La exposición Control de flujos, de la artista caraqueña afincada en Barcelona Teresa Mulet, marca el cierre del itinerario 2025 de Juntos Aparte, una de las plataformas de arte contemporáneo más singulares del contexto latinoamericano. En exhibición hasta el 21 de diciembre en el Museo Norte de Santander, en Cúcuta (Colombia), la muestra funciona como síntesis conceptual y simbólica de un proyecto que, desde 2017, ha situado la frontera colombo-venezolana en los debates globales sobre migración, memoria y territorio.
Hemos tenido el placer de hablar de nuevo con Alex Brahim, director y fundador de Juntos Aparte y una de las figuras clave en la concepción, desarrollo y proyección del proyecto desde sus inicios en 2017. Brahim nos ha hablado en profundidad de los artistas que han albergado este 2025, el papel de la obra de Mulet en este contexto y de los planes de futuro que tienen para celebrar que en breve cumple diez años este proyecto tan especial.
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Carmen Ludene. La VeneCo. Performance duracional, 2025
Estáis ya a punto de cerrar la temporada de 2025. ¿Cómo resumirías el espíritu de la programación de este año y el papel que juega Control de flujos dentro del recorrido conceptual de este año?
El programa 2025 fue concebido como un momento de síntesis y de aproximación al legado. Cerró ciclos de investigación iniciados en ediciones anteriores e incorporó nuevas voces, a partir de invitaciones pendientes que se concretaron tras meses, incluso años, de diálogo. También fue híbrido; combinó presencialidad en el Museo Norte de Santander y ciudad de Cúcuta con acciones en espacio público, actividades online y circulación digital, tanto en directo como diferida. Además, profundizó en líneas que han sido transversales dentro del proceso de Juntos Aparte: la memoria, la naturaleza, la hospitalidad, la cartografía crítica y el género. De hecho, este año el programa tuvo un marcado acento femenino. 
Ese acento tiene su conclusión precisamente en la exposición Control de flujos, de Teresa Mulet, que presenta varias capas de lectura. Teresa trabaja en el vínculo entre archivo, memoria, diseño gráfico, producción editorial y arte contemporáneo, un colofón perfecto a las puertas de nuestro propio ejercicio de recapitulación. Además, es originaria de Caracas, pero es parte también del contexto de Barcelona, que ha sido históricamente muy cercano a Juntos Aparte.
Desde una mirada cartográfica, pone de relieve una ruta que nos ha marcado como proyecto, la que parte del interior de Venezuela y, pasando por Cúcuta, se despliega hacia otros lugares, dentro de los cuales destaca Barcelona. De hecho, este año también participó el barcelonés Xavi Muñoz con una exposición exquisita. METAL es un medio basado allí, donde yo mismo viví mucho tiempo. Este historial, sumado al apoyo sostenido del Institut Ramon Llull desde 2017, ha hecho de Juntos Aparte un escenario permanente para la creación barcelonesa. 
Siempre tenéis muy presente la frontera y lo que esta aporta al arte; sin ir más lejos, la edición actual se titula Cuando el arte se convierte en frontera viva. Este año han participado artistas de distintos países y formatos. ¿Qué criterios seguisteis para seleccionarlos y qué revelan sus obras sobre la idea de frontera viva en Cúcuta?
La suma de esas invitaciones pendientes, procesos por concluir y temas concretos fue la base. El itinerario se diseñó con una lógica secuencial, o una dramaturgia, que atravesó todo tipo de obras y dispositivos, desde performance duracional y piezas textiles, pasando por instalaciones, fotografía, videoarte y escultura, hasta libros e incluso el primer videojuego inspirado en la frontera. Tocamos temas como la gastronomía, la vigilancia, el arraigo o el liderazgo femenino, y tuvimos como siempre participación local, nacional e internacional: los colombo-venezolanos Carmen Ludene y Adrián Preciado, históricos del proyecto; el colombiano Santiago Rueda Fajardo; la norteamericana Farrah Karapetian; el suizo Yann Gross; los colombo-alemanes Ana María Millán y Andrés Sandoval; la barbadiense Annalee Davis y los ya mencionados Teresa Mulet y Xavi Muñoz. 
