En pleno ecuador del verano, nos hemos acercado al estudio barcelonés de Pale, donde se diseña una ropa de baño que se aleja de los estereotipos y muestra un lado más intelectual de la experiencia de disfrutar cerca del agua. Marta Sanmartín nos acerca a un nuevo concepto de baño que poco tiene que ver con lo que estamos acostumbrados, es algo mucho más sutil y como ella dice, más relajado, con patrones muy estudiados, aberturas estratégicas y donde prima la calidad y la producción local controlada. Con su primera colección nos ha demostrado que, aún en los comienzos, es posible cuidar todos los detalles y nos ha dejado a todos boquiabiertos ofreciendo además una imagen de marca impoluta.
Cuéntanos un poco acerca de tu experiencia previa a crear tu propia marca de baño.
Estudié diseño de moda y, justo antes de terminar la carrera, comencé unas prácticas en Women’secret. En realidad me inicié en el mundo laboral dentro de un sector de la moda que nunca antes me había planteado ya que, empecé con el íntimo, y la ropa de baño fue algo que inicié posteriormente. Aunque ambos están bastante relacionados, me gustó más diseñar baño. Por otro lado, la mayor parte de mi experiencia profesional ha sido en Inditex y Cortefiel, y cuando trabajas para este tipo de empresas te das cuenta que siempre quieren que diseñes cosas comerciales. A nivel creativo no arriesgan mucho.
¿Cómo surge Pale y a qué se debe el nombre de la marca?
La idea de montar algo por mi cuenta surge a raíz de trabajar en estas empresas que te comentaba. Veía muchas posibilidades y observé que el mundo del baño en España es todavía muy tradicional y tampoco existen muchas marcas especializadas. Si miras lo que se está haciendo en otros países como Australia, ves que sus marcas de baño son adaptadas al nuevo gusto estético de la gente joven, o en California, otro ejemplo, donde muchas firmas de baño están haciendo cosas nuevas. En cuanto a el nombre, surge a raíz de una de las colecciones que yo hacía para la marca Springfield. A ellos les gustaba que el baño tuviese colores fuertes, muy intensos, flúor, neones... que justo en esa época eran tendencia, y yo, como trabajaba simultáneamente en ropa de baño e íntimo, siempre pensaba que había muchas cosas de la ropa íntima que me encantaban y gustaría integrar. Eso es Pale. Por otra parte, el color es algo a lo que le doy mucha importancia, el nombre de Pale, para mí, es reivindicar una ropa de baño delicada, sutil y neutra.
¿Cuál es la filosofía de la marca?
Quiero reivindicar un tipo de ropa de baño que no caiga en los estereotipos y diseñar pensando de otra manera sobre este producto. Parece que los bañadores y bikinis se asocian a irse a lucir a la playa o con chicas muy exuberantes, estampados imposibles, piedras, brillantes, etc. Lo que quiero es ir en contra de estos estereotipos y ofrecer ropa de baño diferente para otro tipo de chicas.
¿Qué retos has encontrado hasta el momento en un proyecto por tu cuenta?
Gracias a la experiencia laboral de todos estos años, ya tenía los contactos con proveedores de tejidos y materiales, lo cual me ha ayudado mucho. Además, también combino mi trabajo en Pale con un trabajo de freelance para otra marca de baño, y ahí he podido ver cómo funciona una marca independiente y lo que es producir en España. Realmente más que reto, en este sentido, creo que he tenido mucha suerte con todos los proveedores y talleres que confeccionan mis prendas. Así como otras marcas siempre se quejan de lo complicado que es todo cuando eres pequeño, en mi caso todos mis proveedores se han portado fenomenal y han hecho un esfuerzo por adaptarse a mis circunstancias. Creo que ésta también es la ventaja de producir local, que se da un trato diferente. Quizá lo que sí ha sido un reto es tener que hacer todas esas cosas que nunca había hecho antes como, por ejemplo, llevar la dirección de arte.
La campaña, la web, toda la imagen de marca. ¿No te has lanzado hasta que estuviese todo perfecto?
Cuando empiezas un proyecto así, vas recopilando consejos de todo el mundo porque además te vuelves mono tema, y un amigo me dijo un día: “ten en cuenta que solo tienes una ocasión para dar una primera impresión”. Por eso decidí que tenía que poner todos los recursos económicos y todo lo que estuviese a mi alcance para que la primera impresión de la marca fuese algo de lo que estuviese orgullosa y que me apeteciera enseñar. Mi pareja viene del mundo de las agencias de publicidad, tiene mucha experiencia en este sentido y ha llevado campañas importantes. Él es quien lleva toda la parte de imagen, la página web, el tema gráfico, está involucrado casi al 50% en el proyecto. Por otro lado, Esperanza Moya es amiga de una amiga, había visto su trabajo y me gustaba mucho. Tenía claro que la inversión en imagen era muy necesaria, porque al fin y al cabo, en moda estás vendiendo una imagen y una filosofía que has de plasmar visualmente, así que las primeras imágenes de campaña están firmadas por ella.
¿Cuál ha sido el concepto/inspiración detrás de tu primera colección?
