Con el objetivo de mostrar el cuerpo humano como una ventana que nos brinda la oportunidad de conocer las distintas tesituras sociopolíticas producidas a lo largo de las décadas, Personae. Máscaras contra la barbarie es una muestra que aborda una línea de investigación que gira en torno a la irremediable necesidad de crear un álter ego cuando un individuo se encuentra en un entorno que condiciona su libertad. Obras de artistas como Joan Miró, Marina Abramović, Antoni Tàpies, Pablo Picasso y Karel Appel forman parte de la exposición de Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma de Mallorca, que estará en cartel hasta el 13 de noviembre de 2022.
El punto de partida de la exposición empieza con el conjunto de dibujos y marionetas que Joan Miró creó acerca de la célebre obra de teatro absurdo de Alfred Jarry, Ubu Roi (1896). Una colección inspirada en el retrato del personaje principal, un tirano cruel y salvaje. Bajo esa representación de carácter irónico se escondía una alusión al dictador Francisco Franco. Las marionetas de Miró se materializaron en la pieza teatral Mori el Merma (1978), en colaboración con la compañía La Claca y la dirección de Joan Baixas. La inédita composición sonora de Robert Wilson, Ubu sounds the alarm, acompaña esta primera sala de la muestra, que enfatiza el declive de la sociedad contemporánea.
Rostros enloquecidos, heridas, amputaciones y una serie de manifestaciones gráficas realizadas a partir de la segunda mitad del siglo XX forman parte de un imaginario que representa la decadencia del ser humano en la sombría etapa que llega después de la guerra, donde la sociedad y el individuo se ven reducidos a la mínima expresión, eliminando cualquier atisbo de belleza. Una reflexión que nos muestra cómo el cuerpo se transforma en un lugar en el que se hace presente la dualidad entre el bien y el mal, la responsabilidad y la ética.
Finalmente, la muestra exhibe piezas realizadas desde los años sesenta hasta la actualidad. Obras que cuestionan la identidad, donde la persona reclama la falta de libertad defendiendo sus derechos fundamentales y denunciando la opresión y las contradicciones que existen en la sociedad; unas contradicciones que distorsionan y deforman la imagen de nuestros cuerpos que, bajo una falsa apariencia de libertad, se ven cosificados por un dogma dictatorial.
La muestra presenta la imagen del cuerpo como un lugar de lucha y conflicto. Una necesidad que ya desde la prehistoria utilizaba autorretratos, representaciones, marcas o escenarios ritualísticos para dejar constancia de la propia existencia, de saber que en algún momento un lugar fue habitado, o manifestando el vestigio de un período sociopolítico.
Rostros enloquecidos, heridas, amputaciones y una serie de manifestaciones gráficas realizadas a partir de la segunda mitad del siglo XX forman parte de un imaginario que representa la decadencia del ser humano en la sombría etapa que llega después de la guerra, donde la sociedad y el individuo se ven reducidos a la mínima expresión, eliminando cualquier atisbo de belleza. Una reflexión que nos muestra cómo el cuerpo se transforma en un lugar en el que se hace presente la dualidad entre el bien y el mal, la responsabilidad y la ética.
Finalmente, la muestra exhibe piezas realizadas desde los años sesenta hasta la actualidad. Obras que cuestionan la identidad, donde la persona reclama la falta de libertad defendiendo sus derechos fundamentales y denunciando la opresión y las contradicciones que existen en la sociedad; unas contradicciones que distorsionan y deforman la imagen de nuestros cuerpos que, bajo una falsa apariencia de libertad, se ven cosificados por un dogma dictatorial.
La muestra presenta la imagen del cuerpo como un lugar de lucha y conflicto. Una necesidad que ya desde la prehistoria utilizaba autorretratos, representaciones, marcas o escenarios ritualísticos para dejar constancia de la propia existencia, de saber que en algún momento un lugar fue habitado, o manifestando el vestigio de un período sociopolítico.
Personae. Máscaras contra la barbarie está expuesto en Es Baluard de Palma de Mallorca hasta el 13 de noviembre de 2022.