Sencillez y fuerza; lápiz y color. Carlos Hache encuentra y explora la profundidad de lo simple a través de una técnica que va dejando posos de belleza en cada obra. Con solo 26 años, ya es uno de los nombres que despuntan en la escena madrileña, tratando de explorar las posibilidades que lo básico aporta a su arte, consagrando un método, ante todo, delicado.
Su formación en Artes Gráficas e Ilustración en la Escuela de Arte 10 de Madrid le ha servido para indagar en el que es ahora un estilo definido y personal. Sus obras ven en el lápiz la base de la creación, dándoles ese matiz de bosquejo en el que la imprecisión se hace seña. Ello lo realza valiéndose de tan solo tres colores: rojo, amarillo y azul en acuarela líquida. Para él, estos colores son el nido del que nacen todos los demás, siendo capaces de expresar la totalidad de las emociones.
Esta técnica le ha permitido establecerse como el artista de lo simple; como aquel que es capaz de ver lo esencial de la belleza y la belleza de lo primario. Sus ilustraciones no suelen ser premeditadas, sino que juega con el subconsciente en libertad. Pinta lo que busca, lo que necesita, ofreciendo al público una llamada o planteamiento que deberá asentar en soledad.
Siendo aún un “intruso” en el panorama artístico actual, ha encontrado en las redes –esencialmente Instagram y Tumblr– la forma de darse a conocer y empezar a convertir su genio en su forma de vida. Gracias a estos medios, ha conseguido sus primeras colaboraciones y ventas de piezas originales, de las cuales la mayoría han sido en el extranjero.
Carlos busca seguir adelante con diferentes proyectos donde la animación y nuevas formas de expresión tendrán un fuerte protagonismo. Su perseverancia trata de alcanzar la oportunidad que le permita ir más allá sin perder esa sustancia frágil y paradójicamente poderosa que nos muestra en cada una de sus obras.
Esta técnica le ha permitido establecerse como el artista de lo simple; como aquel que es capaz de ver lo esencial de la belleza y la belleza de lo primario. Sus ilustraciones no suelen ser premeditadas, sino que juega con el subconsciente en libertad. Pinta lo que busca, lo que necesita, ofreciendo al público una llamada o planteamiento que deberá asentar en soledad.
Siendo aún un “intruso” en el panorama artístico actual, ha encontrado en las redes –esencialmente Instagram y Tumblr– la forma de darse a conocer y empezar a convertir su genio en su forma de vida. Gracias a estos medios, ha conseguido sus primeras colaboraciones y ventas de piezas originales, de las cuales la mayoría han sido en el extranjero.
Carlos busca seguir adelante con diferentes proyectos donde la animación y nuevas formas de expresión tendrán un fuerte protagonismo. Su perseverancia trata de alcanzar la oportunidad que le permita ir más allá sin perder esa sustancia frágil y paradójicamente poderosa que nos muestra en cada una de sus obras.