El término "épico" describe a la perfección las aspiraciones musicales de Dulce Pájara de Juventud. Letras emotivas que juegan con riffs de guitarras cautivantes, sintetizadores sinuosos y el latido rítmico de la batería. La banda de El Baix Llobregat, Barcelona, es capaz de contar historias con tan solo unos cuantos cambios de acorde. Canciones que te recuerdan que el sol saldrá mañana, esa es la metáfora auto-descriptiva que utiliza la banda como carta de presentación. ¿La guinda del pastel? Forman parte de la inminente edición del Primavera Sound y podremos disfrutar de su música el viernes que viene a las 17.00 en el escenario Ray-Ban. ¡No os lo perdáis! Ricard Izquierdo al habla.
¿Tomáis vuestro nombre de la obra de Tennesse Williams, de su adaptación al cine en 1962 protagonizada por Paul Newman, o simplemente os gustó como sonaba?
Tiene una gran fuerza evocativa.
Decís que os conocéis desde el jardín de infancia pero, ¿cuándo comienza Dulce Pájara de Juventud? ¿Aprendisteis a tocar juntos o alguno de vosotros sugirió formar una banda?
Comienza en la grabadora de sonidos de Windows. Llevaba años recapitulando ideas… Borradores que compartía con Bruno e iban acumulándose en retahíla de números y secuelas. Algunos eran puras quimeras, híbridos de ideas fallidas. De hecho algún riff lo habíamos llegado a tocar en una banda prematura de versiones. Pero no fue hasta que dispusimos de cierta madurez que nos atrevimos a vestir esos temas. Xavi llevaba muchos años tocando en otras bandas y a Sarai ya la conocíamos de aquella primera formación adolescente. Fue cuestión de probar.
Vuestro álbum debut salió el año pasado, ¿cómo fue el proceso creativo? ¿Cuál era la idea inicial del disco? ¿Estáis contentos con el resultado?
El grupo se gestó con la idea de este álbum en mente. No como al final resultó, pero sí en su esencia. Queríamos jugar a ser un grupo de estadio, pero sin salir del armario adolescente. Nostalgia: posters de la Superpop, corazones de peluche perfumados, mascotas de la infancia… Una confrontación de vertientes extremas y en apenas tan pocos años de diferencia se merecía su homenaje musical. A esas canciones que yo había pasado a Bruno (digámosles cuerpos desnudos) quisimos ponerles vestido y enviarlas a la jauría. Ahí entra en acción el grupo como tal. Durante unos meses estuvimos confeccionando vestidos y complementos. Era interesante la variedad cromática del vestuario, así como sus cortes y costuras. Xavi tiene un gran maña en cuánto a alta joyería se refiere. No todas eran de la misma temporada, ni tampoco tenían un mismo propósito. Sin embargo, al ser hermanas y comportarse como un conjunto, daban un resultado narrativo concreto. Ahora que digo esto, me viene a la mente la nave.
En vuestra bio se habla de un "deseo de liberación". ¿Sentís que vuestra música os aporta esta satisfacción? ¿Qué es la música para vosotros?
Supongo que en aquel momento fue esa la sensación que queríamos plasmar. Y espero que para los que la disfruten, les emule esa misma alegoría. Vendría a ser la gracia de este primer álbum, tan en consonancia con el nombre. Y digo esto porque en sus muchísimos defectos se destila algo de ingenuidad prerrafaelita (paradójico, ¿eh?).
¿Qué tal os sienta tocar en el Primavera Sound? ¿Qué podemos esperar de vuestro directo?
Es maravilloso. Tener un hueco en esa plantilla es un sueño de efebo. Al fin y al cabo, el fútbol es un partido de once contra once donde gana el que más goles marca, y si se juega por la banda, se abre el juego y se crean espacios. Prometemos a la afición que nos dejaremos el pellejo en el campo. “Jogo bonito” pero también sudor y lágrimas. Tenemos una gran responsabilidad.
¿Hay algún concierto que no os vais a perder por nada del mundo?
Chucho.
¿Podremos oír material nuevo pronto? ¿Qué le depara el futuro a Dulce Pájara de Juventud?
Sí. De hecho, todo aquél que se acerque el viernes al solárium del escenario Ray-Ban podrá disfrutar de dos tercios de material nuevo. Veo más tristeza en el futuro. También más muerte. Y la nave.