La relación con todos fue muy orgánica. Las propuestas tenían anclaje local pero pertinencia dentro del diálogo transnacional, y la participación de la ciudadanía fue un elemento constante. La conjunción de todo esto fue afirmando la idea de frontera viva que mencionas y que, por supuesto, abanderamos.
Lleváis ya ocho años de trayectoria; mirando atrás, desde 2017 hasta ahora, ¿qué ha cambiado más en Juntos Aparte y qué aprendizajes deja trabajar en un territorio como la frontera colombo-venezolana?
Lo que más ha cambiado en Juntos Aparte, sin duda, fue la transformación que se produjo en 2023, cuando se dio el paso del carácter bienal –que se había desarrollado desde 2017 como Encuentro Internacional de Arte, Pensamiento y Fronteras– al trabajo anual continuo, como Plataforma Transfronteriza de Investigación y Creación Artística Ciudadana. Ese cambio permitió consolidar procesos de largo aliento, situar las producciones como correlato de la vida en la frontera y generar dos cosas. Por una parte, una crónica de la transformación del modelo fronterizo y de la vida social en esta región a través de las miradas del arte contemporáneo. Por otra, consolidar un cuerpo de trabajos sólidos desarrollados en sitio específico; hoy constituyen uno de los inventarios de producción artística contemporánea más particulares de Colombia, con amplio reconocimiento internacional. 
La cantidad de aprendizajes es realmente innumerable. Destacamos en particular la fuerza del trabajo cooperativo multilateral, la fuerza que resulta cuando se suman sociedad civil, administración pública, cooperación internacional, entes académicos, tejido empresarial y distintos liderazgos. Y, por supuesto, la capacidad de resiliencia y adaptación que caracteriza la vida en este tipo de contextos.
“Cúcuta y la frontera tienen una voz que puede alzarse y participar de manera activa en la discusión sobre movilidad humana y procesos de acogida. La ciudad no solo tiene problemas, sino también soluciones que ofrecer.”
¿Cuáles han sido los mayores retos y las mayores recompensas?
Un reto fuerte fue la generación de confianza al inicio, cuando se trataba de un proyecto que por su naturaleza resultaba totalmente sui generis. Lograr ese voto de confianza, conseguir la financiación necesaria, ejecutar con rigor y programar con calidad desde un lugar periférico y precario como la frontera colombo-venezolana han sido desafíos constantes. Además, esa confianza debe construirse en todos los frentes y es un reto sostenido en el tiempo, porque la frontera es una realidad cambiante que exige adaptación permanente. 
En cuanto a las recompensas, la primera y de la cual derivan las otras ha sido comprobar nuestra hipótesis: Cúcuta y la frontera tienen una voz que puede alzarse y participar de manera activa en la discusión sobre movilidad humana y procesos de acogida. La ciudad no solo tiene problemas, sino también soluciones que ofrecer, e incluso capacidades para escalar y resituar su experiencia, entendiéndose como un epicentro de creatividad.  
A partir de ahí, hemos logrado construir un capital cultural que marcó un antes y un después en la historia de la región y en su proyección internacional, a través de una colección excepcional de trabajos que han circulado por la ciudad y que luego han tenido presencia en espacios como el Museo Nacional de Colombia en Bogotá, el MUNTREF en Buenos Aires o la Casa de América en Madrid. A esto se suman las estrategias pedagógicas desarrolladas desde Cúcuta que han sido aplicadas en lugares como la Universidad de Lleida en España o el Centro Cultural de España en México; la inserción de obras de Juntos Aparte en la colección permanente del Museo Nacional de Colombia, que entrarán en exhibición pública a partir de 2026 en la sala Casa Común, y la generación de capacidades en el sector artístico local; gracias a ello, muchos agentes han fortalecido sus trayectorias e ingresado en circuitos nacionales e internacionales.
En 2026 vais a desarrollar el archivo transmedia del proyecto. ¿Qué os interesa que quede registrado y cómo imaginas ese archivo como herramienta pública y de memoria?
