En 2018, el joven actor onuvense Omar Banana decidió presentarse a la audición abierta de los directores Javier Calvo y Javier Ambrossi para la tercera temporada de Paquita Salas. Tras performar durante treinta segundos un discurso de aceptación al premio Goya, el andaluz fue seleccionado para interpretar a un carismático y cómico chofer en un capítulo de la serie. Un pequeño personaje al que le siguió Manolito, el conmovedor y emocional amigo de Joselito en la serie Veneno, de los mismos directores. Y este año nos ha robado el corazón con el personaje de Miguelito, un joven gay aspirante a artista en la Sevilla de los 70, en Te estoy amando locamente, de Alejandro Marín. Una interpretación que justamente le ha brindado lo que apuntaba inocentemente en ese casting de los Javis: una nominación a Mejor Actor Revelación en los Premios Goya 2024.
Puede que sea un presagio, una señal del destino o pura casualidad. A saber. Lo que sí que tenemos claro es que la nominación no puede ser más merecida, puesto que su interpretación no ha dejado indiferente a nadie. Como tampoco lo ha hecho la película, que opta a cinco galardones de la Academia para la ceremonia de este sábado. Te estoy amando locamente, contextualizada en la Sevilla de 1977, trata la historia de Reme, una madre tradicional movida por el amor hacia su hijo, un adolescente aspirante a artista, que se involucrará en el movimiento LGTBIQ+ andaluz, gestado paradójicamente en el seno de la Iglesia. Una mezcla de emoción, reivindicación y orgullo a la que Omar Banana no tuvo duda ninguna en participar en cuanto le llegó el guion. “Tenía claro que la película iba a ser increíble y necesitaba formar parte de ella”, nos asegura al preguntarle. Veamos cómo ha sido todo el proceso para llevarla a cabo y como se encuentra ante la posibilidad de ser el próximo mejor actor revelación del año.
En la película interpretas a Miguelito, un adolescente gay que empieza a aceptar y abrazar tanto su sexualidad como su intención de ser artista en un contexto social e histórico donde la homosexualidad aún era considerada delito. Desde el punto de vista interpretativo y emocional, ¿cómo ha sido trabajar un personaje con este background?
Con este personaje me pasó un poco lo mismo que con la historia en sí. No pude materializar lo que me imaginaba del personaje y del proyecto hasta que empezamos a grabar. Creo que no fue hasta el final de la primera semana o así que sentí que todo cogía forma y sentido. Fue muy duro cuando me di cuenta. Sobre todo, en escenas como la del juicio. Entendí que lo que estábamos contando realmente les pasaba a las personas del colectivo a finales de los 70, incluso hasta más tarde y antes. Cuando entendí a lo que estaba dando voz y visibilidad, me dio mucho vértigo y respeto. Pero también lo disfruté más, aunque me pusiera muy triste la mayor parte de las veces viviendo las cosas que le pasaban a Miguelito.
Al final, estabas trabajando con unos temas que, de cierto modo, todas las personas LGTBIQ+ hemos podido vivir en algún momento de nuestras vidas. No debe haber sido fácil. ¿El Omar adolescente abrazó de la misma forma que Miguelito abraza su sexualidad y su necesidad de expresión artística?
Pues yo creo que he ido por fases. Creo que todo el mundo va por fases y es normal. Aunque soy de una generación joven, nosotros también hemos crecido escuchando ‘si yo tengo un hijo maricón, lo mato’. En el mejor de los casos escuchábamos ‘prefiero tener un hijo maricón que ladrón’, como si fuera un comentario bueno. Al final te dan a entender que ser diferente a la mayoría no es algo bueno y si es evitable, mejor. Pero bueno, por suerte creo que la mentalidad está cambiando mucho. Al menos en la gente de la que me suelo rodear, y eso hace que me sienta mucho más seguro siendo yo mismo.
¿Qué otras partes de ti ves reflejadas en Miguelito y en qué otras sientes que se aleja más de ti?
Miguelito y yo nos parecemos en que los dos tenemos muy claro lo que queremos en la vida, o, al menos, en un futuro cercano. Yo también soy muy cabezota y cuando considero que algo es lo que necesito hacer, no me gusta esperar, lo hago lo antes posible y entregándome al máximo. Me gusta que las cosas salgan bien y en condiciones. No me gusta hacer las cosas a medias. O te tiras a la piscina o no te tiras. Yo no me mojo solo los pies.
Sin embargo, creo que Miguelito es mucho más valiente que yo. Yo le doy muchas vueltas a todo lo que digo y a todo lo que hago cuando incumbe a otras personas. No me gusta enfrentarme a situaciones incómodas. Creo que Miguelito no tiene el mismo miedo a eso.