Realmente no puedo decir que mi inspiración venga de algo muy artístico o creativo, viene más bien del hecho de trabajar siempre en este campo y, además pienso, que tanto la corsetería como el baño, al final tienen un 50% de creatividad y un 50% de técnica, patrones, fittings y prendas que sienten bien. Pienso que mi inspiración ha sido como algo práctico, toda esa influencia de la moda íntima y de la corsetería en la que yo estuve trabajando tantos años. Aunque me gusta más el baño, porque disfruto más y me deja ser más creativa, la corsetería también me gusta mucho, por lo que el punto de partida siempre ha sido tratar de unificar estos dos productos.
¿Tienes pensado lanzar alguna otra línea para invierno, de deporte, accesorios...?
No, la verdad es que no. Estoy contenta con el baño, mi objetivo sería hacer una colección más grande, empezar a hacer en una temporada diferentes colecciones que estén inspiradas en temas distintos. La de este año era un poco híbrido entre la corsetería y la lencería, que además quiero que sea una constante en todas colecciones, pero para el año que viene estoy ya preparando una en la que me gustaría que cada serie tuviese su propia estética. Me interesaba también crear una marca que solo se especializara en este tipo de producto porque, a veces me da la impresión, que las marcas quieren abarcar demasiadas cosas y yo prefiero hacer solo una cosa pero hacerla muy bien.
Tienes tu estudio en un coworking que tiene hasta una piscina. ¿Cómo es trabajar en un espacio así? ¿Qué tipo de ventajas tiene?
La verdad es que estoy muy contenta (risas). Sabía que en mi casa iba ser imposible empezar un proyecto de este tipo, así que tenía muy claro que necesitaba un espacio donde trabajar y, además, como al principio se tienen tantas dudas y hay mil cosas que no sabes cómo funcionan, la idea del coworking me pareció perfecta. El estar rodeada de otros emprendedores que también están realizando sus propios proyectos y pasan por sus crisis y luchan día a día, te ayuda a tirar para adelante.
¿Cuáles son tus principales referentes a la hora de diseñar y fuentes de inspiración a la hora de elegir colores, motivos, patrones?
Creo que mi mayor fuente de inspiración es la ropa vintage, tanto a nivel de colorido como de estampados y formas. Me gusta mucho recuperar cosas del pasado y adaptarlas al presente. Por otro lado, me inspiran mucho las redes sociales, desde las típicas bloggers que quizá sigue todo el mundo, hasta chicas que quizá no conoce tanta gente pero que me llaman la atención por el estilo que tienen y hace incluso que luego, a la hora de diseñar, piense en ellas.
¿Qué parte de tu proceso creativo es la que más disfrutas?
Disfruto sobre todo con la parte del diseño, mi especialidad. Me gusta explorar categorías que no tienen nada que ver con el baño y llevarlas a mi terreno. Traducir toda esa información en la línea y el diseño es algo que me encanta, porque subconscientemente ves que van saliendo todas esas cosas que están a tu alrededor, desde el concierto que fuiste a ver hace dos meses, o esa persona que conociste y te encantó, hasta viajes donde compraste algo de segunda mano y ahora utilizas una parte de su estampado para tu colección. Al final, es un poco como un diario personal.
Todos soñamos con las vacaciones. Playas y destinos paradisiacos donde la ropa de baño se convierte en parte fundamental de toda la experiencia. ¿Cuál sería la playa ideal de Pale?
En el caso de Pale, más que playa ideal sería un momento ideal. Quizá no sería cuando hace sol, por ejemplo. Sería más a última hora de la tarde, cuando ya no hay mucha gente y puedes tener una experiencia más relajada. Podría ser también como un baño de piscina, mucha gente lo ha definido así y me gusta. A veces la playa se convierte en algo muy estresante, y mi idea es más la de disfrutar de la playa en sí y no del estrés de una playa abarrotada, del “me tengo que poner morena…”. Ver la playa como algo más natural y calmado. ¡Esta pregunta es difícil, ¿eh?! (risas).
Tu primera colección ha entrado por la puerta grande y has dejado el listón muy alto. ¿Sabes ya con que nos vas a sorprender para la próxima?
Aunque estoy aún en una fase muy inicial, creo que empiezo a tenerlo claro. Me apetece experimentar en tejidos con estructuras, similar a lo que están haciendo las marcas de moda. Me gusta más tratar a Pale como una marca de moda, porque a veces el mundo del baño está un poco desconectado de las tendencias, va un poco por libre. En este proyecto lo que me interesa es seguir las tendencias de las marcas de ropa exterior y, ahora mismo, todo lo que veo es mucho el tema de estructuras y la manera en que se adapta el tejido al cuerpo. La siguiente colección va un poco por ahí. Experimentar con los tejidos y buscar texturas que sin ser un estampado lo parezca. Quiero concentrarme en aspectos más sutiles, pero que aporten un valor añadido a la prenda.
Ro7n5gghx4dpa6tlad5q.jpg
Adsaulkhob3jytgnxarh.jpg
Zlqisagthaauk3iixnmj.jpg
Xotdkvzkt9evqv1etw9b.jpg
Serhrkskci8msyfq670l.jpg
Bgvbicpdq67sppooxo64.jpg
Dnvmmsnvoa7cbljwz7sh.jpg
Krih3pulvkf0gaydgojq.jpg
Brz6t1k5qeksx6hm8lsa.jpg
Ebykr1v0lfs0hpjty1gs.jpg