Arte abstracto, arte experimental, vídeos y hasta estampados para ropa. Cuando crees que Daniel Barreto te ha mostrado de todo lo que es capaz de crear, te sorprende con nuevos proyectos. Dice hacer mínimo un dibujo al día con el objetivo de dar siempre lo mejor de sí. Hablamos con él sobre moda, su primer libro ilustrado (y la posibilidad de sacar un segundo), animación, y música.
Como artista trabajas con varios medios: desde diseño gráfico hasta audiovisual, así como fotografía experimental, ilustración, pintura, y animación. ¿Consideras que estar en contacto con todos estos estilos y técnicas se deben a tu afán por experimentar? ¿Con cuál te identificas más?
Sí, creo que esto se debe a que siempre dejo la puerta abierta a cualquier medio para poder expresar la pieza final lo más similar posible a como me la imagino. Es algo que se da por temporadas. Ahora creo que la ilustración digital e intervenida a mano es con lo que más me identifico. Pero por el momento tengo dos animaciones de videoclips en marcha, lo cual me tiene atado a la animación y, en cierta manera, a tener un vínculo con la animación misma.
Está claro que tuviste que empezar por algún sitio. ¿Qué fue lo que te llamó primero del mundo del arte y la creatividad, y cómo te has ido formando desde entonces? ¿Cómo ha sido tu crecimiento como artista?
De alguna forma fui influenciado por la familia de mi madre. Ella estudió diseño gráfico en la Universidad de Guadalajara y hacía mucha serigrafía. Mi abuelo pintaba por hobby con acuarela y tenía una técnica muy buena en dibujo anatómico. Tengo algunos recuerdos de él intentando enseñarme acuarela (y varias frustraciones por su parte).
Entonces, ¿tu faceta artística se desarrolló en tu infancia?
También había una pintura de un artista español –cuyo nombre ahora no recuerdo– que siempre veía al subir unas escaleras cuando vivía en Puerto Vallarta, y me hacía sentir muchas cosas. De alguna forma, fue mi primera interacción o realización de que el arte tenía cierta energía en provocar algo en el observador.
¿Y cómo fue evolucionando?
Ya más tarde en mi vida creo que dejé de lado el arte, pero definitivamente seguía haciendo cosas en Photoshop o dibujando por curiosidad. Tenía muy implantada la idea cliché de que el arte no podría generar felicidad o darme una estabilidad económica. Entre otros comentarios, el típico de ‘el artista solo es famoso hasta que muere.’ Claro que implica trabajo y no es tan fácil como un camino ya perfectamente diseñado, como el de los doctores u otras profesiones que van desde un punto A hasta un punto B. Pero creo que eso es lo que lo hace interesante: la incertidumbre, el riesgo y la gran satisfacción de callarle la boca a las personas con tus logros.
En 2017 lanzaste una serie de sudaderas con tus estampados, piezas únicas y limitadas hechas con tintas reactivas que funcionaron muy bien. Y a lo largo del año pasado seguiste creando colecciones. ¿Cómo surgió tu interés por la moda?
Ahora quiero pausar todo eso. He generado otras piezas, pero más para mi uso personal o personas cercanas a mí. Me gusta mucho pero llegué a sentirme muy abrumado con la última producción de playeras/camisetas, ya que se tomaron mucho más tiempo en producir por problemas con el proveedor. Esta situación me llevó a quedar muy mal con varios clientes que habían comprado en la preventa. Pero las sudaderas sí fueron un éxito. Ahora estoy buscando el modo de manufacturar la ropa en México y no depender del exterior. México tiene unas leyes muy estrictas y controladas en el área del sector textil, lo cual limita estúpidamente a personas o pequeñas empresas a importar.
We Are Plants Too es el título de tu reciente colaboración con Mala Swimwear, otra incursión al mundo textil, solo que esta vez, en bañadores. ¿Cómo surgió esta sinergia? ¿Qué te ha aportado este proyecto?
Sí, en este caso generé una imagen nueva a partir de algo que a Stephanie le gustó de mi trabajo. De la imagen hice un patrón e hicimos varias pruebas con un par de proveedores de impresión de sublimado.
La colaboración fue muy buena y ha fluido muy bien. Estoy feliz de haber colaborado con Mala.
Al final de todo, creo que me quedo con lo que he aprendido sobre cómo funciona el estampado, en qué proveedores confiar, y cómo manejar diferentes situaciones. Si os interesa, todavía hay piezas disponibles en su web.
La colaboración fue muy buena y ha fluido muy bien. Estoy feliz de haber colaborado con Mala.
Al final de todo, creo que me quedo con lo que he aprendido sobre cómo funciona el estampado, en qué proveedores confiar, y cómo manejar diferentes situaciones. Si os interesa, todavía hay piezas disponibles en su web.
