El rostro está en peligro, advierte el comisario de esta exposición Stahel Urs. La pérdida de identidad individual está cada vez más latente a medida que observamos cómo a lo largo de la historia se ha reproducido el rostro hasta deformarlo. Al principio mediante máscaras o pinturas; luego mediante fotografías. Ahora, la Inteligencia Artificial crea nuevas fisionomías a partir de la nada y del todo. Face Control evidencia las funciones cognitivas detectadas a partir de la estructura facial y el control imperioso sobre las caras, y podrá verse hasta el 20 de marzo en Foto Colectania en Barcelona.
El control de nuestro rostro es bidireccional. Por un lado es un ejercicio de poder entre la persona que lo ejerce y la forma cómo desea que se perciba su cara; por otro lado está el control que procuran ejercer las fuerzas de poder sobre nuestra identidad. El poder, también visto desde el punto de vista de la fisionomía, dice más de nosotros de lo que nos gustaría desvelar a conciencia.
Caspar Lavater advertía en Physiognomische Fragmente que incluso la silueta desvela información decisiva sobre el interior, nuestro carácter y personalidad. Por ello, en la muestra se recogen cerca de sesenta fotografías, vídeos, instalaciones y su propia biblioteca para fomentar esta conversación.
Diane Arbus, Daniele Buetti y Maria Mavropoulou confluyen bajo una misma idea: el rostro hace mucho que ha dejado de ser propio. Fotografías en blanco y negro como los retratos de Herman Zschiegner, que muestran una mirada crítica sobre el racismo a través de la temperatura de color escogida por las tarjetas Shirley de Kodak, en las que se tomaron como referencia modelos blancas, lo cual impidió retratar de forma justa a personas racializadas.
A su vez, Eli Cortiñas plantea en The Excitement of Ownership una videoinstalación sobre los límites de la libertad en relación a nuestro anonimato. Cuando la política trasciende más allá de lo individual o colectivo a esferas privadas o públicas, esta se transforma tanto en patio de colegio como en zona de guerra.
Caspar Lavater advertía en Physiognomische Fragmente que incluso la silueta desvela información decisiva sobre el interior, nuestro carácter y personalidad. Por ello, en la muestra se recogen cerca de sesenta fotografías, vídeos, instalaciones y su propia biblioteca para fomentar esta conversación.
Diane Arbus, Daniele Buetti y Maria Mavropoulou confluyen bajo una misma idea: el rostro hace mucho que ha dejado de ser propio. Fotografías en blanco y negro como los retratos de Herman Zschiegner, que muestran una mirada crítica sobre el racismo a través de la temperatura de color escogida por las tarjetas Shirley de Kodak, en las que se tomaron como referencia modelos blancas, lo cual impidió retratar de forma justa a personas racializadas.
A su vez, Eli Cortiñas plantea en The Excitement of Ownership una videoinstalación sobre los límites de la libertad en relación a nuestro anonimato. Cuando la política trasciende más allá de lo individual o colectivo a esferas privadas o públicas, esta se transforma tanto en patio de colegio como en zona de guerra.
Face Control puede verse hasta el 20 de de marzo en Foto Colectania, Passeig de Picasso, 14, 08003 Barcelona.