. ¿Qué encuentras tan inspirador en estos grupos y artistas musicales?
Yo consumo mucha música y muy distinta. De Frank Ocean me gusta mucho como escribe, utiliza metáforas muy distintas. Kanye West hace de todo y cuenta historias muy crudas de forma muy guay y absorbente, es súper oscuro. También me flipa la movida madrileña, y cuando la investigué más a fondo me tocó lo fuerte que fue esa época.
Tu primer sencillo fue 101 dálmatas, una colaboración con Yung Beef, Goa y Marvin Cruz. ¿Cómo recuerdas tu participación en ese tema?
Fue el primer tema que grabé habiendo más gente delante. Yo hasta ese momento había grabado muy pocos temas en mi casa, y que únicamente estaban en Soundcloud. Cómo Fer (Young Beef) era colega, pues fuimos al estudio a grabar. Noto mucha diferencia respecto a esos temas, ya que noto la vergüenza que sentía al grabar delante de otra gente, ese miedo a ponerme a cantar, a dar gritos y que piensen mal o se rían. Me imponía todo mucho el estar con artistas a los que les va genial. Es lo que más recuerdo de esa época y de esos temas, yo que estaba cohibido.
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¿Pero cuánta gente hay cuando grabas?
Muchas, como grabo con raperos y gente de ese rollo nos juntamos muchos; cuenta con los dos o tres productores. Aún estando solo, a mi me daba mucha vergüenza pasarme de la raya. Supongo que ese pequeñito miedo es normal en los artistas que están empezando. Ahora pruebo de todo, no me corto.
¿Por qué hacer una canción sobre 101 dálmatas?
No lo sé, escuché el beat y me vino solo. Lo solté sin más. No sabía qué estaba pensando en ese momento. Dije, voy a decir algo tranquilito, nada fuera de tono.
Podemos decir que tu miedo escénico ya ha desaparecido.
Claro, al final es cuestión de tiempo. El hecho de sacar música, que guste y se comparta, da más confianza. Uno deja de pensar que se van a reír de ti. Yo ahora me libero, hago lo que quiero. Actualmente puedo contar todo lo que quiero contar y se nota en la música, hay más fuerza en las canciones.
¿Estás muy pendiente del feedback que tienen tus canciones?
Antes me obsesionaba mucho. Me preguntaba por qué la gente escuchaba más una canción que otra y esas cosas. Ahora yo hago todo lo mejor posible y no canto algo de lo que no esté seguro.
Prefieres entonces dejar atrás tus temas anteriores.
Los viejos los habré escuchado tres o cuatro veces, sobre todo cuando tengo que cantarlos. Los de ahora, al trabajar en ese mismo proyecto, los escucho mucho más. Sé que dentro de un año o dos los dejare también de escuchar. Jamás me pongo a oírlos en casa. Disocio muy rápido de lo que he hecho antes, me cuesta mucho reconocerme en los temas antiguos, se me hacen raros. Como lo que hago ahora es tan distinto, pues siento que no estoy en la misma página.
¿Y cómo lo haces en los conciertos?
Ahí sí que tengo que escucharlos, ya que no me acuerdo de las letras.
¿No?
No, se me olvidan. También me pasa cuando grabo los vídeos, ya que desde que grabo la canción a cuando grabo el vídeo ha pasado ya un tiempo y no me acuerdo.
¿Te has quedado en blanco en algún concierto?
Sí, e improviso. No soy Rosalía, no estoy solo en el escenario con una banda, mi canción suena de fondo. Voy más relajado, me lo paso bien. Si se me olvida algo me río y continuo como puedo.
Acabas de estrenar el tema Midsommar, un tema en el que únicamente figuras tú como cantante. ¿Por qué has querido esta vez no colaborar con artistas como Rojuu o Carzé?
Los productores siempre están detrás... Por el tema de que me daba mucho palo sacar cosas procuraba hacer colaboraciones; ahora ya no. Estoy en mi fase de mover mis propias cosas y si surgen colaboraciones, pues bien. Pero, actualmente, quiero presentar mi historia y que se me reconozca a mí.
¿Por qué has escogido Midsommar como título? ¿Tiene algo que ver con el film de terror-folk dirigido por Ari Aster?
La película me gusta y Aris Aster es de mis directores nuevos favoritos. El cine de terror me encanta, aunque últimamente está de capa caída.
Oye, no, el cine de terror lleva unos años peleando por reinventarse. Está repuntando.
Ahora ha remontado un poco, pero estuvo 10 años siendo horrible. Yo llevo viendo películas de terror desde los 6 años, las veía con mi madre, a quien le encanta ese género. Hoy en día tenemos a Ari Aster o las películas de la saga Expediente Warren.
