Hasta el 24 de septiembre aún tenemos la posibilidad de visitar la exposición Arenas Movedizas en Casa Árabe en Madrid. La muestra fue ganadora de la última edición de la convocatoria Nur y forma parte del festival PhotoEspaña 2023. Comisariada por David Drake, este proyecto colectivo reúne la obra de cinco jóvenes artistas procedentes del Norte de África y Oriente Medio: Nadia Bseiso, Rehab Edalil, Amina Kadous, Wafaa Samir y Seif Kousmate. Abordan cuestiones como el cambio climático, la relación de las personas con la naturaleza y la responsabilidad que tenemos con nuestro entorno, pero cada uno desde el punto de vista de sus respectivas tierras y por sus propias razones o propósitos.
En cada rincón del mundo habitan recuerdos, memorias e historia, tanto en lo natural como en lo interferido por el hombre. Todo está en constante movimiento, fluctúa y se transforma sin muchas posibilidades de pararlo. Pero está claro que cualquier cambio implica una repercusión. El crecimiento de la población, la urbanización y el cambio climático, entre otros factores, han provocado un punto de no retorno en una gran variedad de entornos. Que el mundo natural prospere es nuestra responsabilidad pero, en el mundo árabe, este reto se vuelve mucho más difícil por factores como la inestabilidad política, la mala gestión en la agricultura y la deforestación, el desvío de los cursos de agua y, por supuesto, la emergencia climática mundial.
La exposición empieza con Nadia Bseiso, artista jordana-estadounidense, que en su obra nos plantea una ambivalencia. Creciente fértil se centra en el acueducto propuesto para conectar el Mar Muerto con el Mar Rojo, un gran proyecto que implica la asociación entre Jordania, Egipto e Israel. Por un lado, esta infraestructura ayudaría a regular el nivel de salinización del Mar Muerto, pero por otro, el impacto que tendrá será irreversible. Acabará con diversos tipos de vida tradicionales a causa de la reorientación de los cursos de agua, y muchas prácticas agrícolas sostenibles quedarán gravemente afectadas. Sus fotografías muestran tanto el entorno natural como la parte humana de la situación.
Rehab Eldalil presenta El anhelo del forastero cuyo camino se ha roto, un proyecto personal en el que ha trabajado durante los últimos diez años. La autora explora sus orígenes y el sentirse parte de la comunidad beduina de Saint Catherine, en el sur del Sinaí, Egipto. Esta comunidad es el punto donde nacen estas fotografías, que con el soporte de mensajes añadidos con otras expresiones como el bordado o el sonido, la artista vincula las imágenes con la injusticia social y con las luchas de la comunidad para preservar la tierra y las bendiciones que esta les da a cambio.
Amina Kadous, artista egipcia, también presenta un proyecto personal. Oro blanco es una oda a la importancia del algodón como cultivo e industria manufacturera de Egipto, sobre todo del Nilo. Para la artista, el algodón representa su identidad como egipcia y su manera de relacionarse con la historia de su país. Las fotografías no están hechas para ser vistas de manera individual, sino que el conjunto de todas forman un todo armónico.
Wafaa Samir, de origen egipcio, trata de cuestionar qué ha quedado del pueblo de Nueva Gourna, Luxor, que construido por el arquitecto Hassan Fathy en 1946. El gobierno egipcio se lo encargó para desplazar a las personas de Gourna de la ciudad de Luxor, que fueron evacuadas para no dañar una tumba del Antiguo Egipto descubierta justo debajo de la población. El arquitecto vio la oportunidad de crear un poblado respetuoso con el medio ambiente que, además, se adaptase a las condiciones climáticas del lugar. Y aunque la UNESCO lo declarase Patrimonio de la Humanidad, cuando el nivel freático subió, el pueblo poco a poco se fue derrumbando y abandonando. La artista trata de hacer una reflexión sobre lo que ha quedado de él.
El recorrido acaba con Seif Kousmate, artista marroquí que ofrece una propuesta completamente distinta a las anteriores. Su proyecto, llamado Waha, oasis en árabe, analiza los oasis como espacios fundamentales para abastecerse de agua y el cómo el cambio climático está acabando con ellos. Su trabajo experimental con diferentes combinaciones técnicas como el cortar imágenes y volverlas a juntar o coserlas, o la incorporación de cáscaras de coco, hacen que su proyecto sea singular y único. Todo está enfocado en la reivindicación de que hay que hacer frente a esta situación.