¿Cómo son el amor, el flirteo, el sexo y la intimidad en tiempos de redes sociales? ¿Cómo han cambiado las dinámicas desde que nos relacionamos a través de pantallas y apps, sin tener que dar siquiera la cara? ¿Cómo influyen la huella digital y las apariencias a la manera de hablarnos? Todo esto y más lo explora Sense filtres, la nueva serie que estrena 3Cat este 2 de diciembre, que sigue las historias de tres personajes diferentes: Charlie, Alicia y Emma. Para entenderla mejor, hoy nos sentamos con Ainhoa Bolaños, coguionista y codirectora junto a Sandra Reina y Jiajie Yu Yan (directores) y Aleix Mestre, Afioco Gnecco y Amaya Izquierdo (guionistas).
Producida por Vértigo Films y 3Cat, Sense filtres se mete de lleno en el mundo del sexting entre adolescentes y jóvenes adultos. Para Ainhoa este tema no es nuevo, ya exploró algo similar en otra serie de éxito de la plataforma catalana, Nudes. Sin embargo, aquí da un paso más y se centra en tres narrativas distintas que ayudan a poner sobre la mesa algunos de los debates, temas y discusiones más ligados a la actualidad.
Antes de nada, enhorabuena por Sense filtres. El estreno está ya a la vuelta de la esquina. ¿Cómo te sientes en estos días previos a que la serie llegue por fin al público?
Muchísima emoción. Teníamos ganas de que saliera al mundo y que la gente pudiera verla. Además, al ser una serie catalana, que también se pueda llegar a ver en otros sitios y que la gente joven nos dé feedback. Sobre todo, que pueda llegar a un público amplio porque las historias son realistas, muy actuales y dialogan con cosas que están pasando. Así que con ganas de recibir feedback.
La serie está producida por Vértigo Films y 3Cat, la has coescrito junto a Aleix Mestre, Amaya Izquierdo y Afioco Gnecco, y además la diriges. ¿Qué supone para ti asumir dos roles en una misma producción? 
Escribí, junto con Aleix Mestre, los nueve episodios, y luego el último bloque, el de Emma, es el que he dirigido yo. Cada bloque lo ha dirigido una persona diferente. Es una serie que se ha escrito en muy poco tiempo, de manera muy intensa, y el rodaje también lo ha sido. Esta historia que dirigí dialoga con algo muy personal y también parte de algo personal del otro coguionista. Entonces, aunque había muchísimo caos, durante todo el proceso de casting tenía muy claro el estilo de actrices con el que quería trabajar. Dado el tiempo que teníamos, tenía claro que quería trabajar con la protagonista, y también que muchas de las actrices y parte del elenco son queers; para mí eso era muy importante por el tema de la historia.
Las actrices y actores son caras nuevas y muy jóvenes.
Sí, son caras muy nuevas pero son actores y actrices con mucho talento. Estoy muy agradecida con las actrices que he tenido. Parte de la historia se sostiene porque ellas lo hacen increíble, porque entienden la historia y porque, al final, hicimos una piña muy fuerte. Ha sido fácil gracias a ellas.
¿Cómo nace Sense filtres? Y en cuanto al proceso creativo, ¿qué es lo más difícil de escribir un guion en equipo?
Todo nació porque Aleix Mestre y yo escribimos e hicimos la adaptación de una serie de 3Cat que se llama Nudes el año pasado. La hicimos, nos llamaron desde la productora y desde ESCAC, y a partir de ahí nos volvieron a llamar para esta. Nos dijeron: decidnos varias historias y varias temáticas que queráis tratar. A partir de ahí, junto con Amaya Izquierdo, la productora ejecutiva, empezamos a desarrollar las historias que más le interesaban también a ella.
Por ejemplo, el bloque que dirigí yo es el último que se desarrolló porque es una historia más compleja, más adulta; hay algo más oscuro, un elemento de horror corporal y somatización. Tal vez no encajaba del todo con el público de las otras dos historias, pero al mismo tiempo la trama dialoga mucho con la gente joven.
En cuanto a trabajar con múltiples personas, no fue nada nuevo porque el año pasado hicimos lo mismo con la otra serie. Escribimos el primer bloque y hablábamos mucho con el director y recibíamos feedback. Con el segundo bloque igual. Y con el tercero fue diferente porque hubo un momento en el que tuve que desprenderme de cierta versión del guion para poder centrarme en la dirección. Ha sido estar un poco en todo, pero muy guay.
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La primera temporada tiene nueve capítulos centrados en tres historias de sexting protagonizadas por Charlie, Alicia y Emma. ¿Cómo crees que las redes están cambiando la forma en que los adolescentes se relacionan y se exponen al mundo?