¿En serio te gusta más Midsommar que Hereditary? Esta última está mucho mejor escrita…
Sí, sí, me gusta más. Midsommar es una película de terror durante el día y eso me encanta.
A ver, pero el guión tiene unos agujeros negros… 
Tiene agujeros, pero mola que sea de día y la estética es una pasada. El guion no es nada del otro mundo, pero me flipa el concepto de terror a pleno sol en un paraíso. Todo es muy bonito y visual, sobre todo cuando en el cine de terror siempre se juega con la oscuridad, las sombras, lo que no se ve… en Midsommar no hay ese tipo de engaños. Esa película quizás no aterre, pero sí incomoda.
Las muecas de Florence Pugh me incomodaron mazo. Además, esa película fue re-escrita para incluir el tema de una relación que hace aguas ya que el director, por aquel entonces, pasó por una ruptura muy dolorosa.
¡No tenía ni idea!
Pues se nota mucho en cómo está escrita la película.
Sabía que los protagonistas aparecían en una escena de Hereditary, en la que el personaje de Toni Collette está en un supermercado comprando. ¡Es que Ari Aster es la leche! Tiene un corto, sobre una familia que también me flipa.
¿Lo extraño de los Johnsons?
Me encantó. El tío es buenísimo.
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¿Cuál es tu película de terror favorita?
Hay un montón. La Matanza de Texas, Los Pájaros, El Resplandor… el doblaje de esta última es asqueroso.
¡Es Verónica Forqué quien dobla a la madre!
Pues es fatal... Hablando de películas más recientes, me gustó Verónica de Paco Plaza, Tesis también, ¿de quién era?
¡De Amenábar! Y, volviendo de nuevo a tu tema Midsommar, el videoclip de esta canción es muy original e incluso desconcertante por esa temática marcada por la naturaleza, las granjas y sus animales. ¿Cómo se te ocurrió?
Escogimos ese escenario por ser un prado grande y verde, como los de la película. El concepto es como un granjero retirado que ha sacrificado toda su vida trabajando. No hay mucho más detrás de ese concepto. En los temas del álbum hay muchos más conceptos, pero este, al ser un single, es algo más sencillo en el que he querido homenajear a un cineasta que me encanta.
A raíz de este tema se te proclama como el único heredero de Yung Beef, ¿cómo te sientes al escuchar eso?
Me encantaría, ya que es uno de mis artistas favoritos; de hecho él es de las referencias más fuertes que tiene mi nuevo disco. A parte de que es muy colega mío, yo lo veo como una figura paterna en el mundo de la música. Él me impulsó a sacar mis temas, me ayudó, me dio una plataforma para que pudiera lanzar mis trabajos. Me encanta que me comparen con él.
Aun así no quiero ser el siguiente nada, quiero ser yo mismo. Pero jamás me quejaré de que me comparen con artistas que admiro y que, además, son referentes. Hagas lo que hagas siempre te van a comparar con otros, es lógico. No me molesta.
¿Yung Beef no es muy joven para tener herederos?
Sí, pero ha hecho tanto, ha logrado hacer de todo. Parece que lleve toda una vida haciendo música y solo lleva 10 años.
¿En la agenda del móvil lo tienes guardado como Fernando o como Young Beef?
Como Fer (risas). Ahora últimamente no estoy sacando nada con La Bendición, ya que quiero desarrollar mi proyecto yo solo. Quiero tener un nombre propio, como los artistas que admiro.
Actualmente te encuentras preparando tu nuevo disco, en el cual va a participar Arca. ¿Puedes adelantarnos cómo va a ser la canción y cómo ha sido el proceso de crearlo?
Mi productor colabora con ella en algunas cosas, le enseñó mi tema, No te vayas y le moló. Un día fui a Barcelona, cenamos y fuimos a su casa a grabar la canción. Ella es lo más, es una leyenda. Es súper humilde, muy, muy maja. Me flipa, es de mis artistas favoritas. Quiero que mi disco tenga de todo y que colaboren tanto raperos como artistas experimentales, me llena muchísimo.
Colaborar con Arca me enseñó muchísimo. Nunca he visto a nadie que trabaje como ella, parece un robot. Hace cosas que no entiendes, toca muchísimas cosas y cuando lo escuchas te quedas alucinado. Yo creo que es superdotada; nunca he visto trabajar a alguien así. 
¿Cómo definirías en general el disco que está por venir?
Como yo mismo, al ser mi primero proyecto lo que quiero es que sea muy puro y que me afiance como cantante. Es un poco de todo.
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