La creación artística de Clara Asanza se nutre de sus experiencias vitales y de la construcción imaginaria de lugares, personas y acciones que nunca ha conocido o vivido. Utilizando la inteligencia artificial, Clara genera imágenes que trascienden las limitaciones geográficas, económicas y temporales, materializando visiones que la fotografía convencional no podría captar en su cuenta de Instagram @not.true.ai.
Para ella, en el arte la verdad no es lo crucial, ni siquiera la verdad literal, sino la intención, el análisis y el mensaje. Mientras la fotografía como fuente de veracidad va desapareciendo, la inteligencia artificial emerge como una herramienta de expresión artística que rompe barreras y cuestiona las prohibiciones implícitas en el arte y en el uso de la misma. Hoy hablamos con ella sobre el debate alrededor de esta nueva tecnología, la opulencia artificiosa Benidorm, aprender a manejar Midjourney y sus esperanzas para el futuro del arte.
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Hola, Clara, para quienes aún no te conozcan, ¿podrías presentarte y contarnos cómo una fotógrafa empieza a crear imágenes utilizando la IA?
Mi nombre es Clara Asanza, soy fotógrafa, profesora y miope. Mi alter ego es @not.true.ai., un proyecto de investigación a través de la exploración creativa de la Inteligencia Artificial generativa, llamado Todo mentira: posverdad y otras leyendas.
Vamos por partes, ¿cuándo empezaste con la fotografía?
Mis comienzos se remontan a 2004, cuando aún no había llegado la fotografía digital a las escuelas, por lo que la formación de los primeros años fue a través de haluros de plata, el olor a revelador y horas bajo la luz roja de un laboratorio fotográfico. Fue a través de estos aprendizajes como empecé a enamorarme de este lenguaje, que ha ido evolucionando en medios técnicos y expresivos sin que estos provocaran que dejara de estar embelesada por cada uno de los descubrimientos que he hecho en estos últimos veinte años.
Un/a artista visual debe conocer las raíces de la imagen y la comunicación, a la vez que debe mantenerse actualizado para poder saber qué pasó pero también qué está pasado, porque el lenguaje visual es algo que avanza, muta, genera incomodidades y abre nuevas corrientes de pensamiento y creación.
¿Y cómo llegas al uso de la IA?
Anteriormente ya había realizado diversos trabajos fotográficos editados con Photoshop, realizando fotomontajes, experimentación en torno al glitch y con los efectos que el mundo digital puede ofrecernos. Tras muchos años trabajando como fotógrafa decidí darle un giro a mi carrera profesional, pasándome a la docencia. Este cambio provocó que no tuviera el mismo tiempo para dedicarme a la fotografía, pero me sigue apasionando. En septiembre de 2023 realicé un curso de dos días para aprender a manejar la herramienta de Midjourney, y desde aquel día mi curiosidad, descubrimiento y trabajo no han dejado de aumentar.
¿Desde qué lugar exploras el uso de la inteligencia artificial en tu obra?
Desde una fuerte curiosidad y un asombro que aún no he conseguido calmar. La inteligencia artificial te permite generar imágenes que, por impedimentos geográficos, económicos o temporales nunca podría haber realizado. Abre tu expansión creativa y ejercita el pensamiento divergente, realizando una búsqueda entre infinitas soluciones.
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¿Qué tipo de IA utilizas exactamente y cómo es el proceso técnico hasta dar con el resultado final?
Trabajo con Midjourney redactando prompts que me lleven a lugares, épocas y escenas nuevas. En muchas ocasiones encuentro lo que busco, o incluso mejores resultados, y en otras, esa búsqueda me lleva por caminos que nunca antes había recorrido, dando como resultado nuevas rutas por explorar. A veces he encontrado cómo rodear sus límites. Aspectos como la violencia y el sexo están censurados, pero hay maneras metafóricas de pedir algo que posiblemente no reconozca como prohibido. También en el uso de esta herramienta están presentes los estereotipos culturales, económicos, sociales y de género, y es responsabilidad de los creadores luchar contra ellos, dando visibilidad a la diversidad.
¿Qué te lleva a crear una nueva imagen? ¿La nostalgia, la creación de escenas distópicas…?
Me surgen ideas en momentos cotidianos de mi vida: esperando el autobús, justo antes de dormir, mientras hago cosas del día a día, etc. Voy apuntando todo y cuando tengo tiempo le pido a la IA que me genere las imágenes, y a partir de los resultados voy trabajando y afinando los prompts que utilizo. Las ideas en algunas ocasiones surgen de experiencias vitales que he tenido, pero también de la construcción imaginaria de lugares que no he visitado, personas que no he conocido o acciones que no han ocurrido.
Este año publicaste un fanzine, Benidorm, delfines y lujo. ¿Has recibido alguna reacción inesperada o especialmente interesante de las personas que ven tu obra?