Fire Spirals es una de las series de fotos que hiciste combinando una parte estática con el movimiento, en las que las luces son elemento principal, que se desplazan en torno a todo lo demás. ¿Cómo consigues este efecto?
Mucha gente ha pensado que es foto, pero en realidad es video, un micro clip. Siempre les pedía a las personas modelando que intentaran moverse lo menos posible y confiaran en que no les iba a prender en fuego al pasar el encendedor por sus rostros o cuerpo. La producción –como la mayoría de mis cosas experimentales– era muy low budget: una Canon T2i, calcetines negros para usar como guantes, y un encendedor de cocina negro. Todo debe ser negro para no ser evidente en la postproducción; el efecto que utilizaba en After Effects puede verse muy mal si se nota algún elemento que no fue tapado correctamente.
También hay otros fascinantes como Colour Motion o Light and Rhythm.
En Colour Motion o Light and Rhythm sigue de la mano mi apego a la repetición por su estética. En este caso utilizo Photoshop y las acciones. Las acciones son una función en Photoshop que te deja grabar diferentes movimientos con una capa; al pausar, grabar todo eso, y al presionar play puedes automatizar más rápido cierta acción. En este caso me sirve muy bien para lograr estos efectos ópticos con líneas en repetición y cambios de colores.
Poco se habla del libro ilustrado que has realizado en colaboración con Mixmedia. Por las redes sociales hemos visto que en noviembre salió a la luz, y sin embargo, no hemos encontrado prácticamente nada, ¡y nos dejas con ganas de más! ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Tuvimos unos imprevistos que retrasaron todo nuestro plan del release de Es. Era una experiencia colaborativa nueva tanto para mí como como para Andrés Gómez, de Mixedmedia. Ahora el libro se puede conseguir en su tienda online.
Bajo todo ese trabajo visual, hay una faceta tuya algo más oculta: la musical. En tu perfil de Soundcloud hemos visto que tienes maquetas de hace tres años. Háblanos de esta cara de Daniel Barreto que parece que pocos tienen la suerte de conocer.
Mi relación con la música es complicada. De repente, hay un día en el que me clavo y se va el tiempo en un segundo –y hasta me genera remordimiento abandonar otras cosas. Pero me considero muy amateur con lo técnico: las notas, los tiempos, qué combina con qué, qué está tocando alguien para saber cómo improvisar, etc. Me gusta trabajar lento y producir todo por mí mismo, aunque sean quince segundos o solo una base en loop. Creo que lo de Soundcloud es más bien como una libreta de diferentes intentos por crear algo.
¿Te gustaría centrarte más en esta parte de ti en un futuro, o lo haces más como hobby?
La música sí es una de las cosas que quisiera hacer más. Estos últimos días he estado retomando la práctica y tengo la idea de sacar un EP instrumental este 2019 con material gráfico y, a lo mejor, animaciones para apoyar el proyecto.
Hablando de música, dirigiste el videoclip del tema Welcome to the Sun, de Primal Feelings. Utilizaste un total de más de dos mil quinientos frames, hechos todos a mano. ¿Qué es lo que más destacas de este proyecto y qué te ha aportado a ti personalmente?
Personalmente, entendimiento sobre cómo funcionan los timings en la animación y mucha paciencia. Hacer entender a la gente que la animación toma su tiempo y vale totalmente la pena esperar por el resultado final.
Siguiendo el estilo del videoclip, tienes un conjunto de dibujos en stop motion con los que creas pequeños short films, como el de How long? ¿Estás creando mundos paralelos y utópicos a través de ellos?
Tomé la idea del animador Joseph Bennett, al cual conocí en una de las pasadas ediciones del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. En una de sus charlas mencionó que era buen ejercicio hacer mini clips de animación para no perder la práctica y fluir mejor con narrativas, o el simple hecho de tener como práctica la animación. Con estas animaciones quería, de alguna forma, generar imágenes que se apoyan en textos o poesía. Creo que tienden a expresar lo mundano de las cosas en el mundo en que vivimos y también, de otro lado, el campo emocional del proceso de olvidar.
Visto tu amplio repertorio artístico, debe ser difícil escoger referentes o modelos a seguir. Pero ¿qué artistas consideras que son tu mayor inspiración?
El músico y creador de contenido Andrew Huang, los artistas Marcel Dzama y Leonora Carrington, y el diseñador gráfico japonés Ikko Tanaka.
Para acabar, ¿proyectos en los que estés trabajando ahora?
Dos animaciones/videos musicales, y arte para bandas de aquí de Guadalajara (México): Caloncho y Technicolor Fabrics. Estoy muy emocionado porque la gente vea el resultado de estas animaciones, creo que de verdad no había sentido tanta fluidez como ahora. Existe la idea de un segundo libro con Mixedmedia, pero apenas está en el aire. Y también una nueva exposición individual y colaboraciones con otros artistas.