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Alejandro Marín, director de la película, explicó que su objetivo con el film era dar visibilidad a la lucha del colectivo desde el punto de vista del héroe y no de la víctima. Creo que es algo que consigues tú también con tu personaje. ¿Tenías algún objetivo al interpretar a Miguelito?
Yo creo que Miguelito, en cierta medida, es un poco la representación de todas las personas del colectivo que han intentado ser como son y no han podido por culpa de la sociedad. Así que, por mi parte, mi intención fue dar visibilidad al sufrimiento que les tocó vivir a estas personas. Y, de alguna forma, darles las gracias desde el presente.
Presupongo que no habrá sido fácil y que te habrás encontrado con varios retos y dificultades. ¿Qué consejos te aportó Alejandro para superarlos?
Sí. Uno de mis mayores miedos era que tenía que hacer un personaje pequeño, con gran carisma, que desaparece de la pantalla pero que el espectador debe quedarse con las ganas de volver a ver. También me daba miedo que, a pesar de su carisma, en algunos momentos pudiese parecer arrogante. Así que con Alejandro trabajamos mucho para intentar que esto no pasase y que el público se enamorase de Miguelito desde el minuto uno.
Y lo conseguisteis. Todos estamos enamorados de la sensibilidad y el carisma de Miguelito. Igual que conseguisteis enamorarnos de la relación que tiene con su madre, interpretada por Ana Wagener. ¿Cómo ha sido trabajar con ella y cómo habéis trabajado esta relación?
Trabajar con Ana ha sido increíble. No solo porque es espectacular, también me ha enseñado muchísimo como actriz. Ana tiene mucha experiencia y sabe exactamente lo que quiere y lo que no. O, mejor dicho, lo que no le cuadra. Y gracias a eso, muchas de las escenas han tomado más forma de cómo estaban planteadas en un principio.
¿Y qué aprendizaje te llevas de haber interpretado a Miguelito?
Pues creo que gracias a Miguelito intento ser un poco más valiente e ir de frente por la vida. No siempre ocurre, pero cuando me acuerdo de Miguelito intento ponerlo en práctica.
“Solo espero que las nuevas generaciones puedan vivir con menos miedo y con más libertad que mi generación y generaciones anteriores.” 
Te estoy amando locamente opta a cinco nominaciones en los Premios Goya 2024. Cuando empezasteis con el proyecto, ¿erais conscientes de la repercusión que podría tener?
No éramos conscientes de lo que podía llegar a gustar la película. Es cierto que yo siempre tuve esperanzas, pero a veces tú quieres mucho que un proyecto vaya bien y el público no lo recibe de la misma forma. En esta ocasión, me alegra que tanto el público como los críticos hayan podido apreciar la peli y verla como yo la veía en mi cabeza.
Entre las candidaturas se encuentra tu primera nominación de la Academia. ¿Dónde estabas cuando se anunció que optabas al galardón de mejor actor revelación? ¿Cuál fue tu reacción?
Pues mira, yo me acababa de montar en un autobús para ir a Granada a currar. Justo en ese momento salió mi nominación y me empezó a llamar mucha gente. Pero el autobús iba lleno de gente dormida y me daba apuro coger el teléfono y molestar. Fue bastante loco. Sabiéndolo ahora, tendría que haber esperado a coger otro autobús. Pero mira, ¡también es una historia graciosa que contar!
¿Se creería el Omar de 2019, que hizo una pequeña intervención en Paquita Salas, que cinco años después estaría nominado al Goya?
¡Para nada! Lo soñaba, eso sí. Pero para nada hubiese pensado que llegara a pasar. Pero tampoco el Omar de un día antes de la nominación lo hubiese imaginado como una realidad. Es algo muy loco. Y estoy muy agradecido.
Y compartir nominación con La Dani, también de Te estoy amando locamente, estará haciendo el camino aún más bonito. ¿Cómo es poder compartir este momento tan especial con él?
Es increíble. Al final la Dani y yo hemos hecho un recorrido precioso juntos. Si el Goya se lo llevase él, voy a sentir que también me lo estoy llevando yo. Al final, es algo que hemos vivido juntos y de la mano, y estoy superagradecido de que haya ocurrido así.
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¿Por qué consideras importante que una película como Te estoy amando locamente o artistas como tú, la Dani o Alejandro reciban el reconocimiento de la Academia?
Me alegra mucho que una película centrada en el colectivo y con un equipo con tantas personas de este esté siendo valorada por nuestra industria. Tengo la esperanza de que esto pueda cambiar un poco la representación LGBTIQ+ de nuestra industria y que podamos hacer un cine realmente más inclusivo. Con todo lo que eso conlleva, claro.