Teníamos muy claro que no queríamos demonizar las redes. La mirada oscura está en el otro. Hay que ser consciente de lo que haces, pero sobre todo de lo que hace el otro con ese material. No tenemos que sentirnos culpables por jugar con nuestro deseo y con nuestro cuerpo. El problema está en a quién se lo envías y en la poca responsabilidad que tiene la otra parte al enviarlo. Pero en ningún momento queremos decir que las redes o el sexting sean malos. El móvil ahora mismo es una extensión de nuestra propia mano. En vez de tapar eso, hay que hablar de responsabilidad, sobre todo respecto a quien envías ese contenido. Es una lucha constante.
Viendo la historia de Charlie, que intenta cambiar su apariencia para gustar, ¿crees que muchas personas construyen en las redes sociales una identidad que no coincide con su vida real? ¿Es la pantalla una falsa sensación de seguridad?
Por una parte, hay mucha gente que modifica su identidad por motivos dañinos o porque es la única salida. En este caso, el personaje lo hace para poder interactuar debido a una dismorfia que tiene con su cuerpo y por todo el proceso que está viviendo. Por otro lado, creo que muchísima gente se esconde detrás de la pantalla porque no sabe hacerlo de otra manera, lo que puede llegar a ser peligroso.
Ayer fue el 25N, el día contra la violencia de género. En la historia de Alicia, después de que el chico la abuse, ella continúa haciendo sexting, ¿por qué crees que lo hace?
Tiene miedo, un bloqueo y un shock muy grande por todo lo que le ha ocurrido. Realmente es un mecanismo de defensa, y además hay una manipulación por parte de este chico; hay un abuso de poder, no están en un plano horizontal. Es un modus operandi que muchas chicas utilizan, a veces inconscientemente, por el shock en el que se encuentran. No es que quieran hacerlo, es que no saben qué hacer.
“No queríamos demonizar las redes. La mirada oscura está en el otro. Hay que ser consciente de lo que haces, pero sobre todo de lo que hace el otro con ese material.”
Todos los personajes tienen una familia y amigos que los apoyan y quieren incondicionalmente. ¿Por qué habéis decidido representar este tipo de familias?
Porque siempre se muestra la parte negativa. Es importante poner en pantalla la parte positiva: que pueden existir familias así y que las familias que no acepten a sus hijes trans o queers puedan ver esto y reflexionar. Y que las personas trans puedan ver que pueden tener una red de apoyo. No queríamos llevarlo a un lugar negativo. Es verdad que en el último bloque la familia está muy desestructurada, de hecho, prácticamente no aparece.
Como has dicho antes, has escrito y dirigido el último bloque, con Emma como protagonista. ¿Nos puedes hacer un pequeño avance de qué trata?
Es una chavala de diecinueve años que se está preparando para presentarse como boxeadora profesional. Paralelamente, lleva unos cuatro años en una relación estable con una chica. Algo en ella cambia cuando una chica nueva llega al gimnasio y empieza a sentir un deseo muy fuerte por ella, no solo sexual sino también intelectual. La historia trata la contradicción de qué hago ahora teniendo pareja, pero me está gustando otra chica y no sé si quiero tener relaciones monógamas o relaciones abiertas. Se le abre un mundo de posibilidades. Por esa represión del deseo, porque no quiere herir a su pareja y sigue enamorada de ella, empieza a somatizar y le aparecen eccemas.
Hablemos de las relaciones románticas. En la serie, Charlie conoce a la chica a través de un videojuego; Alicia, al chico jugando a básquet; y Emma conoce a una chica en el gimnasio. Sin embargo, hoy en día muchas relaciones empiezan en redes sociales o apps. ¿Qué opinas al respecto? ¿Crees que se está perdiendo la forma orgánica de conocerse?
Está muy instaurado. Hay algo que cuesta y es decirle a alguien que nos gusta o que nos estamos enamorando, y con un doble like en Instagram ya está. Me parece peligroso llegar a estos extremos porque perdemos comunicación, humanización y emoción. Se está perdiendo absolutamente. Pero también creo que el lenguaje está cambiando muchísimo y que pueden llegar a convivir las dos formas. El problema es que, con un móvil, la otra desaparece, y estamos yendo hacia algo muy robótico. Tampoco creo que haya que demonizar estas aplicaciones; el capitalismo tampoco nos deja mucho tiempo para conocer gente fuera de ellas. En general, creo que pueden existir ambas cosas y convivir.
Para acabar, ¿qué les dirías a los jóvenes para que se animen a ver Sense filtres?
Que es una serie en la que pueden sentirse identificades porque es muy actual y fresca. Dependiendo de la edad, puede invitar a reflexionar. Es la serie que a mí me hubiera gustado ver cuando tenía dieciséis años, cuando empieza el despertar sexual o cuando te das cuenta de que te gustan las chicas y los chicos. Empiezas a preguntarte, ¿qué me gusta? ¿Qué me pasa con mi cuerpo y con mi deseo? Por lo tanto, es una serie que dialoga con la generación joven.
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