Lleva nada en esto de la música a nivel profesional. Aunque lleva produciendo unos siete años, fue tras una ruptura que se refugió en la música y se puso en serio. Ciccio es argentino, productor, cantante y compositor, y a sus 25 años, está subiendo como la espuma por España. Aprovechamos que saca su nuevo tema, Bueno o malo, para hablar con él sobre su amor por la música, la honestidad en el arte, y sus ambiciones de futuro.
Tus días como compositor empezaron hace un tiempo, pero como canta-autor y productor, ¿cómo dirías que te ha tratado el mundo de la música? ¿Te encuentras cómo en él?
Me encuentro cómodo, aunque es verdad que depende del día. Hay veces en las que lo estás más y otras en las que estás más incómodo. Y cambiaría el conformismo que hay.
¿Así, en general?
Sí, porque la gente no se arriesga a hacer cosas distintas, es todo siempre lo mismo. Pediría o cambiaría que la gente fuera más original.
Tienes 25 años, no has publicado un álbum todavía, pero ya estás en el punto de mira de muchos, ya que no a todo el mundo se le considera uno de los diez artistas emergentes imprescindibles de 2019 –al menos, eso es lo que dice YouTube. ¿Qué es lo que más te gusta de ser músico? ¿Y lo que menos?
Lo que más me gusta es el crear algo de la nada y hacer una obra artística. Principalmente eso, el crear algo que no existía y darle vida. Eso es algo que me hace feliz, me apasiona, me entretiene. Y lo que menos me gusta es la incertidumbre que se vive en el mundo del arte. Es como que nunca tienes nada claro, todo es super ambiguo; no sabes si vas por buen camino o por mal camino.
Se te considera uno de los diez artistas emergentes imprescindibles de este año, y eso sin ningún EP o álbum bajo el brazo. ¿Estás trabajando en algo para los próximos meses/año? ¿O lo tuyo es ir publicando canciones cuando las tienes?
Estoy trabajando en nuevas canciones, pero de momento las iré publicando con videoclip cuando las vaya teniendo. De momento no tengo pensado lanzar ningún EP o álbum.
“Mientras más autentico sea lo que haces, más potente será la obra.”
Como artista, es una suerte que una plataforma como YouTube dé visibilidad a tu trabajo. Sin embargo, los algoritmos pueden perjudicar también a muchos artistas. ¿Cómo navegas tú entre ese mundo digital?
No soy muy conocedor de los algoritmos, la verdad; yo me dedico a hacer música y a subirla. Intento optimizar e intentar que mi música llegue al máximo público posible, claro, pero tampoco soy un experto…
Hay quien te clasifica como el ‘rey del electro-urban’. Pero, ¿realmente te sientes cómodo o identificado con esta definición? ¿Cuál usarías tu?
Mmm… Es verdad que no me voy a sentir muy cómodo con ninguna etiqueta que me pongan porque no me la habré puesto yo. Considero que si mañana me da por hacer, por ejemplo, flamenco, ¿qué va a pasar? Me van a decir lo típico de, ‘Ahora ya no eres electro-urban, eres flamenco-pop’, ¿sabes? Entonces, dentro de las etiquetas que me puedan poner, sí, creo que esta es la más acertada. Pero a la que me salga un poquito de lo que se supone que es el electro urban, ya no estaría cumpliendo con esa etiqueta. Aún así, considero que trabajo dentro de un abanico muy amplio.
¿Has pensado alguna vez en experimentar con otro género de música?
Sí, constantemente estoy experimentando. Hay ciertos géneros que se me dan mejor, así que siempre suelo tirar por esos. ¡Mi carrera artística va a ser muy larga como para no experimentar! Por ejemplo, toco la guitarra y llevo un tiempo sin tocarla porque todo lo produzco electrónicamente. A lo mejor me gustaría volver a hacer algo así más… meterle una guitarra, un sonido más orgánico. Pero no sé, tendría que ponerme a ver y lo que saliera.
¿Cómo describirías tu sonido?
Lo describiría como una música dinámica; no hago algo plano en cualquier género, ¿sabes? Hago algo que varía entre muchos géneros, sonidos, timbres y que te va contando una historia a medida que vas escuchando la canción. Intento que no sea algo monótono ni aburrido. Lo describiría haciendo que una persona lo escuchara y que ya él o ella opinara. (Risas)
Casi todas tus canciones se caracterizan por transmitir muy buena energía y darnos ganas de bailar, como Maurike o Barrio La Alegria. ¿Consideras que tu personalidad se define también por estas características?
Mi personalidad se define porque puedo tener momentos muy dispares. Eso me permite poder componer temas super alegres, como puede ser Maurike o Barrio La Alegria, pero al mismo tiempo puedo trabajar en otro tema más introspectivo, más intenso. Depende del momento en el que me encuentre, produzco la música que sienta. Esa es la razón por la que mi música es tan distinta, porque tengo mucho cambios emocionales.
¿Podemos esperar temas más tristes o reflexivos en el futuro entonces?