Hablando de representación LGBTIQ+, tú mismo te has convertido en un referente para muchos jóvenes del colectivo. ¿Sientes importante usar tu posición o reconocimiento de una forma más activista?
Me alegra que la gente me vea en ese lugar y lo aprovecho, pero no es algo que yo haya buscado o busque. Yo sigo equivocándome y aprendiendo constantemente. No confío en la gente que parece perfecta. No creo que sea real. Aun así, me siento muy agradecido de ser representativo para algunas personas, al igual que otras lo fueron para mí. Intento hacerlo con todo el respeto posible.
Este año hay bastante variedad de representación e inclusividad en las candidaturas. ¿Qué otras películas, actores, actrices o directores son tus favoritas de esta edición?
Gracias al recorrido tan grande que hemos tenido, he podido conocer de cerca a mucha gente que admiro y que me alegraría muchísimo que les fuese bien durante la ceremonia. Me encanta todo el equipo de Chinas, Estíbaliz Urresola, Pablo Vergel, mis compañeros de nominación… Realmente agradezco mucho haber conocido a tantísima gente talentosa y alegrarme por ellos y sus logros. Esto me hace humanizar mucho a la industria y dejar de ver todo el recorrido de premios como una competición y vivirlo más como una experiencia compartida.
“Creo que Miguelito, en cierta medida, es un poco la representación de todas las personas del colectivo que han intentado ser como son y no han podido.”
Qué bonito poder vivirlo así. Sin embargo, ¿no estás nervioso?
Por ahora, no estoy nervioso. Creo que tanto hablar del tema ha hecho que los desmitifique un poco. En el buen sentido, claro. Ahora lo veo más como una aventura y una experiencia. Eso me hace estar mucho más tranquilo y contento con lo que está pasando.
Y nos puedes dar alguna pista del outfit o de si te estás preparando algún discurso de agradecimiento…
¡Claro! Tengo outfit diseñado por Tamara Press. Solo puedo decir que hemos intentado ir con algo un poco clásico pero que a la vez tiene un toque diferente. Ya he podido verlo terminado y estoy muy, pero que muy contento. Tamara ha hecho un trabajo increíble y creo que a la gente le va a encantar! En cuanto a discurso, no he preparado nada aún (risas). Me parece todo tan complicado que creo que lo estoy postergando. Pero sí que tengo algo de idea de lo que me gustaría decir si eso ocurriese.
“Las cosas están cambiando, pero no han cambiado todavía” es la frase con la que concluye Te estoy amando locamente.  Casi cincuenta años después del contexto de la película, la frase parece continuar igual de vigente. ¿Qué crees que queda aún para que las cosas hayan cambiado definitivamente?
La verdad es que creo que todo ha cambiado mucho pero aún tenemos que equivocarnos mucho más y aprender de nuestros errores. Creo que la sociedad no está preparada para un cambio radical, por eso lo hace lentamente. Yo solo espero que las nuevas generaciones puedan vivir con menos miedo y con más libertad que mi generación y generaciones anteriores.
Antes de Te estoy amando locamente, ya habíamos tenido la oportunidad de disfrutarte en una pequeña participación en Paquita Salas y con el emocionante y conmovedor papel de Manolito en Veneno. ¿Cómo fue audicionar para los Javis y trabajar con ellos por partida doble?
Sin duda alguna, mi vida laboral ha cambiado mucho gracias a ese primer personaje en Paquita Salas. La audición fue una presentación de treinta segundos donde yo, sinceramente, hacía el tonto y decía cosas sobre mí. Jamás pensé que se fuesen a fijar en mí, la verdad. Pero ocurrió, y trabajar con ellos fue una experiencia maravillosa. Y al volver a trabajar con ellos para Veneno pude confirmar que verdaderamente son muy buenos directores. Los Javis tienen muy claro lo que quieren y saben muy bien llevarte a donde quieren, interpretativamente hablando. Eso hace que el actor esté muy bien guiado y no tenga tanto vértigo a la hora de interpretar.
¿Y qué futuro se te plantea?
Por desgracia, esta es una industria muy complicada. Sé que todo lo que sube baja. Estoy acostumbrado a esta realidad. La mayor parte de los trabajadores de esta industria no puede permitirse vivir exclusivamente de esto. Por eso sueño con poder vivir de esto el resto de mi vida. Por suerte, estoy trabajando en algún que otro proyecto pronto que creo que dará mucho que hablar en el futuro, pero que ahora sigue siendo un poco confidencial. ¡Aunque pronto se sabrá!
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