En la que es su segunda pasarela dentro de 080 Barcelona Fashion, pero con mucha experiencia a sus espaldas, Carlota Barrera alude a conceptos sutiles pero complejos para explorar dentro de su nueva colección. Cuando se tiene una visión creativa tan clara y una sensibilidad tan especial como la de la asturiana, de solo un par de palabras puede surgir infinidad de ideas y una sola acción se puede llegar a ampliar, explorar y profundizar mucho más de lo esperado. De los trazos que deja el pasado en el presente y de las nuevas formas de libertad que surgen al romper la tensión trata Traces.
Lo que somos en el presente es el resultado del pasado. Tanto físicamente como psicológicamente, somos una acumulación de experiencias, momentos y memorias que han dejado una huella indeleble en nuestros seres y que de una forma u otra dan sentido a la vida. Las prendas atraviesan este mismo proceso transformador con nosotros; no es de extrañar, pues están unidas a nuestros cuerpos todos los días. Es normal que si nosotras cambiamos ellas también lo hagan. Estas transformaciones merecen ser celebradas y es precisamente eso lo que ha hecho Carlota en esta colección.
La ropa sufre al ser creada: cortes, pliegues, pinzas, frunces; si prescindimos de estos elementos luego de haber sido ejecutados, es normal que queden cicatrices de su existencia y son esas arrugas, esos bajos inacabados o esas asimetrías fruto de los cortes por las que apuesta Traces, unos elementos que constituyen la historia y el carácter de lo que alguna vez fue un lienzo en blanco. La paleta, predominantemente monocromática salvo la incorporación de algunos looks en tonos tierras y uno que otro naranja apagado, y la ausencia completa de estampados u ornamento en los materiales salvo el degradé, ayuda a centrar la atención en la ejecución de las prendas y el motivo detrás de cada decisión.
Las siluetas son fluidas y genderless, algunas cinturas son más estrechas o algunos escotes pronunciados, pero son decisiones de estilo y de estética, no regidas por el género o los estereotipos. La calidad y la destrezas en la elección de los materiales son clave, y las únicas texturas y el contraste que brindan el lino, el algodón ligero, el poliéster reciclado, la seda translúcida, el georgette, la organza y la sarga de lana fina son manifesto de la preocupación de la diseñadora por la creación de prendas de calidad, atemporales y delicadas. 
Los souvenirs de las prendas son las marcas de sus transformaciones y los de los humanos son esas pequeñas curiosidades que solemos guardar en cofres y cajitas, una concha del mar donde pasamos el verano, una moneda que nos encontramos por la calle o esas joyas que llevamos usando por años. Esos son los accesorios que Carlota Barrera plantea para esta colección. Entre la ropa que nos viste y quien la viste hay toda una vida de recuerdos e historias.
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