Benidorm, delfines y lujo es un fanzine de 68 páginas a todo color que he autoeditado este año. Esta publicación es fruto de la Beca Fuego de Fuego Books. La publicación se desarrolla en el verano de 1997, época en la que mi madre me dejaba veraneando con mis abuelos en una población cercana a Benidorm, y está formado por una serie de imágenes que derrochan opulencia y aftersun.
El resultado ha estado a la venta en dos ferias en Madrid, Libros Mutantes y Fiebre Photobook, ambas en La Casa Encendida. He conseguido que fotógrafos y artistas que admiro desde hace años me echen piropos y he enseñado a manejar la herramienta en diversas escuelas. Lo que empezó siendo la búsqueda de un nuevo hobby se ha convertido, poco a poco, en mi principal fuente de creación.
¿Qué tal fue la acogida del público?
Ha sido espectacular porque la gente alucina, al igual que lo hago yo, con el resultado y con la experimentación de lo conocido como valle inquietante. También he publicado mi trabajo en revistas como Marie Claire Maison Italia, Prompt Magazine, Human Magazin, o creAtIva Magazine (primera revista española sobre el uso de la IA como herramienta creativa a través de la imagen), y formo parte de varias comunidades digitales que trabajamos con la IA alrededor del mundo, como Women AI Artists.
“El lenguaje visual es algo que avanza, muta, genera incomodidades y abre nuevas corrientes de pensamiento y creación.”
La IA desafía los límites entre la mentira y la verdad, lo real y lo ficticio. ¿Cómo crees que jugar con esta dualidad afecta al arte y a los artistas?
Lo importante del arte no es su verdad sino su intención, análisis y mensaje, todo ello acompañado de la propia experiencia. El nombre de mi proyecto es para hacer alusión a una nueva etapa donde la fotografía como fuente de veracidad va desapareciendo, hasta llegar a generar imágenes hiperrealistas de lugares donde nunca he estado, personas que nunca he conocido o épocas que no he vivido. Todo esto permite generar de manera creativa un universo propio donde mi imaginario, mi experiencia y mi subconsciente son los que lo van construyendo.
¿Cómo vives el hecho de crear imágenes con IA en una época de saturación visual y consumo masivo de contenido?
Nos podemos pasar horas tumbados mirando el móvil en un pequeño piso de cuarenta y cinco metros cuadrados que se lleva tus ingresos cada mes. El consumo masivo de contenido es constante y los niveles de ansiedad de la población se están disparando a lo loco, en medio de una época de mucha sobreproducción y sin tiempo apenas de reflexión. Donde la conciencia de clases está desapareciendo y donde no hay lugar para el análisis de la cantidad de información que consumimos. La comunicación visual está experimentando un cambio de paradigma y la IA va a ser una de las protagonistas, por eso debemos investigarla, para también poder defendernos ante ella, generando una opinión propia y alfabetizarnos visualmente.
¿Cabe en tu obra la crítica al uso de la inteligencia artificial, o es algo que, como artista, no te despierta interés explorar?
Yo creo que es necesario siempre tener presente el pensamiento crítico hacia las cosas que empleamos, y creo que el debate sobre la aparición de una nueva herramienta siempre ha estado ahí a lo largo de la historia. Los fotógrafos que ahora se tiran las manos a la cabeza son los mismos que escandalizaron a los pintores hiperrealistas en 1830, cuando la fotografía apareció para representar muy fielmente la realidad.
Para realmente obtener buenos resultados con IA generativa, ha de ser guiada por personas con conocimientos técnicos en imagen y una cultura visual y artística de base que les permitan ser más eficientes y extraordinarios que alguien que no posea dichos conocimientos. Como todo, se ha de utilizar de una manera ética y responsable. Todos hacemos un uso responsable de la lejía o de un cuchillo, sabemos cómo no debemos usarlos; con la IA ha de pasar lo mismo. Lo que ya está entre nosotros es una herramienta creativa prácticamente inabarcable.
No puedo evitar preguntarme, ¿has hecho muchas bromas a tus colegas utilizando la IA?
Hago humor en las imágenes que genero, por eso mis amigos están bastante acostumbrados a no tomarme en serio (risas).
Para finalizar, ¿qué futuro auguras a esta herramienta?
Deseo muchas cosas para el futuro, pero en el mundo del arte y la creatividad me gustaría combatir la precariedad laboral y que la figura del artista se desligue del egocentrismo y la competitividad. Creo en la democratización del arte y que no esté siempre ligado a un nombre y unos apellidos, que conforme un tejido cultural que nos ayude a crecer como sociedad, y que el arte no esté solo al alcance de unos pocos.
La creatividad es algo que debería tener más presencia en la educación, ya que una persona que sepa conducir su creatividad y disfrutarla puede ahorrarse muchos años de terapia, se dedique a lo que se dedique para ganarse la vida, y más necesario aún en los tiempos que corren.
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