Situémonos. Mundaka (Vizcaya, País Vasco): “Un paraíso rocoso, fuerte, con una naturaleza salvaje y caprichosa”, nos cuentan. Resulta fácil de imaginar. El puerto, los barcos, las olas del norte, el olor a salitre... Una localidad costera que, como si no gozase ya de suficiente atractivo por derecho natural, recoge tal nombre de la expresión latina munda aqua (agua limpia). A más acicates, más inspiración, obvio. Mundaka Sportswear, marca que nacería hace ya dos años, es el súmmum de todo aquello. Buscamos dar respuesta en el menswear mirando siempre hacia delante. Realmente creemos que las cosas deberían ser diferentes ahora (…), y es por eso que trabajamos para gestar productos liberados de tendencias que se ajusten a nuestro estilo de vida en constante cambio. Está claro. Cristalino. Como el agua.
Mundaka. Contádnos, ¿qué historia encontramos detrás?
Nos identificamos con la personalidad de ese pequeño paraje, por eso bautizamos a este proyecto como Mundaka. Un paraíso rocoso, fuerte, con una naturaleza salvaje y caprichosa que ha dado lugar a su famosa ola izquierda, reconocida en todo el mundo. La resistencia de la autenticidad, el atractivo de la naturalidad... Eso es Mundaka para nosotros y eso es Mundaka Sportswear.
¿Cúal es, exactamente, vuestro punto de partida? Concepto, inspiración…
Nuestro punto de partida es realizar piezas que aporten algo más allá del adorno. Con una función, que sus detalles faciliten la vida del que las lleva. Que te vistan sin alterar tu personalidad, fabricadas de manera controlada, y con materiales de alta calidad. A la hora de diseñar no pensamos en productos concretos (pantalón, bañador, chaqueta, etc…) sino en cubrir la necesidad de ir vestido de una manera agradable. Nos inspira sobretodo la vida de las ciudades abiertas al mar.
¿Cómo llega la oportunidad?
Hace un par de años yo –Belén Vidal, fundadora de la marca- estaba viviendo en París, trabajaba en talleres de costura, y siempre centrada en desfile de mujer. Estaba asfixiada de la contaminación constante de las tendencias rápidas y del sobreconsumo de la moda como algo puramente estético, donde grandísimos talentos proyectan sus esfuerzos. Me parece un ejercicio casi de onanismo estar haciendo moda que sólo puede ser vista. Es algo para el deleite del propio hacedor, practicamente.
La moda está para ser llevada y estar en la calle. Así que tenía ese impulso de bajar a la tierra y hacer piezas fáciles de llevar, para ser vividas, y con una funcionalidad muy clara. Al servicio de las personas y no al revés. Por aquel entonces fue cuando conocí a mis socios que nada tienen que ver con la moda, se dedican a las energías renovables, a crear nuevas posibilidades, a generar alternativas.
Fue toda una inspiración encontrarnos personas dispuestas a apostar por un proyecto de moda totalmente libre como es MSW. Donde no se habla de colores de temporada o tendencias, sino de las pequeñas alternativas a los usos de nuestro tiempo. Creemos que las cosas pueden ser diferentes, y en ello estamos.
La moda está para ser llevada y estar en la calle. Así que tenía ese impulso de bajar a la tierra y hacer piezas fáciles de llevar, para ser vividas, y con una funcionalidad muy clara. Al servicio de las personas y no al revés. Por aquel entonces fue cuando conocí a mis socios que nada tienen que ver con la moda, se dedican a las energías renovables, a crear nuevas posibilidades, a generar alternativas.
Fue toda una inspiración encontrarnos personas dispuestas a apostar por un proyecto de moda totalmente libre como es MSW. Donde no se habla de colores de temporada o tendencias, sino de las pequeñas alternativas a los usos de nuestro tiempo. Creemos que las cosas pueden ser diferentes, y en ello estamos.
De Murcia, al mundo. ¿Cómo lo hacéis?
Hoy día las fronteras están en la cabeza de cada uno. Es una cuestión de mentalidad y de logística. Desde el principio MSW está dirigido a ciudades con playa como por ejemplo puede ser Miami.
Habladnos del proceso creativo, ¿siempre es el mismo?
En el caso de MSW, todo parte desde la búsqueda de un patrón que ofrezca algo. Ya sea comodidad, o una idea nueva de reparto de los cortes y las aberturas, la idea de incluir dobles bolsillos... Siempre hay un interés por la construcción de cada pantalón.
No operamos con una base que trasladamos a todo lo que hacemos y solo cambiamos la superficie. Eso me parece aburridísimo como diseñadora y como consumidora. Tenemos 6 modelos que son 6 personas distintas. Cada uno ha tenido su nacimiento independiente y así irán viniendo, como hijos a una familia.
No operamos con una base que trasladamos a todo lo que hacemos y solo cambiamos la superficie. Eso me parece aburridísimo como diseñadora y como consumidora. Tenemos 6 modelos que son 6 personas distintas. Cada uno ha tenido su nacimiento independiente y así irán viniendo, como hijos a una familia.
Paleta crómatica simple, tejidos cómodos y atemporalidad en las formas. Otras características de vuestros diseños.
Intentamos empujar al hombre a ver la elegancia más allá del traje. A que salgan de ese protocolo convencional estricto del traje.
El perfecto hombre Mundaka ha de ser…
Todoterreno, versátil, con cierto interés por lo que compra y lo que consume.
Y la mujer Mundaka, ¿existirá?
Por ahora no. Hay algunos shorts que quedan muy bien en mujeres, pero son eso: mujeres con ropa de hombre, lo cual nos parece genial.
¿Qué proyecto(s) tenéis entre manos actualmente?
Ahora mismo estamos centrados en que la gente conozca nuestro producto: los SWHORTS®. Un pantalón-bañador o si lo prefieres, un bañador que parece pantalón. También fabricamos ropa interior para el baño. Estamos muy orgullosos de nuestros productos y queremos cuidarlos y que crezcan como nuestra principal línea de productos.
Otras aspiraciones.
Estamos siempre testando prototipos nuevos, tanto de SWHORTS® como de otros productos. Creando nuestro propio lenguaje dentro del estilo de vida ‘ciudad-playa’, e iremos dando paso a todo esto cuando llegue el momento.