Podemos esperar de todo: temas tristes, temas alegres… un poco lo que te he dicho antes. Me parece que es algo que la gente aprecia, cuando un artista se abre y muestra sus sentimientos. Mientras más autentico sea lo que haces, más potente será la obra. Al fin y al cabo, la gente también valora mucho más que el producto sea real.
Háblanos más de tu proceso creativo, desde que piensas y escribes las letras hasta que tienes la canción final. ¿Hay algún momento especial en el que te vengan las letras a la cabeza o te inspire más para escribir?
Por la noche es cuando suelo concentrarme más y puedo producir, porque es cuando mi cerebro está más activo. Digamos que durante el día me cuesta activar la cabeza. Empiezo produciendo. Para mí es más sencillo construir mis canciones a partir de melodías; una vez las tenga claras, inicio a componer la letra y la encajo en la canción.
Has colaborado con Mueveloreina en Barrio la Alegria, conocidos por su descaro y honestidad cruda. ¿Cómo nació esta relación? ¿Qué os aportasteis los unos a los otros musical y personalmente?
Todo surgió a través de Instagram, nos conocimos por allí. En ese momento justo estaba componiendo Barrio la Alegría y me pegaba mucho colaborar con ellos. Se lo propuse, les moló el tema, y lo hicimos. Primero nos íbamos enviando pistas por internet hasta que nos juntamos en Madrid para grabar en un estudio. Y creo que nos hemos aportado lo que cada uno de nosotros tiene como personalidad. Me encanta conocer gente del mundillo, y con ellos tenemos buena relación –hasta hemos coincidido en conciertos o les he ido a ver cuando han actuado aquí en Madrid. Son gente de una calidad humana increíble, agradezco haberles conocido.
Por lo que cuentas, desde tu infancia te has visto involucrado en la música y rodeado por ella, sobre todo por el folclore latinoamericano como Violeta Parra o Mercedes Sosa. ¿Me podrías describir ese impacto o influencia que tienen sobre ti y tu trabajo?
Se trata de un impacto muy grande. Yo soy latinoamericano y provengo de una familia que siempre ha escuchado una música diferente a la que se escuchaba en el resto de la sociedad, de otro continente y otra época. Eso es lo que me ha hecho amar la música y no verla como un medio para conseguir fama. La mayor influencia es esa pasión que me hace vibrar y conectar con ella. No veo la música como algo que está sonando de fondo.
En este momento, donde la aclamada música urbana está en su máximo esplendor, ¿cuál dirías que es la clave para diferenciarte del resto?
No creo que tampoco sea diferente, cada músico tiene su personalidad y su forma de hacer las cosas. Yo tengo la mía, entonces, no sé. Quizá es muy pretencioso decir que soy diferente al resto. Soy Ciccio y expreso como soy.
Tu último videoclip, Bueno o malo, ha sido filmado en Hong Kong. ¿Por qué decidiste grabar allí en concreto? ¿Hay alguna implicación política teniendo en cuenta la situación allí? ¿Cómo ha sido la experiencia de producirlo?
Queríamos hacer un video con otros paisajes y localizaciones, algo que fuera diferente a lo hecho anteriormente. Pensamos que sería mejor invertir el presupuesto que teníamos en viajar a un sitio que tuviera unas localizaciones alucinantes en cada esquina. Quizá el video te queda más casero porque no tienes tantos medios, pero buscábamos ganar en paisaje.
¿Qué tal ha ido teniendo en cuenta la situación?
Me lo he pasado bien. Sí que es verdad que ahora mismo Hong Kong se encuentra en un momento jodido, pero tampoco he ido de turismo o de fiesta, he ido a trabajar. Por lo tanto, no me ha dado tiempo a disfrutar al cien por cien de la ciudad. Pero he aprendido cosas que antes no sabía sobre su cultura.
¿Qué es lo que mas te impactó? ¿Y lo que más te ha gustado?
Me ha gustado mucho ese toque que tiene la ciudad rollo cyberpunk, una movida así como Blade Runner –todos los edificios enormes con neón. Es una locura. Nunca había visto una ciudad así. He estado en ciudades tochas como Nueva York, pero esto ha sido otro formato. Pero lo que más me ha chocado ha sido la gastronomía –menos por el sushi. Eran unas movidas muy raras como un pollo frío picante casi incomible. Luego, pedía agua y la servían caliente. Pero claro, tienen otra cultura.
En algunos momentos, la vida puede dar un giro de 180º que lo cambia todo, tanto para bien como para mal. En estos últimos de tu carrera, ¿has sufrido algún traspié que haya afectado a tu música o a la hora de producir?
Yo producía antes de sacar música. Llevo produciendo quizá seis o siete años, desde los dieciocho. Al principio, los tres primeros años lo hacía para mí y por disfrutar, simplemente. Pero pasé por una ruptura y desde ese momento cambié mi manera de ver las cosas. Elegí ese camino con todas sus cosas buenas y malas, pero fue a raíz de una separación… Vivir un desamor muy grande hizo que me encerrara en la música y quisiera empezar mi carrera.