Entre copas, manteles y platos nos dice “no siento dolor”. Y es que esta canción nos habla del empoderamiento que supone luchar de forma constante contra el sufrimiento intrínseco que supone ser persona. Referido al modelo económico actual, a la sociedad injusta o a la pérdida de esperanza devenida de un futuro profesional contrario al que se había soñado en la niñez. Soñaba con ser chef, pero encontró en la música una liberación de la palabra que ahora lucha por ser liberación conjunta.