Hoy en día existe una tendencia generalizada a romantizar el pasado, algo que no sólo implica la idealización de lo que ya fue sino el venir a menos de todo aquello nuevo que se está generando aquí y ahora. Carla Pérez Vas es el ejemplo perfecto para contraatacar estas ideas: jovencísima y talentosa. Compone, toca la guitarra, canta, pinta y hace fotos. Cuatro años después del nacimiento e inmediato éxito de la banda Mourn, hablamos con su co-fundadora Carla Pérez Vas sobre música, arte, fotografía y lo que significa ser una artista multidisciplinar en el siglo XXI.
Solo tienes 20 años y ya puedes presumir de tener un currículum más extenso que muchos artistas. ¿Cómo son tus procesos creativos? ¿Es algo que de alguna manera planeas o es improvisado?
Normalmente parto de ideas fugaces que aparecen en mi mente o de la propia improvisación. En el pasado le he dado demasiadas vueltas a algunas ideas que finalmente no han llegado a nada. Por eso acostumbro a creer en las primeras ideas. Actualmente, estoy trabajando en dedicarle más tiempo y sobre todo más paciencia a todo lo que hago.
¿Cuál es la mayor diferencia entre crear algo en grupo y crear algo tú sola? ¿Qué crees que te aporta cada cosa como artista?
Crear arte en grupo o con otra persona está más enfocado a convivir, aprender de la forma de hacer del otro y sobre todo a respetar y a compartir. Crear conmigo misma es un aprendizaje de mi mente y de mi persona. Con la fotografía es algo muy personal, estás sola frente a lo que tú quieras, es una expresión artística donde no se necesitan palabras, por eso creo que me siento tan cómoda. A veces trabajando con más personas tienes que argumentar demasiado aquello que propones para que funcione el conjunto.
Hablando de trabajar con gente, has colaborado en el recién estrenado single de Pedro Vian, ¿cómo ha sido la experiencia de pasarse momentáneamente a la música electrónica?
El mundo interior y sobre todo la música de Pedro me parecen oscuros y muy interesantes. Cuando me comentó la idea no pude decir que no ya que había escuchado su EP Black Toms y me había fascinado. Al pasarme la base me vino la letra y la melodía a la cabeza enseguida. Creo que la mezcla es impresionante y trabajar con él fue muy fácil y divertido ya que los dos estábamos muy seguros de cómo hacerlo.
Ya conocemos la historia de cómo empezaste con la música pero, ¿cómo surgió tu interés por la fotografía y la pintura?
Mi interés por la fotografía surgió al coger una Nikon analógica de mi padre y empezar a mirar por el visor mientras le quemaba muchos carretes. Como toda fotógrafa de mi generación empecé subiendo mis fotos reveladas en lomography en la plataforma Flickr y fue increíble ver tantas fotógrafas y fotógrafos que hacían lo mismo. Empecé a probar cámaras, carretes y formas de revelado distintas y viendo el trabajo de muchísimos fotógrafos como Martin Parr, Eggleston, Vivian Maier, Françoise Huguier y muchas más. Mi atracción por la pintura es mucho más simple, siempre me ha gustado pintar, sin normas y para desconectar. La pintura para mí es algo totalmente improvisado, que sale del simple gusto por las formas, colores y sobre todo el acto de pintar. Sigo la corriente del movimiento artístico de los 50, llamado CoBrA, que defendían el arte libre y visualizaban arte original en el arte de los niños, enfermos, etc. Me veo muy reflejada en el uso del color de sus integrantes.
¿Cuál es el mayor obstáculo al que te enfrentas a la hora de crear?
El mayor obstáculo, a parte del económico, supongo que soy yo misma. No me considero perfeccionista pero nunca acabo de confiar del todo en lo que hago. Ya aprenderé a hacerlo.
Y hablando del proceso creativo, ¿hay alguna conexión entre tu música, tus fotos y tus pinturas?
La conexión entre ellas es el placer que me produce crear e improvisar, probar cosas nuevas y la búsqueda de mi persona dentro de todo este mundo de locos. Veo mi inseguridad y mi fuerza en lo que hago, siempre.
Tu último libro se titula 2 y es completamente rojo, ¿qué significado tiene esto? Explícanos un poco de qué va.
El rojo es un color que me sana, me da fuerzas y significa valentía para mí. Estar rodeada de rojo en mi mente me ayuda a entender y a luchar. Quise que este libro fuese totalmente de este color ya que son imágenes tomadas durante el 2016, un año en el que he aprendido muchísimas cosas de mí misma, del mundo que me rodea y sobre todo de mi relación con el arte. El rojo ha tenido mucha fuerza durante todo este año y ha acompañado mi ojo durante el proceso de tomar todas las fotografías que forman el libro.
Es un libro autoeditado, ¿qué es lo que más te ha gustado de ser la editoral de tu propio material creativo?
Autoeditar es algo que quería y necesitaba hacer para aprender y seleccionar mi trabajo de otra forma. Lo que me ha gustado es tener mi propia libertad desde el principio hasta el final. Aun que tengo que decir que siempre dependes de una imprenta al final y eso a veces puede ser un tanto problemático ya que no puedes controlar del todo lo que ocurre.
Con tantos proyectos entre manos, ¿hay alguno en el que te apetezca centrarte o estás cómoda trabajando con diferentes modos de expresión artística?
Me gusta crear y lo hago de muchas formas, no podría nunca decidirme por una sola. Cada cosa que hago me llena de forma distinta, positiva o negativa, y todo es un aprendizaje y una inspiración dentro de mí, así que creo que decantarme por la música, la fotografía, la danza, la pintura o la escultura sería un error.
¿Nos puedes contar en qué estás trabajando para el 2017?
Tengo un proyecto entre manos que de momento me queda un poco grande ya que no lo tengo pensado al 100%, le tengo que dar tiempo para tenerlo todo mucho más claro y así llevarlo a cabo. Este 2017 también hemos vuelto a los escenarios con Mourn así que nos esperan conciertos y mil historias e imágenes que captar.