Su nombre es Carlos Toledo, aunque sea más conocido como T Diary, su apodo en redes sociales. Ilustrador, diseñador gráfico y creativo, este barcelonés de 43 años lleva tiempo estrenando los días con ilustraciones de carácter positivo. ¿Su planteamiento inicial? La de crear un diario propio que le aporte ese significado extra a nuestro día a día. Hablamos con él sobre la evolución en su dibujo y su libro Diario de un cavernícola del siglo XXI.
Para los lectores que no sepan quién eres, ¿podrías presentarte?
Hola, mi nombre es Carlos Toledo, soy ilustrador, diseñador gráfico y creativo. Vivo actualmente en Barcelona, ciudad que amo por sus contrastes y sobre todo por su gente. Soy una persona a la que le gusta darle a todo sentido del humor e ironía. Realmente, no me gustan para nada las cosas serias ni los horarios. Es por eso quizás que trabajo de manera autónoma desde hace 8 años y, la verdad, no lo cambiaria por nada. Soy un verdadero amante de la vida y de saber disfrutarla, siempre que puedo me gusta viajar y conocer sitios y personas nuevas.
¿Tuviste claro desde el principio que quería ser ilustrador y diseñador gráfico o es
algo que aparece más tarde en tu vida?
Desde muy pequeño me ha gustado expresarme mediante el dibujo. Siempre en clase he sido un chico despistado sumergido en mi mundo. Tenía los apuntes de clase llenos de dibujos y los exámenes todos suspendidos… Para mí, una hoja en blanco significaba, o más bien significa, un mundo a mi alcance donde todo lo que se me ocurra tiene cabida. Ya con más edad, tuve que decidir a qué me iba a dedicar en la vida y tuve claro que tendría que ver con el diseño, lo de la ilustración vino años más tarde.
T Diary es tu nombre en Instagram, ¿es un guiño al típico diario que todos hemos tenido de pequeños pero que nadie consiguió mantener más de dos días? ¿Eres la prueba viviente de que sí se puede mantener un diario durante más de cuatro años?
Quizás sí (risas), pero sé de gente que lo lleva haciendo toda la vida. En mi caso fue por darle un nombre a la cuenta de Instagram en el que todo lo que dibujase tuviera sentido. Además de ser un espacio infinito. Pensé que la palabra ‘diario’ era un buen soporte para poner ahí todo lo que se me ocurra o lo que haya vivido. Y finalmente quedó T Diary, que vendría a ser El diario de Toledo. Aunque a veces me arrepiento de haberle puesto ese nombre, si llego a saber la repercusión que iba a tener hubiese puesto mi nombre y ya. No me acaba de gustar que me llamen por el nombre de mi obra en lugar de por mi nombre. Qué le vamos a hacer, al final es mi trabajo el que hace ruido por mí.
Eres conocido por el tipo de dibujo que haces, casi no hay color, el detalle está ahí, pero siempre el trazo es el mínimo. ¿Por qué? ¿Cómo decides qué dibujas y qué se queda fuera?
Siempre he pensado que menos siempre es más. Y sinceramente siempre he querido dibujar de manera más realista, caras, ropa, escorzos etc. Pero no he nacido con ese don, qué le vamos a hacer. Y precisamente de esa carencia nace mi dibujo, el poder sintetizar un personaje en movimiento con cuatro líneas. Me pareció atractivo a la vez que claro, y es ahí donde empiezo a interiorizar este trazo hasta el día de hoy. Quiero dejar claro que yo no he inventado nada, hago casi lo mismo que hacían los cavernícolas en las cavernas, una síntesis de la figura humana. Y creo que esto precisamente es la clave del éxito de mi trabajo. Todo el mundo entiende estos dibujos, de hecho cualquier persona del mundo que quiera explicar gráficamente a una figura humana acaba recurriendo al típico personaje de palos, que vendría a ser lo mismo que hago yo. En resumidas cuentas hablo un idioma internacional, un idioma que quizás ya era global en un mundo en el que no existía el lenguaje escrito.
Los dibujos que haces están llenos de expresividad, aunque no tengan casi expresión, ¿por qué crees que viendo tus ilustraciones nos sentimos tan identificados con el monigote?
Quizás por lo mismo que te explicaba antes, la gente se apropia de mis dibujos, ya que empatiza con las situaciones que expreso. No entro en si mis personajes son altos o llevan el pelo largo o la ropa de marca; es más, no utilizo expresiones faciales, tan solo trabajo el lenguaje corporal y hablo sobre todo de sentimientos, y situaciones cotidianas que cualquier persona del mundo puede entender. Sí, subtitulo en inglés, pues considero que es un idioma ampliamente usado en todo mundo. Al final la gente se apropia mis dibujos y se los hace suyos, se identifican con ellos y los comparten. Y eso me hace feliz, es una de las razones por las que sigo dibujando, honestamente.
Me he fijado también que al principio eran pequeños dibujos de escenas diarias, ¿por qué irse hacia el humor? ¿Dónde sucede este cambio?
Fue una evolución totalmente natural, al final lo que hice es, más allá de dibujar situaciones, darle un toque personal y, cómo no, el humor y la ironía son parte intrínseca de mi carácter. Creo que fue por cambiar un poco de registro y sobre todo por pasarlo bien. Me encanta hacerlo y cuando veo que la gente se identifica con ello, ¡me gusta aún más!
En 2018 presentaste tu primer libro, Diario de un cavernícola del siglo XXI, ¿te habías imaginado alguna vez haciendo tu propio libro?
Si te he de ser sincero, jamás pensé que escribiría un libro. Jamás se me paso por la cabeza. Hasta que un día pensé que en lugar de colgar siempre dibujos en Instagram, podría contar algo más en papel. Es en ese momento en el que me puse a buscar un editor y presentarle el proyecto. Muy loco todo. En menos de un año ya estaba escribiendo mi primer libro. Solo me queda tener un hijo, porque el árbol ya lo he plantado.
¿Era algo que estaba en tus planes que tu contador de seguidores en Instagram empezara a subir?
En absoluto, jamás me han preocupado el número de seguidores que tengo, si suben o bajan. Tampoco te voy a mentir y decirte que no me importan. Me importan, pero porque actualmente vivimos en una sociedad que parece que el valor de una persona se mide por el número de seguidores o de likes que puedas llegar a tener. Recordemos que esto al final es trabajo y obviamente cuanta más gente te conozca más posibilidades de negocio vas a poder tener.
¿Cuál era la idea principal detrás del Diario de un cavernícola del siglo XXI?
La idea principal del libro es un recorrido por la vida en general, desde que nacemos hasta que morimos, utilizando como escenario todos aquellos lugares en los que transcurre nuestra vida, bares, colegios, oficinas, gimnasios… y relatando todos aquellos tópicos que nos hacen como somos, nos guste o no.
¿Qué planes guarda el futuro para ti? ¿Dónde te podremos ver en poco tiempo?
Espero que el futuro me aguarde cosas buenas, al menos como hasta ahora ha hecho. De momento me siento muy feliz diversificando mi trabajo. Más allá de trabajos gráficos, tatúo, pinto murales y hago animación, de hecho esto trabajando en una serie. Quiero aprovechar para dar las gracias a mi gran amigo y vecino Pau Pérez, sin él esta serie no hubiese visto la luz nunca. Se llama Kechap y trata de un tomate que muere en cada capítulo. Algo muy sencillo pero directo. Espero que la podáis ver en breves en mis redes, tanto en Instagram como en Twitter. ¡Espero que os guste!