La estrategia transmedia se basa en que, a estas alturas, tanto el recorrido como lo logrado son ya muy amplios, y resulta fundamental poner a disposición pública, a través de los mecanismos de comunicación vigentes, todo este acervo. Para ello disponemos de una buena documentación de nuestras ediciones a nivel fotográfico, videográfico, textual y sonoro. Esperamos crear una plataforma que permita acceder y navegar de manera amplia, intuitiva y clara por esta batería de recursos, por esta crónica viva de la frontera colombo-venezolana desde el arte contemporáneo. Creemos que es un gesto pertinente frente al estado generalizado de crisis migratoria que vivimos, síntoma del colapso global.
El archivo transmedia es el soporte que permite consolidar el carácter híbrido del programa y su dimensión digital como legado público, y en 2026 se proyecta como una edición virtual orientada a garantizar acceso, memoria y uso social de los contenidos. 
Finalmente, en 2027 se cumplen los diez años del proyecto, ¡enhorabuena! Para celebrarlo, vais a lanzar una publicación impresa y digital recopilando estos diez años de trabajo, ¿qué historia debería contarse para hacer justicia a la trayectoria de Juntos Aparte?
Desde Juntos Aparte y la Fundación El Pilar seguimos creyendo en el poder de los libros y consideramos fundamental que exista una pieza editorial que consolide la narración histórica y los aprendizajes del proceso, y que permita patrimonializarlo a través de un objeto único. Se trata de una publicación pensada para ser de libre descarga y distribución en su versión digital, y para circular en espacios de referencia a nivel nacional e internacional. 
La publicación está concebida para habitar entes académicos y de investigación, organizaciones de cooperación internacional, centros de arte, museos, centros de documentación, archivos y misiones diplomáticas, así como con espacios representativos para la ciudad y para las entidades que han hecho posible el proyecto a lo largo de su historia. Por supuesto, también está dirigida al público, tanto a quienes han participado directamente en la experiencia como a quienes simplemente siguen el pulso de la cultura y de la creación contemporánea. La historia, justicia poética a bordo, esperamos pasar a contárosla en un par de años.  
Aparte de estos dos lanzamientos, ¿qué más podemos esperar los próximos años? ¿Qué exposiciones tenéis en marcha?
Con el archivo transmedia y la publicación conmemorativa tendremos una buena dosis de trabajo por despachar. En el futuro más inmediato se avecina la primera exposición individual del artista emergente local Fabián Romero, a quien hemos apoyado a través de la Beca Lucho Brahim a la Creación 2025, otorgándole un fondo de producción para esta muestra, además de acompañamiento curatorial, logístico y comunicativo. Se trata de un trabajo que pone en diálogo la iconografía barroca con etnias aborígenes de las Américas. 
Estamos preparando también un proyecto en colaboración con Art Station en Samarcanda, Uzbekistán. Se trata de una bitácora de diálogos visuales entre la frontera colombo-venezolana y la frontera uzbeko-afgana, una ficción o especulación narrativa que sitúa a Cúcuta como la Termez de Suramérica y la Termez como la Cúcuta de Asia Central, conectando la cuenca del Lago de Maracaibo y su Ruta del Café con la del Río Amu Daria y la Ruta de la Seda.  
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Xavi Muñoz en colaboración con Lucas Molet. Reflejos en tránsito. Fotoperformance, 2025. De la exposición individual Frontera: Geografía en suspensión.
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Xavi Muñoz. Cascada. Ensamblaje - Instalación, 2025. De la exposición individual Frontera: Geografía en suspensión.
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Yann Gross con la colaboración de Adrián Preciado. La Parada. Videorretrato, 2022.
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Farrah Karapetian. Grabado a fuego. Intervención participativa en espacio público, 2025
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Ana María Millán y Andrés Sandoval. Rayos y Centellas. Videojuego multijugador, 2023-2025.
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Teresa Mulet. Mapa imposible (Cúcuta). Instalación - Libro expandido, 2025. De la exposición individual Control de flujos.